Ferran Torras, el decorador que captura el alma de las ¡®startups¡¯

Toda su inversi¨®n inicial fueron 500 d¨®lares al mes en Adwords, la puja por palabras para aparecer destacado en los resultados de Google. As¨ª fue como Ferran Torras (Caldes de Malavella, 1981), fundador de Wall&Wall consigui¨® los primeros contratos. Despu¨¦s subi¨® un v¨ªdeo promocional a YouTube. De esto hace apenas tres a?os y desde entonces no ha parado de decorar las oficinas de ¨²ltima generaci¨®n en Silicon Valley. Entendi¨® que ten¨ªa que hacer el mismo tipo de m¨¢rketing que las empresas de aqu¨ª para adentrarse en el sistema. El ¨²ltimo empuj¨®n lleg¨® de manera inesperada, pero tambi¨¦n muy propia de la zona: ¡°Comenzamos a tener muy buenas cr¨ªticas en Yelp¡±.

Mientras que su competencia suelen ser artistas ya reconocidos que adem¨¢s hacer murales, ¨¦l ha hecho el camino inverso. Ahora es reconocido y le llaman para otro tipo de trabajo. Su clave para destacar ha sido presentarse como alguien creativo y con una capacidad de producci¨®n diferente.

Su t¨¦cnica comienza a ser habitual: Dise?a en ordenador, lleva consigo un proyector al cliente y le muestra c¨®mo quedar¨ªa el dise?o. Una vez aceptado el presupuesto, sigue trabajando con el proyector. Esa es su plantilla, su gu¨ªa, para darle un acabado perfecto.

Su primer contacto con Silicon Valley fue en 2006, en una visita de apenas dos semanas que le hizo sentir lo especial de esta zona. En 2012 volvi¨® con intenci¨®n de aprender idiomas y mejorar su t¨¦cnica. Pas¨® por el City College y tuvo su primer empleo dise?ando iconos para apps. De ah¨ª pas¨® a Atlassian, una de las emergentes del software en esta zona.

Pasa su d¨ªa a d¨ªa en una nave en Mission, el barrio latino, ahora copado por los techies. Inicialmente fue albergue de artistas por sus precios moderados. Ahora ya no, pero sigue manteniendo un toque bohemio y un microclima m¨¢s atractivo que el resto de la ciudad.

Torres se sigue considerando ilustrador, estuvo en pr¨¢cticas y termin¨® por montar su empresa. ¡°Empezaron a llegar encargos y¡­¡±, confiesa. Ven¨ªa para cinco meses y lleva cinco a?os decorando los parques tem¨¢ticos de esta nueva econom¨ªa. ¡°Como todo el mundo quiere oficinas especiales, que deslumbren, se preocupan mucho por la decoraci¨®n. La gente pinta mucho en las calles¡±, relata.

En San Francisco, donde el pintor mexicano Diego Rivera dej¨® parte de su legado en forma de murales en los a?os 30 del siglo pasado, se sigue buscando la diferenciaci¨®n est¨¦tica en las calles, los bares y las oficinas. Esa es la necesidad que Torras trata de satisfacer. ¡°Casi todo lo que hago es comercial, para venderlo¡±, reconoce.

En Facebook los primeros decoradores cobraron en acciones, la red social comenzaba y no ten¨ªa dinero en efectivo para los pintores. Hoy son ricos. No es el caso de Torras, pero tampoco se queja. Su personal estilo est¨¢ en Google, Capital One, con los que hizo una pintura interactiva durante el festival SXSW en Austin, o el especial espacio de Chartboost, uno de los centros de trabajo m¨¢s creativos de San Francisco. Este espa?ol ha dejado su sello tanto en una pizzer¨ªa, como en King.com, los creadores de Candy Crush.