John Perry Barlow, un activista en ¡®la frontera electr¨®nica¡¯
El poeta y defensor de los derechos de Internet debe servir de modelo para nuevos movimientos digitales
El pasado 7 de febrero muri¨® una leyenda. Un visionario de Internet que nos dej¨® no solo ideas sino tambi¨¦n instituciones de defensa de los derechos en el ciberespacio, en Internet, en lo que ¨¦l llamaba "la frontera electr¨®nica".
Barlow construy¨® organizaciones que han conseguido liderar campa?as por la privacidad y los derechos digitales que encuentran voces afines en todos los rincones del espectro pol¨ªtico
Barlow fue granjero, letrista de The Grateful Dead, pionero de los derechos digitales, un conector natural, un acaparador de relaciones y capital social que contaba sus amistades por miles. Fue cofundador de The Electronic Frontier Foundation (EFF) y Freedom of the Press Foundation (FPF), y moldeador del tono y los argumentos con los que hemos defendido Internet en los ¨²ltimos 30 a?os. Su Declaraci¨®n de independencia del Ciberespacio publicada en 1996 fue capaz no solo de poner en la agenda la necesidad de combatir los intentos gubernamentales de controlar Internet, sino tambi¨¦n de dotar a la reivindicaci¨®n de una l¨ªrica, una fuerza y una imaginaci¨®n fascinantes. C¨®mo resistirse a la utop¨ªa libertaria que propon¨ªa Barlow.
En ingl¨¦s existe una expresi¨®n para definir a alguien que est¨¢ c¨®modo con su estatus de leyenda: Larger than life (m¨¢s grande que la vida). John Perry Barlow lo era porque sab¨ªa que su personalidad era arrolladora: una mezcla de entusiasmo contagioso, perspicacia y curiosidad constante por todo, con un optimismo natural por el futuro. Sab¨ªa que su peculiar biograf¨ªa sol¨ªa fascinar a los que le escuchaban porque encarnaba m¨¢s que casi cualquier otra persona (junto a Kevin Kelly y Stewart Brand) el sue?o del ciberespacio de los a?os 90, la visi¨®n de Internet como una utop¨ªa emancipadora e igualitaria en la que, por encima de todo, ¡°la informaci¨®n quiere ser libre¡±.
Barlow debe ser modelo de c¨®mo crear un movimiento social capaz de conseguir un Internet m¨¢s libre y un ciberespacio de derechos colectivos
Su papel como miembro del difuso colectivo que se organiz¨® alrededor de la legendaria banda Grateful Dead le dio una puerta de entrada al mundo de la contracultura californiana. Trabaj¨® a la vez criando ganado en el rancho de su familia en Wyoming, lo que le mantuvo conectado a la Am¨¦rica rural y al partido republicano, al que se sent¨ªa vinculado por su tradici¨®n libertaria pero del que se acab¨® distanciando con el auge del movimiento?neocon.
Su trayectoria vital hasta la fundaci¨®n de EFF y FPF es una buena representaci¨®n del caldo de cultivo en el que se cocin¨® la primera cultura digital, cuyas trazas siguen presentes en muchos de los valores sociales y pol¨ªticos de Silicon Valley. La combinaci¨®n de individualismo, tecno-activismo y confianza en un mercado libre de regulaci¨®n estatal molde¨®, pero tambi¨¦n vici¨® el activismo por los derechos digitales. Progresista en lo social, con tendencia a desconfiar de manera natural de la capacidad del estado para solucionar los problemas, y convencido de que no hay revoluciones m¨¢s poderosas que las revoluciones tecnol¨®gicas, Barlow construy¨® organizaciones que han conseguido liderar campa?as por la privacidad y los derechos digitales que encuentran voces afines en todos los rincones del espectro pol¨ªtico. El activismo de EFF ha logrado a menudo que los mismos gigantes de Internet (Apple, Twitter, etc.) se conviertan en defensores de sus usuarios, litigando a favor de la encriptaci¨®n o la transparencia en el uso policial de Internet.
En Europa, Barlow puede y debe seguir siendo modelo de c¨®mo crear un movimiento social seductor e innovador, capaz de tejer grandes alianzas y de movilizar a todos los aliados posibles para conseguir un Internet m¨¢s libre. Su legado puede a la vez florecer incorporando al sector p¨²blico y la defensa de un ciberespacio de individuos libres, s¨ª, pero tambi¨¦n de derechos colectivos.
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