Asana se estrena en espa?ol y portugu¨¦s
La herramienta de trabajo en equipo aspira a ahorrar el tiempo empleado en reuniones y labores de coordinaci¨®n
Asana asegura ahorrar el bien m¨¢s escaso, el tiempo. La herramienta de gesti¨®n de tareas y equipos naci¨® hace diez a?os, dentro de Facebook, cuenta con m¨¢s de 300 empleados y, despu¨¦s de estrenarse en franc¨¦s y alem¨¢n en Noviembre de 2017, ya est¨¢ disponible en espa?ol y portugu¨¦s.
Detr¨¢s de esta herramienta que usan empresas como Airbnb, Dropbox,Pinterest, Stripe, General Electric, Samsung, Harvard University, Tesla Motors, NASA y Uber, as¨ª como el propio Facebook, est¨¢n Dustin Moskovitz y Justin Rosenstein (Oakland, 1983). El primero es, a su vez, cofundador de la red social y CEO de Asana. El segundo es uno de los protagonistas de Silicon Valley m¨¢s personales y carism¨¢ticos. Una rara avis en tierra de migraci¨®n continua. Naci¨®, creci¨® y estudi¨® en la Bah¨ªa de San Francisco. Con solo 10 a?os aprendi¨® a programar. Lo normal cuando se vive rodeado de empresas tecnol¨®gicas y los padres de los amigos trabajan en el sector. Con 20 se hab¨ªa graduado en Matem¨¢ticas en Stanford, sigui¨® con inform¨¢tica, pero la dej¨® a medias para cumplir uno de sus sue?os de juventud, pasar a formar parte de Google, donde ayud¨® a crear lo que hoy es Google Drive o el chat de Gmail.
Pronto comenz¨® a sentir una frustraci¨®n que le acompa?¨® cuando, tres a?os despu¨¦s, fich¨® por Facebook como m¨¢ximo responsable de desarrollo de software. ¡°Me daba cuenta de que se iba mucho tiempo en coordinar, en hablar, en reuniones, en correos, en informes¡ Al final el 70% del tiempo era para trabajo relacionado con la labor de cada uno y solo un 30% era para hacer la funci¨®n para la que se contrat¨®¡±, relata recordando los comienzos. ¡°Claro que tienes que coordinarte, porque, si no, es a¨²n peor¡±, matiza.
¡°De d¨ªa trabajaba en Facebook y de noche en esta herramienta. Era la ¨¦poca en que apenas hab¨ªa 50 empleados en la red social y el lema era ¡®mu¨¦vete r¨¢pido y rompe cosas¡¯. Ten¨ªamos bastante libertad¡±, recuerda.
Tras obtener los primeros resultados, vieron que se ganaba tiempo. ¡°Impactaba en las reuniones. Hac¨ªamos menos. Lo podr¨ªamos haber dejado ah¨ª, pero apostamos por ello¡±, relata. Hace seis a?os se convirti¨® en una startup con entidad propia pero, ?c¨®mo se lo tom¨® Mark (Zuckerberg)? ¡°Muy bien. Lo entendi¨® y le pareci¨® tan buena idea que es uno de nuestros primeros inversores¡±, desvela.
Durante la conversaci¨®n en su oficina, en una colina en Potrero Hill con vistas a los Altos de Bernal y Twin Peaks, intenta despejar las dudas que surgen: ?Cu¨¢ndo m¨¢s eficiente se es con Asana? ¡°Solo con ser un 5% m¨¢s r¨¢pido ya merecer¨ªa la pena usarlo, pero, de media, los clientes nos dicen ser un 45% m¨¢s r¨¢pidos. Damos el regalo del tiempo¡±, subraya.
Asana se usa por millones de personas gratis y m¨¢s de 30.000 clientes de pago. ¡°Nos parece bien que se utilice para eventos familiares, proyectos personales o trabajos de clase. Ocupamos el espacio que queda entre el correo electr¨®nico y Slack (un programa de comunicaci¨®n de grupos). Se pueden ver los avances. As¨ª se evitan duplicaciones, solaparse¡ Todos estamos en la misma p¨¢gina¡±.
Sencillez
Uno de los puntos m¨¢s destacados de Asana es su sencillez aparente. Hacer algo simple es una de las obsesiones de Silicon Valley. Significa renuncias, decisiones tomadas en nombre del usuario y mucha reflexi¨®n y pruebas para dejar una versi¨®n redonda. ¡°Cuando intentas hacer algo f¨¢cil, no es potente. Cuando es sencillo muchas veces es dif¨ªcil de escalar. Nosotros luchamos por ser sencillos y potentes. Nos obsesiona. Los dise?adores tienen el m¨¦rito. Hacemos que el software de trabajo sea como el que se dirige al consumidor final¡±.
Asana tiene una oficina adicional en Nueva York y su sede europea en Dubl¨ªn, versi¨®n para m¨®vil y ordenador. El fundador confiesa que les gusta ese equilibrio de plataformas: ¡°Muchos hablan de?mobile first (prioridad al m¨®vil) y muchos de que prefieren centrarse en el PC por ser herramienta profesional. Nosotros lo vemos m¨¢s como una plataforma de consulta, al margen de si se est¨¢ en la oficina, en casa, en una reuni¨®n¡¡±.
Los asistentes de voz comienzan a ganar terreno. No queda claro si son una moda pasajera o est¨¢n para quedarse. ¡°Hemos empezado con Siri. Se le puede decir que a?ada una tarea en Asana. Pronto estaremos en m¨¢s asistentes. Sabemos que tiene implicaciones de privacidad, as¨ª que hemos pensado muy bien la integraci¨®n, ya sea en casa como en el trabajo, donde puede servir para tomar notas de una reuni¨®n o evitar tener a una persona dedicada a llevar el archivo de lo concretado. Se puede decir qui¨¦n se compromete a hacer qu¨¦ en voz alta y que quede registrado en la aplicaci¨®n¡±, explica.
Al fundador no deja de sorprenderle c¨®mo ha sido su adopci¨®n a pesar de no estar en espa?ol a¨²n. En Espa?a ya lo usan Banco Santander o los hoteles Meli¨¢.
La situaci¨®n financiera de Asana es saludable. Su valoraci¨®n es de 900 millones de d¨®lares, casi un unicornio como se llama en el argot a las que superan los 1.000 millones. Acaban de levantar una ronda D de 75 millones de d¨®lares en la que lider¨® Generation Investments, cuyo socio m¨¢s conocido es Al Gore. ¡°Se centran en ayudar a la humanidad a prosperar. La visi¨®n tradicional del capitalismo era maximizar beneficios y recursos. Si segu¨ªamos as¨ª nos ¨ªbamos a cargar el sistema. Ya no queremos acumular. Es una visi¨®n en la que creemos¡±, justifica Rosenstein. Por el momento, prefiere no hablar de las tres letras m¨¢s repetidas en la orilla del Pac¨ªfico: IPO, Initial Public Offering, como se denomina a la salida a bolsa. ¡°La prioridad es hacer un negocio s¨®lido, con sentido. Muchos quieren crecimiento a cualquier precio. Nosotros no¡±, concluye.
Diversidad y el legado de los sesenta
En el ¨²ltimo a?o Silicon Valley ha sido objeto de cr¨ªticas variadas. Desde sexismo a falta de oportunidades para las minor¨ªas.?Justin Rosenstein defiende las medidas tomadas por su empresa: "La falta de diversidad es un problema profundo y complejo. Procuramos ser el cambio que queremos ver. Tenemos grupos de apoyo a mujeres, empleados de color y al colectivo LGTB".
Entre tanta pol¨¦mica surge una duda: ?Qu¨¦ hace a Silicon Valley tan especial? "Soy de aqu¨ª y a veces damos por hecho lo que tenemos, no lo apreciamos. En Silicon Valley hay algo ¨²nico, el compromiso de cuestionar todo. De pensar por qu¨¦ algo siempre se ha hecho as¨ª y hacerlo de otra manera. Se aprecia lo diferente. En parte es herencia de los sesenta, de la contracultura, de la explosi¨®n de la m¨²sica¡"
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