Los fot¨®grafos de la historia sumergida
Un equipo de la Universidad de C¨®rdoba reconstruye con im¨¢genes subacu¨¢ticas un poblado ¨ªbero reci¨¦n descubierto bajo las aguas del pantano de Sierra Boyera en Belmez
El agua es un excelente conservador arqueol¨®gico. Bajo su superficie se encuentran tesoros hist¨®ricos que pasan desapercibidos. Un equipo de la Universidad de C¨®rdoba est¨¢ dispuesto a desvelarlos y ha desarrollado una t¨¦cnica para aplicar la fotogrametr¨ªa para investigar los yacimientos subacu¨¢ticos. Este sistema consiste en obtener cientos de im¨¢genes que, tratadas por un programa inform¨¢tico, permiten levantar modelos en tres dimensiones que facilitan la investigaci¨®n, el conocimiento y la divulgaci¨®n. Su primer trabajo en Espa?a lo han realizado sobre el asentamiento ?bero reci¨¦n descubierto bajo el pantano de Sierra Boyera (Belmez, C¨®rdoba), un enclave del siglo VI antes de Cristo que permite completar la historia de la cultura t¨²rdula.
Alberto Redondo es profesor de Zoolog¨ªa en la Universidad de C¨®rdoba y tambi¨¦n documentalista y colaborador de National Geographic. Propuso a sus alumnos crear una empresa que uniera la investigaci¨®n y su afici¨®n por el submarinismo. De ah¨ª naci¨® Glubel, dedicada a la fotogrametr¨ªa subacu¨¢tica. Tambi¨¦n han desarrollado la aplicaci¨®n Guadiato VR (gratuita y descargable para Apple y Android), que permite ver con el m¨®vil y gafas virtuales c¨®mo era la realidad que se observa en distintas etapas hist¨®ricas. Por ahora, se puede contemplar el entorno del castillo de Belmez en varias ¨¦pocas y lo quieren ampliar con el poblado reci¨¦n descubierto, por lo que se tendr¨¢ acceso a la ciudad sumergida sin mojarse. Y como la experiencia est¨¢ dando resultados, han creado el m¨¢ster de experto universitario en recreaciones de fondos subacu¨¢ticos en tres dimensiones.
Para llegar aqu¨ª, el equipo, liderado por Redondo y tres alumnos (Alejandro Parras, Daniel Ortega y Alejandro Rold¨¢n), practic¨® en las aguas caribe?as de Honduras, donde aprendieron t¨¦cnicas de buceo seguro y sostenible, que no altera el lecho marino ni los objetos sumergidos, y ensayaron las t¨¦cnicas fotogr¨¢ficas, aprovechando las mejores condiciones de temperatura y transparencia de las aguas americanas.
En el Caribe obtuvieron un modelo en tres dimensiones de un pecio (El ?guila) sobre el que quieren estudiar la influencia de los barcos hundidos en la regeneraci¨®n de arrecifes. De all¨ª tambi¨¦n se trajeron la informaci¨®n fotogr¨¢fica necesaria para elaborar una reproducci¨®n a escala, aprovechando una impresora 3D, de Texas, una esponja milenaria que se presentar¨¢ en el pr¨®ximo congreso nacional de acuarios.
Estas actuaciones les dotaron de las competencias necesarias para afrontar los trabajos en C¨®rdoba, donde la labor es mucho m¨¢s complicada por la turbidez y la baja temperatura del agua del pantano de Sierra Boyera. Pero los resultados han hecho que merezca la pena, ya que, por primera vez, se ha levantado un modelo de una ciudad desconocida y oculta durante cientos de a?os.
El hallazgo de la ciudad ¨ªbera sumergida resuelve una laguna en la historia de esta cultura. Antonio Monterroso, responsable de la investigaci¨®n arqueol¨®gica, resalta que el poblado de Belmez es ¨²nico en todo el norte de C¨®rdoba y resuelve el vac¨ªo geogr¨¢fico de restos de esta cultura entre los hallados al norte y al sur de la localidad andaluza.
El descubrimiento fue casual. Gracias a la sequ¨ªa, qued¨® al descubierto una zona que no pas¨® inadvertida para la historiadora Araceli Cristo. Durante un paseo, vio la ciudad de la que se hab¨ªa hablado durante a?os sin haber hallado vestigios significativos. Una excavaci¨®n de urgencia ha permitido empezar a llenar el hueco de la historia ¨ªbera.
¡°Lo que hoy es Belmez era una zona de gran riqueza minerometal¨²rgica que permiti¨® este asentamiento, ligado a la transformaci¨®n de mineral. De esta actividad son testigos los hornos y molinos descubiertos¡±, comenta Monterroso.
Con la investigaci¨®n fotogram¨¦trica realizada se ha podido delimitar la extensi¨®n del poblado (1,3 hect¨¢reas), situar la existencia de ocho metros de muralla bajo el agua y estudiar la distribuci¨®n. De esta forma, seg¨²n explica el arque¨®logo, se ha descubierto una zona central mayor, que se corresponde con los centros de gesti¨®n, y estancias en el per¨ªmetro m¨¢s peque?as, de seis por tres metros, que son dependencias productivas. El molino hallado es el m¨¢s antiguo de C¨®rdoba y podr¨ªa ser uno de los m¨¢s antiguos de esta cultura descubierto.
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