Un particular demanda al Estado franc¨¦s para recuperar el dominio France.com
El dominio le fue expropiado sin ning¨²n tipo de indemnizaci¨®n
10 de febrero de 1994. Estamos todav¨ªa en los albores de internet, pero Jean-Noel Frydman registr¨® en su propiedad el dominio ¡°France.com¡±; este ciudadano franc¨¦s, nacionalizado ahora estadounidense, decidi¨® por aquel entonces montar un negocio para personas en su misma situaci¨®n. En los ochenta hizo el petate y se present¨® con lo puesto en Nueva York con el objeto de estudiar en la escuela de arte, y se qued¨® para siempre. Fue pocos a?os m¨¢s tarde cuando decidi¨® crear un ¡°quiosco digital¡± para franceses expatriados como ¨¦l viviendo en Estados Unidos; ¡°la decisi¨®n fue inmediata¡±, explica en su blog, y registr¨® el mencionado domino que estaba disponible.
En junio de 1995 su proyecto estaba ya online y poco a poco llegaron los primeros usuarios; el negocio fue creciendo a lo largo de los a?os y Frydman no tard¨® en ampliarlo ofreciendo hasta viajes a su pa¨ªs de origen. Con el paso del tiempo, France.com se convirti¨® en una lucrativa fuente de ingresos para nuestro protagonista y parec¨ªa que contaba con el benepl¨¢cito de las autoridades francesas y en 2009 la oficina de turismo del pa¨ªs no dud¨® en galardonar su proyecto como ¡°web del a?o¡±. Todo parec¨ªa ir bien hasta que en 2015, un juzgado franc¨¦s recogi¨® la demanda del Estado franc¨¦s, instando a entregar el dominio que este emprendedor hab¨ªa registrado.
?Por qu¨¦ de pronto el Estado franc¨¦s se interes¨® por este dominio? Las autoridades hab¨ªan decidido aprovechar el tir¨®n del dominio para fomentar un portal de promoci¨®n del turismo del pa¨ªs (France.fr). Las palabras del entonces ministro de exteriores, Laurent Fabius, habr¨ªan sido contundentes seg¨²n explica Frydman: ¡°Es imperativo que nos beneficiemos del dominio France.com¡±; el mandato iba dirigido a una comisi¨®n de turismo y era taxativo. Se equipo se vio, entonces, ante una v¨ªa con dos salidas: negociar la entrega del dominio con su actual propietario, o reclamarlo por la v¨ªa judicial. Opt¨® por lo segundo.
El 27 de noviembre un juzgado parisino da la raz¨®n al demandante y exige a Frydman la entrega, sin compensaciones, del dominio. El aludido no dud¨® en plantar cara y se inici¨® una batalla judicial, todav¨ªa viva, que cont¨® con un ingrediente fundamental: el pasado 12 de marzo el estado franc¨¦s logr¨® hacerse finalmente con el dominio y redireccionarlo a su propio portal. De la noche a la ma?ana Frydman vio desvanecerse por completo su negocio, estructurado en torno a France.com, y todo ante lo que parece una posici¨®n abusiva de un Estado sobre los intereses particulares de un individuo.
Sobre el papel, Frydman no responde al perfil de un especulador de dominios sino que simplemente registr¨® el suyo con una idea clara de negocio, y tal y como explica su abogado, en internet, ¡°quien llega antes a un dominio, se lo queda¡±. ?Qu¨¦ va a pasar a partir de ahora? Frydman ha presentado una demanda en los tribunales de Virginia, Estados Unidos, contra el estado franc¨¦s y el propio ministro de exteriores exigiendo la devoluci¨®n del dominio, y aqu¨ª llega lo interesante, anunciando p¨¦rdidas millonarias tanto en volumen de negocio como las provocadas por la imagen de la sociedad. No se sabe a ciencia cierta c¨®mo terminar¨¢ este conflicto, pero podr¨ªa concluir positivamente para Frydman, que no oculta su optimismo ante lo que pueda llegar.
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