C¨®mo se viraliz¨® desde una cuenta suspendida de Twitter la ¨²ltima gran pol¨¦mica en EEUU
El v¨ªdeo del enfrentamiento de un nativo americano y unos adolescentes empez¨® en un usuario con la foto falsa de una 'influencer' brasile?a
Estados Unidos vive una nueva pol¨¦mica de odio. El pasado viernes 18 coincidieron en Washington una marcha antiabortista y otra de pueblos ind¨ªgenas. Al acabar se reunieron junto al Lincoln Memorial varios grupos. Entre ellos, el nativo americano y veterano de Vietnam Nathan Phillips y los adolescentes de la escuela cat¨®lica de Covington, en Kentucky, algunas con gorras de "Make America Great Again", el eslogan del presidente Trump.
A la ma?ana del d¨ªa siguiente, s¨¢bado 19, empez¨® a circular por Twitter un v¨ªdeo de 1 minuto donde se ve¨ªa cantar a Phillips ante un joven de Covington, que le miraba con una media sonrisa. Detr¨¢s de ellos, otros chavales gritaban. La imagen rememoraba confrontaciones crispadas de la lucha por los derechos civiles en los sesenta.
Al d¨ªa siguiente, el domingo, aparecieron otros v¨ªdeos y otros protagonistas que modificaban la narrativa. Los adolescentes ya no eran los ¨²nicos que gritaban. Aquello era una batalla a gritos entre al menos tres grupos. Desde entonces, cada cual ha visto a los h¨¦roes y villanos que quer¨ªa ver en el enfrentamiento. El resultado ha sido el mismo que otras veces: polarizaci¨®n, linchamientos e insultos en redes, divisi¨®n pol¨ªtica. El mismo presidente tuite¨® su apoyo a los j¨®venes de Covington.
?Pero c¨®mo empez¨® todo? Eso es lo que se pregunt¨® la CNN. Descubri¨® que el tuit m¨¢s viral ¨Cahora borrado¨C hab¨ªa salido desde la cuenta @2020fight. Hab¨ªa sin embargo tres detalles raros: ten¨ªa casi tantos seguidores como seguidos (unos 40.000 por 37.000), tuiteaba much¨ªsimo cada d¨ªa (se?al de bot) y, sobre todo, a pesar que en su bio dec¨ªa que era una profesora de California llamada "Talia", la foto en realidad era de Nah Cardoso, una influencer brasile?a con 7,6 millones de seguidores en Instagram.
?Por qu¨¦ una suspensi¨®n tan r¨¢pida?
Desde CNN preguntaron por @2020fight a Twitter, que suspendi¨® la cuenta en seguida. Las sospechas aumentaron: ?habr¨¢ actuado tan r¨¢pido Twitter porque era una cuenta fake basada en otro pa¨ªs? ?Quiz¨¢ en Rusia? La explicaci¨®n oficial de Twitter no es definitiva: "Intentos deliberados de manipular la conversaci¨®n p¨²blica en Twitter usando informaci¨®n enga?osa en una cuenta es una violaci¨®n de las reglas de Twitter" y, por tanto, se suspende la cuenta.
Una foto robada es "enga?ar" y motivo suficiente para suspender la cuenta. Pero hay miles de cuentas con fotos robadas o de cat¨¢logo que no son suspendidas. ?Por qu¨¦ tanta prisa precisamente con esta? La suspensi¨®n impide hacer un buen an¨¢lisis de la cuenta.
Varios expertos en desinformaci¨®n salieron el pasado martes a poner en duda la versi¨®n rusa. Ben Nimmo, del Laboratorio de Investigaci¨®n Forense Digital del Atlantic Council, que ha analizado millones de posts de Facebook y tuits fake, admiti¨® que "no hab¨ªa evidencia que sugiera una operaci¨®n de influencia extranjera". A pesar del ritmo de publicaci¨®n de la cuenta, de sus tuits muy partidistas de izquierdas y del ¨¦xito de otros mensajes, no hab¨ªa nada concreto que sugiriera que aquello ven¨ªa del extranjero. Los giros nativos en ingl¨¦s que usaba la cuenta, por ejemplo, eran poco propios de un ciudadano ruso o iran¨ª.
Pero hay otro detalle importante: @2020fight se ofrec¨ªa en la web Shoutcart. All¨ª cualquier usuario puede pagar para que cuentas con miles de seguidores tuiteen el mensaje que deseen. @2020fight se anunciaba como "influyente entre j¨®venes de 20 y 30 a?os". Tampoco hay pruebas de que nadie pagara por publicar esos v¨ªdeos. El precio solo estaba abierto para usuarios registrados, pero no deber¨ªa ser m¨¢s de unas decenas de d¨®lares.
THREAD - I found that @2020fight - the account that helped the Covington High School video go viral, according to @CNN, and that Twitter suspended shortly after, had services for hire on Shoutcart - a service that allows users to pay influencers to post videos on their behalf. pic.twitter.com/n9s4Q4AyLM
— Sam Riddell (@RiddellSam) January 22, 2019
A pesar de toda la especulaci¨®n, la opci¨®n m¨¢s probable ahora es que realmente fuera una profesora de San Francisco con varias cuentas y mucha hiperactividad, seg¨²n una investigaci¨®n de la NBC. La cuenta est¨¢ ahora borrada, aunque una cuenta suspendida no se pueda suprimir. Twitter no parece dar m¨¢s detalles que la alta probabilidad de que la cuenta se originara en Estados Unidos.
Sea cual sea el camino por el que empez¨® todo, la pol¨¦mica, las rectificaciones, las acusaciones de este espect¨¢culo son un nuevo ejemplo de c¨®mo funciona el panorama informativo hoy: desde los rincones de internet puede surgir un tema que domine la cobertura durante una semana. ?Se hubiera hecho viral igualmente algo as¨ª por otros caminos? Quien sabe. Pero sin redes sociales, es improbable. El Congreso adem¨¢s ha preguntado a Twitter que le explique c¨®mo ocurri¨® todo el proceso de viralidad.
La inmediatez de Twitter es t¨®xica en estas ocasiones. Los usuarios que se calientan y ofuscan r¨¢pido sueltan frases grandilocuentes que, cuando el argumento parece girarse, se atornillan en sus posiciones mientras otros les exigen disculpas. Los medios que saltan con la primera versi¨®n deben tambi¨¦n frenar, algunos hacen incluso acto de contrici¨®n p¨²blico y provocan las acusaciones de desinformaci¨®n de los partidarios del presidente, que aprovecha para alargar con tuits -y quiz¨¢ con una recepci¨®n en la Casa Blanca para los j¨®venes- el jaleo.
Todo esto solo es un primer mordisco del aperitivo de una eterna campa?a electoral hasta noviembre de 2020.
Desde los lugares que disfrutan viendo c¨®mo Estados Unidos se destripa por dentro, es una victoria m¨¢s. Y quiz¨¢ sin haber hecho nada m¨¢s que mirar.
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