Est¨¢s en manos de tu cu?ado: qu¨¦ pueden hacer los partidos pol¨ªticos en WhatsApp
El uso electoral de la red de mensajer¨ªa tiene su lado aceptable, una zona gris y claras l¨ªneas rojas
Ser¨¢ la campa?a electoral de WhatsApp, dicen. El v¨ªdeo que explicaba la ley electoral de Epi y Blas que divulg¨® el PP fue el primer aviso. WhatsApp tiene la fascinaci¨®n de ser la nueva arma secreta de los partidos, pero est¨¢ por medir su calibre.
Algunos partidos espa?oles se han reunido estos d¨ªas con un representante global de WhatsApp para que les explicara el buen uso de la plataforma. Seg¨²n la red de mensajer¨ªa, los partidos son bienvenidos siempre que acepten sus recomendaciones y ser¨¢n sometidos a las mismas reglas que otros actores. El responsable de WhatsApp se ha reunido tambi¨¦n con periodistas y expertos para dar contexto, entre ellos EL PA?S. La compa?¨ªa no permite atribuirle informaciones directamente.
Tampoco es magia algor¨ªtimica. O, si usan esa magia, por ahora es ilegal
Esto es lo que pueden hacer los partidos en WhatsApp. Su poder est¨¢ en la combinaci¨®n con otras redes y su capacidad de influencia directa en votantes. Pero tampoco es magia algor¨ªtimica. O, si usan esa magia, por ahora es ilegal.
1. El cu?ado y la t¨ªa abuela vienen cargados de memes. Los partidos han animado a afiliados, fans y simpatizantes a suscribirse a listas de distribuci¨®n. Todos tienen alguna, en WhatsApp o Telegram. Sirven para divulgar informaci¨®n en el mismo WhatsApp o para pedir tuits o posts en Facebook sobre el tema del d¨ªa. Esta coordinaci¨®n oculta permite influir en la conversaci¨®n p¨²blica. Es una arma ¨²til.
"Los partidos cuentan con que no vas a denunciar a tu cu?ado. La Ley de Protecci¨®n de Datos no act¨²a en el ¨¢mbito dom¨¦stico", dice Borja Adsuara, abogado especialista en Protecci¨®n de Datos.
Estos canales de distribuci¨®n tienen otra ventaja notable. Los partidos pueden lanzar mensajes y negar que los han creado. Es un modo ideal de colocar o aumentar el alcance de temas en la opini¨®n p¨²blica. Epi y Blas pueden hablar de la distribuci¨®n de voto en provincias de un modo m¨¢s directo y simp¨¢tico que Pablo Casado. El v¨ªdeo es m¨¢s compartible y el inter¨¦s del PP al difundirlo es suscitar la duda entre votantes: ?y si es verdad que votar a Vox en provincias peque?as es malo para la derecha?
Si adem¨¢s los medios retoman estos v¨ªdeos y memes les dan m¨¢s repercusi¨®n, que es uno de los objetivos naturales de una campa?a. Es dif¨ªcil indignarse con Epi y Blas y su idea sobre la derecha y las provincias peque?as llega m¨¢s lejos.
Si los medios retoman estos v¨ªdeos y memes les dan m¨¢s repercusi¨®n, que es uno de los objetivos de una campa?a
Para WhatsApp este uso de la plataforma es org¨¢nico y aceptable. La plataforma ha limitado el n¨²mero de personas por grupo a 256. Los mensajes no pueden reenviarse a m¨¢s de 5 personas o grupos a la vez. Para alcanzar a un mill¨®n de personas hay que gestionar 4.000 grupos. Las empresas que se dedican a automatizar los env¨ªos deben vigilar sus acciones para evitar ser suspendidas por WhatsApp.
Es una peque?a guerra. Las empresas no pueden registrar cuentas a granel desde la misma direcci¨®n. No pueden mandar mensajes m¨¢s r¨¢pido que el dedo humano. No pueden crear grupos m¨¢s r¨¢pido que un experto en redes. Es mejor que no tengan una lista secuencial de n¨²meros de tel¨¦fono porque indicar¨ªa compra de base de datos. No deben mandar mensajes solo a gente que no tiene ese n¨²mero en su lista de contactos. Es muy sospechoso que prefijos de Bangladesh manden miles de mensajes cada hora a n¨²meros espa?oles. O que mucha gente reporte a una cuenta por spam o mal contenido.
Todas esas acciones, superado un umbral, implican la suspensi¨®n de una cuenta. ?Pero qu¨¦ umbral? Solo WhatsApp lo sabe, es global y sube o baja seg¨²n detecta malos comportamientos.
WhatsApp adem¨¢s solo tiene una opci¨®n con las cuentas que quiere castigar: suspenderlas. Y la decisi¨®n est¨¢ automatizada. No es como Facebook que puede hundir un contenido para que menos gente lo vea o eliminar solo un post. WhatsApp dice que sus mensajes son encriptados, as¨ª que todas las acciones que toma se reducen a una: prohibir o no prohibir cuentas.
2. La zona gris. Los partidos tienen ahora la zona gris que regula una ley de Protecci¨®n de Datos aprobada pero recurrida al Constitucional por el Defensor del Pueblo. Esa nueva ley permite a los partidos reunir informaci¨®n p¨²blica de ciudadanos y clasificarles para mandarles mensajes. Pero poca gente tiene su n¨²mero de tel¨¦fono colgado en internet, as¨ª que WhatsApp no parece el primer objetivo.
"Con la circular de la Agencia se ponen tantas cortapisas que no creemos que lo vayan a hacer. Pueden haber recopilado los datos personales en fuentes accesibles al p¨²blico pero tienen que encontrar tu n¨²mero en abierto. Es muy dif¨ªcil. Facebook puede tener mi n¨²mero, pero no accesible. Ahora deber¨¢s decir de d¨®nde lo has obtenido si hacen una inspecci¨®n", dice Adsuara.
3. La peligrosa estrategia comercial. M¨¢s all¨¢ de la zona gris, est¨¢ la zona roja. Los partidos hacen campa?as importantes una vez cada tres o cuatro a?os. Es un par de meses de mucha intensidad, con solo los ¨²ltimos d¨ªas de nervios. Alg¨²n valiente puede valorar arriesgarse para ver si recoge alg¨²n esca?o m¨¢s.
Hay una tentaci¨®n enorme. Las estrategias comerciales de las grandes marcas son hoy sencillas de ejecutar. Hay empresas que tienen bases de datos de perfiles de millones de espa?oles con su n¨²mero de tel¨¦fono asociado. Los partidos podr¨ªan aprovechar esos datos. Pero es ilegal porque no tienen consentimientos.
Mandar por WhatsApp un mensaje pol¨ªtico desde un n¨²mero desconocido a millones de espa?oles un d¨ªa antes de las elecciones es el bot¨®n nuclear
No solo es ilegal: mandar por WhatsApp un mensaje pol¨ªtico desde un n¨²mero desconocido a miles o millones de espa?oles un d¨ªa antes de las elecciones es el bot¨®n nuclear. El impacto est¨¢ asegurado, pero el resultado ser¨ªa completamente descontrolado. Es f¨¢cil pensar que Twitter y Facebook se llenar¨ªan de pantallazos de n¨²meros misteriosos. En unas horas nadie podr¨ªa vincularlo con certeza a un partido y su viralidad estar¨ªa asegurada, pero el sentido de la reacci¨®n lo hace arriesgado.
"Lo que realmente se proh¨ªbe y es dif¨ªcil de demostrar es que te hagan un perfil y te segmenten con fake news dirigidas a tus demonios. Es dif¨ªcil de demostrar para ti porque t¨² recibes el tuyo, pero no sabes qui¨¦n m¨¢s lo ha recibido. Los mismos que hacen propaganda pol¨ªtica hac¨ªan antes publicidad comercial", dice Adsuara.
En Brasil esto ocurri¨® repetidamente, pero all¨ª la percepci¨®n es distinta. Es menos intrusivo. En Brasil es com¨²n que otros usuarios te agreguen a grupos de desconocidos o que uno mismo se apunte con un link a grupos de distribuci¨®n de informaci¨®n sobre un club de f¨²tbol o una iglesia. En Espa?a la percepci¨®n de privacidad en WhatsApp es m¨¢s estrecha.
WhatsApp es una plataforma propiedad de Facebook. La fijaci¨®n con WhatsApp quiz¨¢ saque ojos de Facebook, que seguro que ver¨¢ multiplicarse los presupuestos publicitarios. En 2016 Facebook ya tuvo un papel importante. Ahora ser¨¢ dominante. Pero WhatsApp le quitar¨¢ parte del foco. Y encima depende sobre todo del cu?ado.
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