Cuando un error tipogr¨¢fico te arruina la vida
Fallos de escritura en el mundo digital han causado la p¨¦rdida de grandes cantidades de dinero e incluso detenciones err¨®neas
10 de marzo de 2015. Un avi¨®n parte de Sidney con destino a Kuala Lumpur, la capital de Malasia. Sin embargo, para sorpresa de los pasajeros, aterriza en la ciudad australiana de Melbourne ¡ªa m¨¢s de 6.000 kil¨®metros de su destino original¡ª. El piloto hab¨ªa introducido coordenadas equivocadas en el sistema de navegaci¨®n: escribi¨® 01519.8 este (15 grados 19,8 minutos este) en vez de 15109.8 este (151 grados 9,8 minutos este). En un contexto en el que es habitual teclear a toda velocidad en m¨²ltiples dispositivos, aumentan las posibilidades de cometer errores tipogr¨¢ficos que pueden conllevar todo tipo de consecuencias: desde p¨¦rdidas millonarias a detenciones err¨®neas.
Los usuarios realizan multitud de acciones al mismo tiempo: desde sacar un billete de avi¨®n en el metro a realizar una transferencia bancaria o publicar en Instagram o Twitter mientras entrenan en el gimnasio o ven la televisi¨®n. En ocasiones, escribir correctamente en el mundo digital se convierte en un desaf¨ªo.
Por ejemplo, en las redes sociales. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refiri¨® en junio en Twitter al pr¨ªncipe Carlos de Gales como ¡°pr¨ªncipe de las ballenas¡±: ¡°Me re¨²no y hablo con gobiernos extranjeros todos los d¨ªas. Me reun¨ª con la reina de Inglaterra, el pr¨ªncipe de las ballenas, el primer ministro del Reino Unido, el primer ministro de Irlanda, el presidente de Francia y el presidente de Polonia. Hablamos de todo¡±. El magnate confundi¨® ¡°Whales¡± (ballenas) con ¡°Wales¡± (Gales) y, acto seguido, Twitter se llen¨® de memes pese a que Trump elimin¨® y corrigi¨® el tuit.
Pero este tipo de confusiones no solo ocurren en las redes. Este a?o, el Banco de la Reserva de Australia ha impreso 46 millones de billetes con un error tipogr¨¢fico, seg¨²n la BBC. A los nuevos billetes de 50 d¨®lares les falta una ¡°i¡±, ya que cuentan con la palabra responsabilidad en ingl¨¦s mal escrita ¡ª"responsibilty" en lugar de "responsibility"¡ª. Anteriormente ya se hab¨ªa producido alguna situaci¨®n similar. En Chile, parte de la producci¨®n de monedas de 50 pesos fabricadas por la Casa de Moneda en 2008 ten¨ªan la leyenda ¡°Rep¨²blica de Chiie¡± en lugar de ¡°Rep¨²blica de Chile¡±.
Pulsar una tecla o un bot¨®n sin querer puede incluso llegar a causar el p¨¢nico entre los ciudadanos. En 2018 Haw¨¢i envi¨® por error una alerta de ataque con misiles a toda la poblaci¨®n. Un trabajador de la Agencia de Emergencias estatal, que?pensaba que el ataque era real por un error previo en las comunicaciones internas, puls¨® un bot¨®n que enviaba a todos los ciudadanos el siguiente mensaje: ¡°Alerta de misil bal¨ªstico en direcci¨®n a Haw¨¢i. Busque refugio de inmediato. Esto no es un simulacro¡±. Hasta 40 minutos despu¨¦s, no se les avis¨® de que se trataba de un error.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se refiri¨® en junio en Twitter al pr¨ªncipe Carlos de Gales como ¡°pr¨ªncipe de las ballenas¡±
Sin embargo, algunos de estos fallos tienen consecuencias devastadoras y efectos irreparables. En 2017 una enfermera de Tennessee (EE UU) administr¨® por error un medicamento equivocado a un paciente en el centro m¨¦dico de la Universidad de Vanderbilt, seg¨²n informa la agencia The Associated Press. En lugar de extraer de un botiqu¨ªn electr¨®nico un sedante, se confundi¨® al hacer la selecci¨®n y sac¨® vecuronio, una sustancia presente en el f¨¢rmaco utilizado para matar prisioneros en el corredor de la muerte, seg¨²n el peri¨®dico The Tennessean. El paciente falleci¨® y la enfermera se enfrenta a un juicio por homicidio imprudente.
Un error tipogr¨¢fico arruin¨® la vida a Nigel Lang en 2011. Ten¨ªa 44 a?os y trabajaba en un centro de asistencia para drogadictos, seg¨²n relata la BBC. Acababa de regresar con su familia de vacaciones cuando, un s¨¢bado por la ma?ana, la polic¨ªa llam¨® al timbre de su casa. Le acusaban de haber compartido pornograf¨ªa infantil y se lo llevaron para interrogarlo. Le explicaron que una direcci¨®n IP hab¨ªa llevado a los investigadores a un ordenador de su propiedad.
Su reputaci¨®n qued¨® destrozada y se qued¨® sin trabajo. Los agentes nunca encontraron el ordenador desde el que se supon¨ªa que hab¨ªa compartido im¨¢genes de menores, as¨ª que le dejaron en libertad. A?os m¨¢s tarde, Lang se enterar¨ªa de que un error tipogr¨¢fico de un solo d¨ªgito hab¨ªa vinculado su ordenador, a trav¨¦s de su direcci¨®n IP, al delito de otra persona. Tras el error, recibi¨® una compensaci¨®n econ¨®mica.
Este tipo de fallos pueden provocar a las compa?¨ªas la p¨¦rdida de grandes cantidades de dinero. En 2006, la aerol¨ªnea italiana Alitalia ofreci¨® billetes para un vuelo en clase ejecutiva desde Toronto a Chipre por 39 d¨®lares en lugar de los 3.900 d¨®lares habituales, seg¨²n la BBC. Unos 2.000 pasajeros se aprovecharon de la oferta antes de que la aerol¨ªnea corrigiera el error. Cuando Alitalia intent¨® cancelar los billetes de estos viajeros, se form¨® un gran revuelo por lo que finalmente decidi¨® dejarles volar para mantener su reputaci¨®n. Se estima que este fallo le cost¨® a la compa?¨ªa 7,7 millones de d¨®lares.
La NASA sufri¨® una p¨¦rdida a¨²n mayor: en 1962, un error de c¨®digo le cost¨® 150 millones de d¨®lares, seg¨²n el portal especializado en tecnolog¨ªa Gizmodo. La agencia se preparaba para lanzar al espacio la misi¨®n Mariner 1, cuyo objetivo era sobrevolar Venus y recabar datos sobre su temperatura y la composici¨®n de su atm¨®sfera. Pero la sonda nunca lleg¨® a abandonar la atm¨®sfera terrestre. En el c¨®digo, faltaba un guion alto o supergui¨®n y el cohete comenz¨® a desviarse. Apenas cinco minutos despu¨¦s de su lanzamiento, el centro de control emiti¨® una orden de autodestrucci¨®n que hizo trizas el cohete y la sonda que viajaba en ¨¦l.
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