Cabezas en la nube: c¨®mo combatir las distracciones del aula digital
La irrupci¨®n de nuevas herramientas en la educaci¨®n presencial y en remoto abre un mundo de posibilidades, tambi¨¦n para las mentes dispersas
En las aulas anal¨®gicas, las formas de perder el hilo de la clase ya parec¨ªan infinitas. Pasar una nota, mirar por la ventana, lanzar bolitas de papel, darle un toque personal al estuche, clavar la vista en el techo¡ Nada comparado con las posibilidades disponibles al otro lado de la pantalla de un ordenador, una tablet o un smartphone. ¡°Las herramientas digitales no han tra¨ªdo la posibilidad de distracci¨®n al aula, pero multiplican los est¨ªmulos, el tipo de est¨ªmulos y las posibilidades de interacci¨®n¡±, se?ala Maite L¨®pez, investigadora del departamento de Ciencias Humanas y Educaci¨®n de la Universidad P¨²blica de Navarra.
Usar apps de mensajer¨ªa instant¨¢nea, mirar la hora, enviar correos, ver redes sociales, navegar por Internet y jugar son, en este orden, las actividades favoritas de los estudiantes que emplean dispositivos digitales durante las clases. As¨ª lo revela un estudio de la Universidad de Nebraska, centrado en estudiantes de la generaci¨®n Z (los nacidos despu¨¦s de 1997), que tambi¨¦n cifra la duraci¨®n de estas distracciones en un 19,4% de del tiempo lectivo. ¡°Los estudios demuestran que la idea de un alumnado nativo digital que es capaz de realizar tareas m¨²ltiples, como chatear o leer un correo mientras escucha una clase o participa en un grupo de trabajo, es falsa, ya que el cerebro humano solo es capaz de realizar una tarea cognitiva al mismo tiempo. Lo que sucede es que el cerebro se conecta y desconecta de forma continua y esto afecta a la capacidad de concentraci¨®n y al aprendizaje¡±, contin¨²a L¨®pez.
El hecho es que ni siquiera hace falta abrir la caja de Pandora, basta que el m¨®vil est¨¦ encima de la mesa para que nuestras capacidades cognitivas se reduzcan. Pero ahora incluso m¨®vil puede haberse convertido en la ventana al aula para quienes no tienen tablets y ordenadores en casa. ¡°Hoy en d¨ªa, en la situaci¨®n que nos ha venido no hemos podido digerir todo en su justa medida. El profesor primero tiene que arbitrar diferentes sistemas para que no online un alumno no se pierda y haya equidad¡±, se?ala Esteban V¨¢zquez-Cano, profesor del departamento de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar de la UNED.
En la clase presencial, la interacci¨®n con el profesor y con sus compa?eros y compa?eras ayuda a centrar la atenci¨®nMaite L¨®pez, UPNA
El problema, adem¨¢s, no acaba en la falta de acceso a dispositivos adecuados que medien este aprendizaje en remoto. ¡°En la clase presencial, la interacci¨®n con el profesor y con sus compa?eros y compa?eras ayuda a centrar la atenci¨®n. Los v¨ªnculos sociales y emocionales que se generan en el aula y toda la informaci¨®n y est¨ªmulos comunicativos no verbales tienen gran importancia en el contexto educativo, en la motivaci¨®n del alumnado y en sus procesos de aprendizaje. Adem¨¢s, no todos los ni?os y ni?as tienen en sus casas un espacio propicio para realizar el trabajo escolar, tanto f¨ªsico como el apoyo psicol¨®gico y emocional ante las dificultades¡±, explica L¨®pez.
?C¨®mo se mantiene la atenci¨®n cuando el ¨²nico medio disponible es el digital? Para Esteban V¨¢zquez-Cano, profesor del departamento de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar de la UNED, lo primero es reconocer que el problema viene de lejos y no es ajeno al ¨¢mbito estudiantil: ¡°Exigimos a los estudiantes lo que los adultos, profesionales, no profesionales, con y sin estudios no logramos hacer¡±. Seg¨²n una encuesta llevada a cabo en 2018 por la plataforma de ense?anza online Udemy, tres de cada cinco trabajadores dedican m¨¢s de una hora de sus jornadas laborales a sus tel¨¦fonos personales. De nuevo, esta incapacidad general para mantener la concentraci¨®n en entornos de trabajo empeora a trav¨¦s de las generaciones y toca fondo en millennials e integrantes de la generaci¨®n Z, un tercio de los encuestados admiti¨® dedicar dos o m¨¢s de sus horas de trabajo a estas pantallas. ¡°El tipo de distracciones a las que nos solemos enfrentar var¨ªa en funci¨®n de la edad de las personas¡±, confirma Llibert Argerich, vicepresidente de marketing de Udemy. Sin embargo, V¨¢zquez-Cano encuentra otras particularidades en el ¨¢mbito educativo. ¡°Las personas m¨¢s mayores tienen menos habilidades para el ocio digital, pero no se ve tanta diferencia en la competencia para crear contenidos digitales. Un alumno de 20 a?os tiene muchas veces la misma dificultad que uno de 40¡±, se?ala.
Dorar el aula
En Udemy, procuran adaptar para neutralizar las debilidades del medio digital en cuanto a su capacidad para mantener la atenci¨®n del estudiante. ¡°Potenciamos es que los cursos sean en formato v¨ªdeo, que sean din¨¢micos y atractivos visualmente, con un enfoque muy pr¨¢ctico que permita al estudiante saber aplicar al momento lo que ha aprendido. Adem¨¢s, apostamos por un modelo de peque?as c¨¢psulas de formaci¨®n, de esta forma la atenci¨®n se concentra en ese momento¡±, a?ade Argerich.
V¨¢zquez-Cano, por su parte, prescribe un mayor esfuerzo en el aspecto interactivo y participativo de estas herramientas, que se beneficiar¨ªan de la incorporaci¨®n de sistemas de anal¨ªtica el aprendizaje que ofrecieran feedback tanto a profesores como alumnos. Adem¨¢s, insiste en la necesaria formaci¨®n de alumnos y docentes para que las aprovechen mejor. ¡°Si yo no s¨¦ c¨®mo vincular los contenidos m¨¢s relevantes a la actividad digital m¨¢s propicia para que el alumno lo entienda, no voy a hacer nada con el ordenador. Es como si me das los ingredientes de una paella y yo no he hecho una en mi vida. O me ense?as, o la voy a poder hacer¡±, argumenta.
?Y ahora qu¨¦?
Mientras todo eso llega, Argerich recomienda establecer metas realistas a quienes se ven arrollados por las distracciones de las aulas digitales impuestas por el coronavirus. ¡°El hecho de contar con una planificaci¨®n har¨¢ que los propios estudiantes controlen c¨®mo de r¨¢pido o lento avanzan y, en el caso de que no avancen al ritmo deseado, evaluar si esto es debido a distracciones¡±, a?ade. Adem¨¢s, si todo lo dem¨¢s falla, est¨¢ la opci¨®n de dejar de lado el m¨®vil o utilizar aplicaciones como HeyFocus o StayFocusd, que limitan sus funcionalidades y cerrar las pesta?as del navegador que no est¨¦n relacionadas con la clase que estamos tomando.
En el medio plazo, L¨®pez subraya la necesidad de desarrollar una relaci¨®n m¨¢s saludable con estas pantallas y adquirir h¨¢bitos de trabajo efectivos que incluyan saber cu¨¢ndo desconectar y la construcci¨®n de un pensamiento cr¨ªtico sobre la informaci¨®n que consumen. ¡°Hace falta que se entienda la importancia de esto y c¨®mo baja la concentraci¨®n cuando estamos mirando continuamente el chat¡±. V¨¢zquez-Cano coincide con ella en la necesidad de lograr una mejor integraci¨®n de estos dispositivos en todas las edades. ¡°El camino que hay que andar no es tanto el de prohibir el dispositivo, sino el de hacer un uso responsable, seguro, ¨¦tico y formativo. Y formar a los padres para que en casa no se utilicen como un chupete digital¡±.
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