El futuro de Radar Covid: turno de las comunidades aut¨®nomas
La ¡®app¡¯ de rastreo ha supuesto una carrera contrarreloj para su lanzamiento; su uso depende ahora de la solidaridad de los ciudadanos
[Gr¨¢fico: As¨ª funciona la aplicaci¨®n solidaria contra el virus]
Buena parte de las esperanzas del Gobierno, del personal sanitario, de los rastreadores y empresarios de frenar el rebrote de contagios est¨¢n puestas sobre una sola ¡¯app¡¯. ¡°La tecnolog¨ªa tambi¨¦n puede salvar vidas si se emplea para enfrentar un desaf¨ªo como el que tenemos por delante. Por eso, hemos impulsado la aplicaci¨®n Radar Covid¡±, aseguraba el pasado martes el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, a la vez que ¡°exhortaba¡± a comunidades a unirse a ella y a descarg¨¢rsela de las tiendas de Google y de Apple.
Quiz¨¢s sea usted uno de los 2,6 millones de personas que ya lo ha hecho. Esa aplicaci¨®n que guarda en la memoria de su smartphone ha requerido de una carrera contrarreloj de t¨¦cnicos de varias Administraciones y empresas privadas que han logrado poner en marcha una app que fiable, an¨®nima y potencialmente interoperable con otros pa¨ªses de nuestro entorno.
D¨®nde descargar la app
- M¨®viles con sistema operativo Android. La aplicaci¨®n est¨¢ disponible en este enlace a la Play Store de Google.
- M¨®viles con sistema operativo iOS. La aplicaci¨®n est¨¢ disponible en este enlace a la App Store de Apple.
El disparo de salida lo dio el 20 de mayo la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Econ¨®micos y Transformaci¨®n Digital, Nadia Calvi?o. Ese d¨ªa, anunci¨® en el Congreso de los Diputados la decisi¨®n de ponerla en marcha en el plazo de un mes en Canarias. Espa?a llegaba algo tarde: la mayor parte de pa¨ªses de la UE ya contaban con la suya, y hac¨ªa semanas que estaban a disposici¨®n de sus habitantes.
Este retraso, sin embargo, ha permitido esquivar (al menos por ahora) los errores que s¨ª han cometido otros pa¨ªses. ¡°Si entre marzo y abril, en pleno pico de la pandemia, el Ministerio de Sanidad hubiera decidido introducir una tecnolog¨ªa de rastreo que ya sab¨ªamos que estaba dando fallos, el sistema sanitario se habr¨ªa saturado¡±, asegur¨® recientemente Pablo Hern¨¢ndez, director general de Modernizaci¨®n y Calidad de los Servicios del Gobierno de Canarias y consultor tecnol¨®gico del proyecto.
Nadia Calvi?o ten¨ªa que decidir entre un modelo centralizado, como Francia y el Reino Unido; o uno descentralizado, como Alemania o Italia. En la primera opci¨®n, las autoridades pueden conocer y rastrear identidades, con lo que hay que confiar en que solo usen la app para combatir la covid-19. En el modelo descentralizado, las operaciones m¨¢s importantes ocurren en el m¨®vil, al que tienen acceso solo los usuarios. Espa?a se decant¨® por esta segunda opci¨®n. Es por eso por lo que la informaci¨®n est¨¢ encriptada, es an¨®nima y no es accesible. Francia y el Reino Unido, por cierto, han cosechado sonoros fracasos con sus respectivas apps.
La empresa encargada de desarrollar la app fue Indra. Y el primer test del producto resultante se produjo poco despu¨¦s, el 29 de junio en la isla de La Gomera. Ese d¨ªa, el Gobierno central y el canario lanzaron una prueba piloto de casi un mes. Seg¨²n sus c¨¢lculos, la app se deber¨ªa descargar en al menos 3.000 dispositivos de la isla. A lo largo de dos semanas, los t¨¦cnicos fueron introduciendo oleadas de falsos positivos, hasta llegar a un total de 300. Objetivo, testear su respuesta y su fiabilidad.
El 3 de agosto, La Moncloa anunciaba que la app hab¨ªa pasado con nota la prueba piloto. La situaci¨®n de la pandemia oblig¨® sin embargo a acelerar los planes. Los planes del Ejecutivo pasaban porque la aplicaci¨®n estuviese disponible a partir del 15 de septiembre. El mes se iniciaba, sin embargo, con rebrotes cada vez m¨¢s fuertes surgiendo por todos los rincones. Por eso, ese d¨ªa, la secretaria de Estado de Digitalizaci¨®n e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, anunciaba que en una semana una versi¨®n provisional de Radar Covid estar¨ªa disponible para las comunidades aut¨®nomas.
Y es que la aplicaci¨®n de rastreo consta de dos fases. La primera es la aplicaci¨®n en s¨ª que cada ciudadano se descarga y que, una vez instalada, procede a la recolecci¨®n de identificadores (si el bluetooth est¨¢ activado). Esta etapa es crucial: ¡°Si no llegamos a ocho o diez millones de descargas, la utilidad ser¨¢ escasa¡±, estima Santiago Garc¨ªa, director general de Transformaci¨®n Digital y Relaciones con los usuarios del Gobierno c¨¢ntabro, informa Javier Mart¨ªn-Arroyo.
La segunda fase no es menos importante: consiste en que cada comunidad la integre en su sistema sanitario y forme a su personal y a sus rastreadores. Porque ser¨¢n ellos quienes asignar¨¢n los c¨®digos que genera el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Esta es la fase que el Gobierno est¨¢ intentando acelerar.
Pero esta integraci¨®n requiere tiempo, trabajo y recursos, algo escaso ¨²ltimamente. Andaluc¨ªa, Murcia y Baleares ya la tienen en marcha; Canarias comienza este lunes. En Arag¨®n, la aplicaci¨®n ha empezado en pruebas esta semana en la comarca de Calamocha (7.000 habitantes); y Castilla y Le¨®n tambi¨¦n est¨¢ en pruebas; la Comunidad Valenciana tiene previsto ponerla en marcha en septiembre, al igual que la Comunidad de Madrid y Catalu?a.
En todo caso, Radar Covid ya se puede descargar en todo el territorio nacional, aunque no est¨¦ plenamente operativa en todas las regiones. Resulta aconsejable, de hecho, que los ciudadanos se la descarguen ya, independientemente de su lugar de residencia. El motivo es simple: la versi¨®n actual de la app ya se comunica v¨ªa bluetooth con otros m¨®viles y acumula los contactos de los ¨²ltimos siete d¨ªas, de modo que en el instante en que la regi¨®n la integre en su sistema sanitario se podr¨ªan empezar a mandar alertas sin esperar a lograr masa cr¨ªtica.
Pero la app, como todo en la pandemia, consiste en el trabajo conjunto. ¡°Toda la gesti¨®n del virus descansa sobre la voluntariedad y la solidaridad de la gente¡±, sentencia Pablo Hern¨¢ndez. ¡°El uso de las mascarillas, de geles hidroalcoh¨®licos y la responsabilidad en las reuniones familiares y de amigos. La aplicaci¨®n es solo otro ejemplo m¨¢s¡±.
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