Dos ¡®startups¡¯ espa?olas pondr¨¢n en ¨®rbita una constelaci¨®n de nanosat¨¦lites para impulsar el 5G
Con un Internet de las cosas que demanda cada vez m¨¢s conexi¨®n, la iniciativa mejora el rendimiento de esta tecnolog¨ªa y abre nuevas ¨¢reas de negocio
La hiperconectividad se ha convertido en una caracter¨ªstica de nuestra sociedad. Con mejores o peores infraestructuras, desde el lugar m¨¢s rec¨®ndito queremos que cualquier dispositivo funcione. Poco importa si es un m¨®vil o el sensor de una m¨¢quina. De acuerdo con el ¨²ltimo estudio de Gartner, 21.000 millones de aparatos estar¨¢n conectados cuando finalice el a?o y aumentar¨¢n un 130% en 2024. Ante esta realidad, tecnolog¨ªas como el 5G, a¨²n pendiente de desplegarse en su totalidad para demostrar su eficacia, est¨¢n llamadas a ser trascendentales. Para lograrlo, dos startups espa?olas, Sateliot y Open Cosmos, han decidido colonizar el espacio con una constelaci¨®n de 100 nanosat¨¦lites. La primera se encarga de fabricarlos y ponerlos en ¨®rbita; la segunda de los servicios que prestan. Su pretensi¨®n: mejorar la conectividad y que el 5G sea m¨¢s eficiente.
Explica Jaume Sanpera, CEO y fundador de Sateliot, que las operadoras m¨®viles solo pueden cubrir un 10% del planeta con sus redes. Sectores como el agroalimentario o el minero, que trabajan en zonas con peores conexiones, no pueden sacar todo el partido a la inversi¨®n digital que han hecho en log¨ªstica e infraestructuras. Requieren de una cobertura continua que, hoy en d¨ªa, no han obtenido. Por mucho Internet de las cosas que incorporen, todav¨ªa est¨¢n lejos de lograr el beneficio que se le presupone. ¡°Con nuestras constelaciones de nanosat¨¦lites llegamos a ese 90% que tiene graves problemas de cobertura. Ofrecemos esta conectividad a las empresas de telecomunicaciones, que son las que poseen las redes¡±, sostiene.
Pese a que hasta dentro de dos a?os la constelaci¨®n no estar¨¢ completamente formada ¡ªsolo han lanzado un nanosat¨¦lite por el momento¡ª, el cambio en el sector espacial parece evidente. Orbitan a 520 kil¨®metros de la Tierra, en vez de a los 36.000 habituales; su tama?o es similar al de un microondas; y giran alrededor del planeta, lo que facilita que siempre haya alguno operativo. Esto se traduce en menos costes, mayor facilidad para escalarlos y eliminaci¨®n de intermediarios para conectarse a la se?al. ¡°Hay que dejar de ser unos rom¨¢nticos acerca del sector espacial. Es m¨¢s que ir a Marte. Es una herramienta imprescindible para resolver los mayores retos mundiales¡±, argumenta Rafael Jord¨¤, CEO y fundador de Open Cosmos.
Si se cumplen los pron¨®sticos sobre la denominada revoluci¨®n del internet de las cosas, el 5G ha de jugar un papel indispensable. Para conectar miles de millones de dispositivos, las redes actuales, las 4G, cuentan con un grave problema: no pueden atender todas las fuentes y enviar tal cantidad ingente de microdatos. Sus estaciones base, donde sucede este proceso de recepci¨®n y emisi¨®n, no dan abasto. De ah¨ª la trascendencia en cambiar de un cuatro a un cinco el n¨²mero que acompa?e a la G. ¡°Las telecomunicaciones m¨®viles son buenas en densidad y malas en cobertura. Con los nanosat¨¦lites ocurre justo al rev¨¦s. Por esta raz¨®n, queremos complementar la red con nuestra ¨®rbita y mejorar el 5G¡±, asegura Sanpera.
Para poner en marcha la constelaci¨®n, han tenido que pedir dos permisos, uno de ¨®rbita ¡ªexpedido en este caso por Espa?a¡ª y otro de frecuencias, responsabilidad de la Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones (ITU), encargada de regular las telecomunicaciones mundialmente entre las distintas Administraciones y empresas operadoras. ¡°No solo ofrecemos la tecnolog¨ªa, sino que tambi¨¦n operamos los nanosat¨¦lites y garantizamos su seguridad jur¨ªdica y legal. Nos encargamos de todo¡±, zanja Jord¨¤.
Lucha contra la emergencia clim¨¢tica
Puestos a llegar al espacio, la conectividad es una buena excusa para comenzar esta carrera, pero no la ¨²nica. Los usos de los nanosat¨¦lites trascienden el Internet de las cosas y el 5G. En palabras del fundador de Open Cosmos, la lucha contra la emergencia clim¨¢tica tambi¨¦n est¨¢ en su punta de mira. Estos peque?os artefactos tienen el potencial de observar el globo terr¨¢queo en su totalidad. Sacar fotograf¨ªas en distintas bandas ¨®pticas con las que extraer informaci¨®n relevante de la evoluci¨®n medioambiental del planeta. ¡°Podemos, por ejemplo, saber cu¨¢l es el consumo energ¨¦tico de las diferentes regiones de la Tierra. El 80% de la informaci¨®n clim¨¢tica proviene de los sat¨¦lites¡±, precisa.
Hasta las propias empresas pueden darle otro tipo de usos. Las relacionadas con el transporte y la log¨ªstica, gracias a estas fotograf¨ªas y los sensores, pueden optimizar sus rutas. Saben con total precisi¨®n de d¨®nde extraen los recursos, cu¨¢l es su humedad, los niveles de ox¨ªgeno y c¨®mo se mueven de un lugar a otro. ¡°Los datos podr¨¢n ser analizados por la compa?¨ªa que env¨ªa la mercanc¨ªa, por las intermediarias o por la misma tripulaci¨®n del veh¨ªculo en el que viajan¡±, detalla Sanpera.
Las tecnolog¨ªas del sector espacial viven un momento de grandes cambios. Diferentes expertos se?alan que, en los pr¨®ximos cinco a?os, se va a redefinir la industria por completo ¡ªalgunos lo llaman el nuevo Internet¡ª. La conectividad, junto con sus derivadas como el big data y el Internet de las cosas, ha supuesto un aldabonazo, aunque todav¨ªa es un sector muy cerrado, con barreras de entrada muy fuertes. Falta conocer si el tiempo las derribar¨¢ y har¨¢ buenos los augurios. ¡°Espa?a puede engancharse a esta tendencia. Tiene talento y conocimiento m¨¢s que de sobra. La carrera, en cierta medida, acaba de comenzar¡±, concluye Jord¨¤.
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