Fuego cruzado en el Capitolio contra Twitter y Facebook

Un total de 300.000 tuits etiquetados por contribuir a la desinformaci¨®n en las elecciones estadounidenses. Dos de cada 1.000 mensajes de la conversaci¨®n en Twitter sobre las presidenciales, publicados entre el 27 de octubre y el 11 de noviembre, fueron se?alados por Twitter por quebrantar sus pol¨ªticas de lucha contra la difusi¨®n de noticias falsas. As¨ª lo ha explicado este martes Jack Dorsey, m¨¢ximo ejecutivo de la compa?¨ªa, ante el Congreso de Estados Unidos.

Dorsey y Mark Zuckerberg, su hom¨®logo en Facebook, volv¨ªan a someterse al interrogatorio de los senadores apenas tres semanas despu¨¦s de su ¨²ltima comparecencia ante otro comit¨¦. Igual que la anterior, en la que les acompa?aron ejecutivos de Google y Apple, tambi¨¦n en esta audiencia han comparecido por videoconferencia debido a la pandemia. Los jefes de Silicon Valley son ya casi una presencia habitual en el Capitolio. Pero las expectativas este martes eran particularmente altas, debido al papel que ambas compa?¨ªas est¨¢n desempe?ando en un proceso electoral que a¨²n no est¨¢ cerrado, no tanto por que queden a¨²n unos pocos votos por recontar, sino por el ins¨®lito hecho de que el presidente Trump se niega, dos semanas despu¨¦s de las elecciones, a aceptar una derrota contundente que todos los grandes medios acreditan y la comunidad internacional reconoce.

Twitter y Facebook, han asegurado sus jefes, est¨¢n tomando medidas sin precedentes en su esfuerzo por limitar la desinformaci¨®n durante el proceso. ¡°Hemos llevado a cabo el mayor esfuerzo por la integridad de un proceso electoral que ha hecho una compa?¨ªa privada en tiempos recientes¡±, ha defendido Zuckerberg. Pero la necesidad de un mayor control de su poder de moderaci¨®n de la conversaci¨®n suscita un raro consenso entre ambos partidos. ¡°No quiero que el Gobierno asuma el papel de decir a Estados Unidos qu¨¦ tuits son leg¨ªtimos y cu¨¢les no. Pero cuando hay compa?¨ªas que tienen el poder de Gobiernos, mucho m¨¢s que los medios tradiciones, algo hay que hacer¡±, ha dicho el republicano Lindsay Graham, presidente del Comit¨¦ Judicial que ha acogido la comparecencia.

La justificaci¨®n legislativa de convocar estas audiencias en el Capitolio es debatir la reforma de un precepto clave: la secci¨®n 230 de la Ley de la Decencia de las Comunicaciones de 1996, que libera a las compa?¨ªas tecnol¨®gicas de la responsabilidad por los contenidos publicados en sus plataformas, aunque estos quebranten las leyes. La norma, ha defendido Dorsey, ¡°ha creado muchas cosas buenas y mucha innovaci¨®n¡±. ¡°Si no hubi¨¦ramos contado con esas protecciones cuando comenzamos hace 14 a?os, no podr¨ªamos haber empezado¡±, ha a?adido.

Ambos partidos apoyan la reforma de la secci¨®n 230, pero hasta ahora las audiencias en el Senado no hab¨ªan aportado mayores concreciones. Este martes s¨ª. Los senadores han dejado ver que la iniciativa legislativa se abordar¨¢ en la pr¨®xima legislatura, cuando en enero se constituya el nuevo Congreso salido de las urnas. ¡°Debemos encontrar una manera de que cuando Twitter y Facebook toman una decisi¨®n sobre qu¨¦ es fiable y qu¨¦ no, qu¨¦ permitir y qu¨¦ no, haya una transparencia en el sistema. La secci¨®n 230 debe cambiarse porque no podemos avanzar de aqu¨ª a all¨¢ sin una reforma¡±, ha dicho Graham. ¡°El cambio va a llegar. No hay duda. Y planeo promover una reforma agresiva a la secci¨®n 230¡±, ha asegurado el senador dem¨®crata Richard Blumenthall. Tanto Dorsey como Zuckerberg han dicho estar a favor de una reforma, en el sentido de que los procesos sean m¨¢s transparentes.

El problema, de nuevo, es que el consenso entre ambos partidos termina en la necesidad de reforma. Sobre la naturaleza de la misma, y los problemas a corregir, existen discrepancias dif¨ªcilmente reconciliables. Los republicanos acusan a Twitter y Facebook de censurar voces conservadoras. Los dem¨®cratas, de que no hacen lo suficiente para combatir la desinformaci¨®n.

Ambos ten¨ªan ejemplos recientes para apoyar sus posturas. Los republicanos se han aferrado a la decisi¨®n de Twitter, durante la campa?a, de restringir la difusi¨®n de una controvertida pieza del tabloide The New York Post sobre Hunter Biden, hijo del hoy presiente electo. Ese fue precisamente el motivo que llev¨® en octubre a Graham a convocar la audiencia de este martes. Twitter bloque¨® la difusi¨®n de la historia ¨Dbasada en un supuesto e-mail de un ejecutivo ucranio a Hunter Biden, con el que el Post quer¨ªa denunciar tr¨¢fico de influencias por parte del hoy presidente electo¨D porque violaba su pol¨ªtica de no difundir contenido hackeado. Los republicanos denuncian censura, y el propio Dorsey ha insistido este martes en que fue un error y que la compa?¨ªa lo corrigi¨® inmediatamente. ¡°Los errores suceden m¨¢s, o solamente, en un lado del espectro pol¨ªtico que en otro¡±, se ha quejado el senador republicano Mike Lee.

Los dem¨®cratas, por su parte, contaban entre su argumentario con la reciente ofensiva de Trump, que difunde cada d¨ªa en Twitter graves acusaciones falsas de fraude electoral y asegura que ha ganado las elecciones. Twitter a?ade advertencias a los mensajes falsos del presidente pero, seg¨²n la senadora dem¨®crata Dianne Feinstein, las advertencias se quedan cortas. ¡°Estos tuits movilizan a la gente, la hacen levantarse¡±, ha defendido. La resistencia de los senadores republicanos, incluido el propio Graham, a enfrentarse a las alegaciones infundadas de fraude e irregularidades en el recuento vertidas por Donald Trump desde las elecciones les coloca en una situaci¨®n inc¨®moda en este debate.

Los republicanos se han centrado en criticar el poder de las dos compa?¨ªas para moderar la conversaci¨®n global, acus¨¢ndolas de actuar con motivaciones pol¨ªticas, ocultos tras una legislaci¨®n permisiva. Consideran que la supuesta ideolog¨ªa de los empleados produce un sesgo anti conservador, pero hasta ahora no han sido capaces de aportar m¨¢s que evidencia anecd¨®tica. Pero parte del inter¨¦s de la audiencia de este martes radicaba en que ofrec¨ªa la oportunidad de ver las prioridades que guiar¨¢n a la pr¨®xima administraci¨®n dem¨®crata en esta batalla contra el excesivo poder de las grandes tecnol¨®gicas. La campa?a de Joe Biden ha sido beligerante con estas compa?¨ªas, a las que ha acusado de no actuar con firmeza contra la desinformaci¨®n. Tambi¨¦n ha sido claro el equipo del presidente electo en criticar las supuestas pr¨¢cticas monopol¨ªsticas de estos gigantes, en lo que constituye otro de los principales frentes de la batalla entre Washington y Silicon Valley.

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