La negativa de Trump a reconocer la derrota tensa al m¨¢ximo al Partido Republicano

Los principales l¨ªderes del Partido Republicano en Washington se muestran dispuestos a prolongar el tiempo que sea necesario el ¨²ltimo y m¨¢s grave desaf¨ªo de Donald Trump contra la realidad. En su negativa a reconocer la derrota en las elecciones, Trump cont¨® entre el domingo y el martes con el apoyo de los principales nombres republicanos de Washington. El m¨¢s importante, el l¨ªder de la mayor¨ªa en el Senado, Mitch McConnell, que sin corear las acusaciones de fraude intent¨® revestir de normalidad legal lo que es un ataque sin precedentes a la transici¨®n pac¨ªfica en el poder.

La Administraci¨®n que comenz¨® su andadura justificando que una mentira no es una mentira, sino ¡°hechos alternativos¡±, est¨¢ elevando ese concepto hasta discutir el hecho de que el presidente ha perdido las elecciones por decenas de miles de votos en Estados clave, y casi cinco millones a nivel nacional. Algunos republicanos han asumido por completo el discurso de que hay ¡°votos ilegales¡± y que en realidad Trump ha ganado la elecci¨®n. Otros, como McConnell, no han llegado a tanto pero justifican con un revestimiento de legalidad y normalidad la actitud de Trump.

En un discurso en el Senado el lunes, McConnell, el republicano m¨¢s poderoso de Washington, defendi¨® el derecho del presidente a presentar acciones legales para poner en duda el resultado. ¡°Tenemos uno o dos Estados que van camino de un recuento¡±, a?adi¨® McConnell. Es muy probable que el resultado en Georgia sea tan ajustado que requiera de un recuento. Los recuentos en EE UU a veces han encontrado errores, pero suelen reducirse a unas pocas papeletas. Jam¨¢s han cambiado un resultado electoral de miles de votos. Y adem¨¢s, Georgia es irrelevante para los n¨²meros finales de Biden sobre Trump.

¡°Ning¨²n Estado ha certificado a¨²n sus resultados electorales¡±, resumi¨® McConnell para no reconocer la victoria de Joe Biden. En el mismo discurso, McConnell presumi¨® de que los republicanos han conseguido defender moment¨¢neamente su mayor¨ªa en el Senado y han conseguido reducir la mayor¨ªa dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes. Esos senadores y representantes iban en las mismas papeletas que Biden y Trump, esas que no han sido certificadas y que el equipo legal del presidente pretende discutir en los tribunales.

McConnell asume as¨ª el lenguaje de Trump, pero solo en su aspecto m¨¢s evidente: los votos tienen que ser legales y tiene derecho a pedir un recuento. En sus palabras no asume las denuncias de fraude ni robo de las elecciones, algo de lo que nadie ha presentado la m¨¢s m¨ªnima prueba durante una semana. Con sus declaraciones, queda garantizado que los principales republicanos con poder en Washington seguir¨¢n coreando la teor¨ªa de la conspiraci¨®n lanzada por el presidente para negarse a aceptar el resultado de la elecci¨®n. Nadie le va a llevar la contraria.

Otros republicanos, como el senador Mitt Romney, o el ¨²ltimo presidente republicano antes de Trump, George W. Bush, han felicitado a Biden en el momento que hubo un consenso entre las proyecciones de los medios, como es tradici¨®n.

Las contradicciones entre los deseos y la realidad explotaron en el Partido Republicano de Georgia. Los senadores republicanos David Perdue y Kelly Loeffler escribieron una carta p¨²blica pidiendo la dimisi¨®n del secretario del Estado de Georgia, Brad Raffensperger, por unas elecciones que consideran ¡°una verg¨¹enza¡±. Raffensperger, como todo el Gobierno de Georgia, es republicano. El responsable electoral respondi¨® diciendo que las cr¨ªticas y la petici¨®n de dimisi¨®n era ¡°de risa¡±. El gobernador, Brian Kemp, tambi¨¦n asumi¨® el lenguaje de Trump, mientras que el vicegobernador dijo que no hab¨ªa visto ninguna evidencia de irregularidad.

El trasfondo de lo que est¨¢ pasando en el Partido Republicano es b¨¢sicamente electoral. Si bien los republicanos han mantenido moment¨¢neamente la mayor¨ªa en el Senado, los esca?os de Perdue y Loeffler en Georgia se encaminan a una segunda vuelta que se celebra el 5 de enero. Sin esos dos esca?os, la mayor¨ªa republicana desaparecer¨¢, McConnell perder¨¢ su poder (que ha ejercido durante seis a?os) y Biden tendr¨¢ v¨ªa libre para negociar con un Congreso dem¨®crata.

En otro momento, los esca?os de Georgia no estar¨ªan en juego. Pero el martes pasado, los dem¨®cratas demostraron que pueden ganar elecciones a nivel estatal en ese Estado tradicionalmente republicano. Los n¨²meros, adem¨¢s, demuestran que la influencia de Trump sobre los votantes republicanos es muy intensa. Contra pron¨®stico, el presidente ha sacado una cifra impresionante de votos (71 millones) y ha a?adido al menos nueve millones de votantes m¨¢s al partido en estos cuatro a?os. Los republicanos necesitan mantener a esas bases activas y movilizadas al menos dos meses m¨¢s para defender su mayor¨ªa en el Senado. Cualquiera que aspire a ganar una elecci¨®n, y cualquiera que aspire a liderar el partido en 2024, necesita la bendici¨®n de Trump, al menos a corto plazo. Nadie se puede permitir aparecer como un traidor. Trump sigue siendo presidente hasta el 20 de enero a mediod¨ªa.

En este contexto, este martes se produjo otra disociaci¨®n con la realidad al m¨¢s puro estilo trumpiano. Mike Pompeo, secretario de Estado de EE UU, dijo en una rueda de prensa que ¡°habr¨¢ una transici¨®n tranquila hacia una segunda Administraci¨®n Trump¡±, ante unos periodistas at¨®nitos. En las ¨²ltimas horas, Joe Biden ha sido felicitado por el presidente de Francia, el primer ministro de Canad¨¢ o el primer ministro de Israel. Apenas horas antes de esas palabras de Pompeo, el primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson, hab¨ªa hablado por tel¨¦fono con Biden para felicitarle.

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