?Me habr¨¦ dejado encendido el micr¨®fono del ordenador? Los rituales neur¨®ticos del confinamiento
El teletrabajo acrecienta el pavor a ser visto y o¨ªdo a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa que tenemos en casa
Las vidas sociales inventadas para Instagram. Los planos muy cerrados de fiestas presuntamente abarrotadas por amigos que nunca llegaron, y que quiz¨¢s tampoco fueran tan amigos. Las casas perfectamente iluminadas, con sus cactus y sus alfombras de fibra natural¡ La felicidad producida y simulada en Internet tiene un antes y un despu¨¦s. En Espa?a est¨¢ marcado por el 14 de marzo de 2020, d¨ªa del inicio del confinamiento, pero cada pa¨ªs tiene su punto de inflexi¨®n. A partir de ese momento esas energ¨ªas comenzaron a viajar en direcci¨®n inversa y, despu¨¦s de un duro aprendizaje, se centraron en esconder y proteger la vida real en lugar de simular una vida perfecta.
Casi todas las neurosis generadas por Internet, las plataformas y las redes sociales empiezan por una sigla de dos letras: FO, el acr¨®nimo para las palabras inglesas fear of que significan Miedo a. As¨ª hemos sufrido varias fobias no reconocidas por el DSM 5, el manual oficial de los trastornos mentales: El FOMO (fear of missing out) definido como el miedo a no estar en todas partes, o el FOBO, el temor paralizante de no hacer la elecci¨®n correcta (fear of better option), o el miedo a ser uno del mont¨®n (fear of being ordinary).
Las siglas FOBO, que tambi¨¦n han servido para nombrar otra fobia contempor¨¢nea, el miedo a quedarse sin Internet (fear of being off line), han adquirido en 2020 otro significado: fear of being on, algo que podr¨ªamos traducir como el miedo a ser t¨² mismo o a que te descubran siendo t¨² mismo. O quiz¨¢s, el pavor a ser visto y o¨ªdo a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa que tienes en casa. Un art¨ªculo de la revista The New Yorker lo resume de este modo: ¡°En estos d¨ªas somos todos Robert Kelly¡±.
Robert Kelly, analista experto en Corea del Sur, protagoniz¨® hace tres a?os un fen¨®meno viral que ya forma parte de la memoria colectiva. Mientras hac¨ªa una entrevista en directo con la cadena BBC sus dos hijos peque?os irrumpieron en la habitaci¨®n y tras ellos su madre, derrapando a toda velocidad, para arrastrarlos fuera del campo visual de la c¨¢mara. Kelly, entretanto, intentaba mantener la compostura, mientras medio mundo se re¨ªa y debat¨ªa sobre su vida privada
Desde que 2020 se convirti¨® en una larga videollamada estos episodios y otros peores han comenzado a repetirse, algunos con consecuencias bastante duras para sus protagonistas. El nuevo FOBO se manifiesta cuando ponemos en marcha largos rituales para no ser Robert Kelly.
La definici¨®n fue creada por la dise?adora de la revista Slate Holly Allen, y es uno de los pilares de los trastornos de ansiedad que se asocian a las largas horas de exposici¨®n a Zoom o a cualquier otra plataforma de videollamadas. Si la cercan¨ªa de una reuni¨®n en Zoom lo pone en alerta y lo hace iniciar rituales repetitivos de comprobaci¨®n como asegurarse de que el micr¨®fono est¨¦ apagado, que su fondo real o virtual es as¨¦ptico, que todo su entorno est¨¢ bajo control, que cada uno de sus movimientos durante la llamada, as¨ª como los de sus convivientes, mascotas incluidas, estar¨¢n en perfecto estado de revista para soportar el escrutinio de miradas extra?as es usted un posible candidato a sufrir de neoFOBO. A estas alturas qui¨¦n no lo es.
Concepto clave
Pero para los creadores del concepto la clave est¨¢ en la repetici¨®n. Si una vez comprobado que no hay flecos sueltos en su puesta en escena siente con urgencia y antes de diez segundos que debe volver a repasar cada detalle, m¨¢s que un candidato puede usted considerarse un caso cl¨ªnico.
Algunos expertos creen que estas manifestaciones son la sombra alargada de la fobia social que algunos han sufrido toda la vida y que ahora se exacerba ante las circunstancias extremas de un a?o con poca interacci¨®n social. Seg¨²n Alison Padakis, directora de estudios de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica de la Universidad John Hopkins, toda la ansiedad que genera una videollamada tiene una ra¨ªz com¨²n con la fobia social: el miedo a un juicio negativo de los otros. ¡°La mayor¨ªa de la gente no est¨¢ a gusto cuando se sabe observada por un grupo de personas, y en una reuni¨®n virtual se es muy consciente de que est¨¢s siendo examinado, t¨² y todo tu entorno¡±.
Por si fuera poco, uno tambi¨¦n est¨¢ observ¨¢ndose y juzgando su puesta en escena. ¡°Nadie est¨¢ c¨®modo mir¨¢ndose a s¨ª mismo durante largos per¨ªodos de tiempo¡±, dice Libby Sander, una investigadora que junto a su colega Olivier Bauman conduce en la Bond University de Queenland, Australia, un estudio sobre los efectos psicol¨®gicos de ser forzado a trabajar en remoto. ¡°En una videoconferencia se adquiere mucha consciencia del aspecto y los rasgos del rostro, eso explica que se minimicen las reacciones emocionales y todo sea m¨¢s plano y menos natural¡±, escribe en un art¨ªculo. Posar para uno mismo ante una c¨¢mara varias horas al d¨ªa es demoledor para la atenci¨®n. Nada parece m¨¢s importante que nuestro propio reflejo.
El crecimiento inesperado de algunos procedimientos est¨¦ticos en un a?o de austeridad -un repunte que se ha notado en Estados Unidos, Jap¨®n, Corea del Sur y Australia, seg¨²n la BBC, y tambi¨¦n en Espa?a donde algunos retoques como el aumento de labios y las rinoplastias se han duplicado respecto a 2019, seg¨²n la Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Reparadora y Est¨¦tica - se relacionan con las horas pasadas este a?o frente a una pantalla y el preciso diagn¨®stico que hemos hecho de lo que no nos gusta de nuestro rostro. La mascarilla para ocultar el postoperatorio ha sido de inestimable ayuda.
La teor¨ªa de Padakis es que en un encuentro cara a cara habr¨ªa m¨¢s oportunidades de no mantener el contacto visual, de tomarse un descanso de las caras propias y extra?as, de tomar notas o mirar por una ventana, sin embargo en una videoconferencia uno se siente obligado continuamente a demostrar atenci¨®n fijando la mirada en un punto, aunque quiz¨¢s se escuche menos al otro y la mirada se desv¨ªe a los libros que hay en una estanter¨ªa o al ruido de fondo que sale de su sal¨®n.
2020 que ya se ha ganado los peores ep¨ªtetos ser¨¢ tambi¨¦n el a?o en que nadie tuvo que convencernos de que La ley de Teletrabajo debe incluir entre sus art¨ªculos fundamentales el derecho a apagar la c¨¢mara y a dejar el micr¨®fono en mute. A ser el zombie de la reuni¨®n y a trabajar en modo inc¨®gnito. Ya nadie quiere simular una vida perfecta, se conforma con proteger la que tiene.
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