Ganar y ganar y volver a ganar
En un mundo con capacidades t¨¦cnicas para los implantes, la inteligencia artificial y la selecci¨®n y manipulaci¨®n gen¨¦tica, ?d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites si el objetivo es solo ganar?
Citius, altius, fortius. M¨¢s r¨¢pido, m¨¢s alto, m¨¢s fuerte. As¨ª inauguraba el bar¨®n de Coubertin los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs en 1900. Un lema que parece cumplirse. En esas olimpiadas, Michel Th¨¦ato necesit¨® tres horas para ganar el marat¨®n bajo la sombra de la torre Eiffel. En R¨ªo 2016, pese a la lluvia, a Eliud Kipchoge solo le llev¨® dos horas y ocho minutos. El mismo Kipchoge, tres a?os despu¨¦s, en Viena, bajaba de las dos horas con ¡°ayudas externas¡±.
Pero, ?son ajenas estas ayudas y las mejoras tecnol¨®gicas a esa evoluci¨®n constante? ?En cu¨¢nto tiempo hubiera corrido los 100 metros Jesse Owens si en vez de sobre cenizas hubiera corrido sobre las pistas sint¨¦ticas de hoy con las zapatillas de 99 gramos de peso y tecnolog¨ªa espacial que utiliza Usain Bolt?
Los l¨ªmites a estas tecnolog¨ªas van mucho m¨¢s all¨¢ del deporte y entran de lleno en la ¨¦tica. La mercantilizaci¨®n y utilizaci¨®n pol¨ªtica del deporte pasan por la necesidad de ganar. Pese a las impresionantes im¨¢genes de Leni Riefenstahl, las olimpiadas de Berl¨ªn fueron un fracaso pol¨ªtico para Hitler porque el triunfador fue Owens. Nadie recordar¨ªa la semifi nal de waterpolo de Sidney 56 si Hungr¨ªa no hubiera ganado a la URSS semanas despu¨¦s de la entrada de los tanques sovi¨¦ticos en Budapest. Sin ese gol de la ¡°mano de Dios¡± en el estadio Azteca no habr¨ªa ¨¦pica posguerra de las Malvinas.
Y algo similar ocurre con el lucrativo negocio deportivo. El dinero y la propaganda no entienden de deporte, entienden de ganar. Luis Aragon¨¦s defi n¨ªa el f¨²tbol profesional como ¡°ganar y ganar y volver a ganar¡±. Pero en un mundo con capacidades t¨¦cnicas para los implantes, la inteligencia artificial y la selecci¨®n y manipulaci¨®n gen¨¦tica, ?d¨®nde est¨¢n los l¨ªmites si el objetivo es solo ganar?
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