?Fiebre del oro en Clubhouse? El ¨¦xito de la red social aviva la compraventa de dominios .club
En medio de transacciones que alcanzan los varios miles de euros y buscan sacar r¨¦dito en posteriores reventas, los expertos advierten que es pronto para apostar por el triunfo de la plataforma y la extensi¨®n
Jason Steinhauer lleg¨® a Clubhouse en agosto del a?o pasado, cuando poblaban la red social del audio unos pocos miles de usuarios. ¡°En los primeros d¨ªas, me sorprendi¨® el apetito de conocimiento hist¨®rico en las conversaciones a las que me sumaba¡±, recuerda. Este descubrimiento le llev¨® a fundar el primer club de la plataforma centrado en la historia, History Club, que ahora acumula 30.000 seguidores y re¨²ne a centenares de personas en sus coloquios semanales. Menos de un mes despu¨¦s de desembarcar en este foro, Steinhauer habl¨® con uno de los primeros inversores en la aplicaci¨®n ¡ªque ya ha superado los 100 millones de d¨®lares de financiaci¨®n¡ª: ¡°Me dijo que Clubhouse ten¨ªa el potencial para convertirse en una plataforma mucho mayor y me anim¨® a ampliar el History Club¡±. Al d¨ªa siguiente compr¨® un dominio: historyclub.club.
La extensi¨®n de su p¨¢gina es especialmente apropiada para esta red social, donde los usuarios pueden agruparse en clubes tem¨¢ticos desde los que organizar sus conversaciones: el c¨¦lebre The Good Time Show, que tuvo como invitado a Elon Musk, est¨¢ en thegoodtimeshow.club; la comunidad de las canciones de cuna usa Lullaby.club, el foro de tendencias tecnol¨®gicas Talk Nerdy To Me est¨¢ en TNTM.club, el agregador de conversaciones YoYo est¨¢ en yoyo.club¡ Hasta la propia aplicaci¨®n emplea el dominio join.club como punto de entrada para nuevos usuarios. Se trata de una afinidad casual que para CLUB Domains, la empresa estadounidense que gestiona esta extensi¨®n desde su creaci¨®n, en 2014, podr¨ªa ser una loter¨ªa. ¡°La ¨²nica manera de describirlo es absoluto pandem¨®nium¡±, celebraba Colin Campbell, fundador de la compa?¨ªa, en un tuit publicado el pasado 16 de enero, tras batir un r¨¦cord de ventas y registros. En el mismo hilo, el empresario admit¨ªa desconocer el motivo, pero apuntaba a la existencia de ¡°una nueva red social llamada Clubhouse¡±. Ahora la web corporativa es un homenaje a la plataforma: ¡°Usa tu dominio .club para conectarte y desconectarte de la aplicaci¨®n de Clubhouse, la nueva red social m¨¢s popular del mundo¡±, proclama.
El d¨ªa del ¡°pandem¨®nium¡±, Campbell comunic¨® 7.401 registros y 469 ventas premium en 24 horas. Los primeros suponen la creaci¨®n de sitios web previamente inexistentes y por los que se paga, sin mediar oferta, unos 15 euros al a?o. En la categor¨ªa premium figuran dominios de especial inter¨¦s ¡ªbreves y con palabras clave¡ª que han sido reservados por las registradoras o previamente comprados por inversores con la esperanza de venderlos a un precio superior. El pasado 31 de enero, el dominio premium chess.club se vendi¨® por 8.000 d¨®lares en GoDaddy. Si quisi¨¦ramos comprar privacy.club tendr¨ªamos que desembolsar m¨¢s de 1.600 euros. ¡°No me habr¨ªa planteado pagar tanto¡±, asegura Steinhauer.
Desde IONOS, agente registrador de dominios con presencia internacional, confirman la creciente popularidad de la extensi¨®n: entre diciembre de 2020 y enero de 2021, los registros se han incrementado en un 80% y el ritmo se mantiene para febrero. ¡°Estamos viendo un incremento sustancial de las b¨²squedas del t¨¦rmino club y, en consonancia, un incremento de los registros de m¨¢s del 70% mes a mes. Esto nos lleva a pensar que el aumento de usuarios activos mejorar¨¢ significativamente la visibilidad del .club¡±, explica Ulrich Retzlaff, experto en dominios de IONOS.
Construir o especular
Otro factor que est¨¢ contribuyendo a la renovada notoriedad de esta extensi¨®n son las propias conversaciones en Clubhouse. Andrew Alleman denunciaba recientemente en el portal especializado DomainNameWire que ¡°consejos cuestionables¡± estaban empujando a inversores inexpertos a poner sus ahorros en juego. Con m¨¢s de una d¨¦cada de experiencia en la compraventa de dominios, Morgan Linton, coincide en que buena parte del incremento de las ventas procede de las recomendaciones que se est¨¢n haciendo en la red social: ¡°Luego la gente que invierte lo comenta tanto en Clubhouse como en Twitter y genera alboroto adicional¡±. En su opini¨®n es una apuesta arriesgada, puesto que se trata de un mercado peque?o donde los ¨¦xitos pasados se han dado m¨¢s en la construcci¨®n de webs con esta extensi¨®n que en la compraventa de dominios. Por lo pronto, se?ala Linton, comprar un dominio .club puede ser una buena idea para quien est¨¢ lanzando su propia p¨¢gina, pero quien decide invertir en una cartera con la que especular bien podr¨ªa hacer el mismo gasto en una casa de juego.
¡°?Ha llegado el momento del .club?¡±, se preguntaba Campbell el 23 de enero. Seg¨²n explica Xavier Idevik, director de marketing de DonDominio, es pronto para saber si estamos ante una inesperada edad de oro. En sus estad¨ªsticas, los nuevos registros tambi¨¦n muestran un incremento notable ¡ªen este caso del 50%¡ª, para enero y tendencias similares en febrero. Pero el experto advierte de la naturaleza vol¨¢til de esta familia de extensiones: ¡°Los que no son el t¨ªpico .com o .es no tienen tendencias tan fijas¡±. Por una parte, la alta demanda que esperan quienes est¨¢n invirtiendo en esta extensi¨®n para posteriores reventas podr¨ªa no llegar nunca. Por otra, podr¨ªa llegar, pero en forma de moda pasajera. ¡°El ¨²ltimo gran lanzamiento que tuvimos nosotros fue con la extensi¨®n .app. Al principio hubo mucho hype ¡ªbombo¡ª, pero despu¨¦s se estabiliz¨®¡±, recuerda Idevik.
En el mercado de los dominios son m¨¢s frecuentes las modas que afectan a la parte de la direcci¨®n web que va antes de la extensi¨®n. Retzlaff pone de ejemplo el incremento de registros que inclu¨ªan el t¨¦rmino Blockchain. Pero en la historia reciente de Internet ha habido otros apellidos ilustres. Idevik estaca el caso de dominios asociados a pa¨ªses concretos que una vez lanzados han encontrado nuevos significados. El .io, perteneciente al territorio brit¨¢nico del Oc¨¦ano ?ndico, es la extensi¨®n predilecta de las startups; el .me de Montenegro abunda en p¨¢ginas personales por su significado en ingl¨¦s ¡ªyo¡ª, y es frecuente encontrar el .co de Colombia en p¨¢ginas de empresas, como diminutivo de compa?¨ªa.
Para Linton, la situaci¨®n de los anteriores no es comparable ahora mismo con la del .club al que prescribe al menos un a?o de cocci¨®n para probar su potencial o desmoronarse: ¡°Si Clubhouse se populariza y empieza a haber una demanda consistente, los precios podr¨ªan subir. Esto ha cambiado las din¨¢micas de mercado, pero a¨²n es muy temprano para saber si pasar¨¢ de ser una buena extensi¨®n sobre la que desarrollar a una buena extensi¨®n en la que invertir¡±. Si la cosa no cuaja, se repetir¨¢ una historia tan vieja como Internet: ¡°Cuando se lanzaron las nuevas extensiones, la mayor¨ªa no cumpli¨® las expectativas de los inversores. Muchos perdieron mucho dinero¡±.
Pese a todo, el dominio .club no es ajeno al ¨¦xito. En sus inicios, lleg¨® a ser la extensi¨®n de nueva creaci¨®n m¨¢s registrada. ¡°Consiguieron una gran cuota de mercado gracias a su enfoque tan centralizado en clubes¡±, explica Idevik. Si se cumplen los pron¨®sticos de quienes ven Clubhouse como la pr¨®xima gran red social y esta se convierte en la extensi¨®n por antonomasia para las tribus que habitan en ella, tendr¨ªan una segunda oportunidad. Pero no todo son ventajas. ¡°Ser¨ªa normal ver un incremento de los intentos de suplantaci¨®n y estafa como parte de estos fen¨®menos¡±, advierte Retzlaff.
Ventanas que dan al patio de Clubhouse
Dada la naturaleza sonora y ef¨ªmera de los contenidos que se vierten en Clubhouse, es habitual que estos colectivos busquen establecerse tambi¨¦n fuera de la plataforma, con p¨¢ginas web o cuentas en diferentes redes sociales. ¡°Es habitual para m¨ª conocer a gente durante un evento del History Club en Clubhouse y luego reanudar la conversaci¨®n v¨ªa Twitter, Instagram o Linkedin. La mensajer¨ªa directa de esas aplicaciones me permite conocer gente y encontrar oportunidades para colaborar¡±, explica Steinhauer.
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