La nueva normalidad de nuestro consumo de internet: cuando ya no se distingue un martes del fin de semana
Un a?o despu¨¦s del confinamiento, un nuevo art¨ªculo cient¨ªfico revela c¨®mo cambia nuestra actividad por el modo en que usamos la red
La pandemia de coronavirus cambi¨® en unos d¨ªas nuestro uso de internet. Sobre todo lo dispar¨®. Pero tambi¨¦n empezamos a usar la red de otro modo. Un a?o despu¨¦s del inicio del confinamiento en los pa¨ªses europeos, empieza a verse que la nueva normalidad no ser¨¢ de momento c¨®mo la vieja, seg¨²n el nuevo art¨ªculo cient¨ªfico El efecto confinamiento, de 12 investigadores de instituciones espa?olas y alemanas, ya aceptado en la IMC (Internet Measurement Conference), una de las conferencias m¨¢s importantes en el campo del an¨¢lisis de internet. La principal conclusi¨®n es que se ha disparado el uso desde casa y a cualquier hora, algo que ante solo hac¨ªamos los fines de semana.
¡°El aumento de tr¨¢fico se da en horas no habituales para que haya picos¡±, dice el texto. ¡°El tipo de tr¨¢fico diario se mueve hacia patrones de fines de semana, especialmente durante el confinamiento de 2020¡±, a?aden. Esto es en parte poco sorprendente. La gente dej¨® de ir a las oficinas o universidades y las comunicaciones personales pasaron a ser online: las videoconferencias, sobre todo, pero tambi¨¦n el email o las VPN para conectarse al trabajo en remoto. La convivencia con las personas hab¨ªa pasado a ser mediada por las pantallas. El patr¨®n del fin de semana hab¨ªa invadido los restantes cinco d¨ªas.
Hace 13 horas que me levant¨¦...y mi tiempo de pantalla es de 10 horas 16 minutos. No estamos trabajando desde casa, estamos viviendo en el trabajo. pic.twitter.com/YxSk8BSZpY
— Gemma Garcia ??¡â? (@gemagemma) March 18, 2021
Ahora, un a?o despu¨¦s y con la pandemia a¨²n en marcha, el fen¨®meno ha bajado, pero ni mucho menos se ha diluido. Respecto a febrero de 2020, el tr¨¢fico de videoconferencias segu¨ªa siendo en enero m¨¢s del doble cualquier d¨ªa de la semana, sin horas ni d¨ªas de excepci¨®n. Casi lo mismo ocurre con las redes universitarias, donde el tr¨¢fico apenas desciende el s¨¢bado y el domingo respecto al resto de la semana. Las mediciones no implican conclusiones definitivas, pero indican una tendencia hacia un uso distinto de la red. Ahora hay por ejemplo picos de tr¨¢fico de juegos cada d¨ªa de la semana al principio de la madrugada respecto a lo que era habitual en febrero de 2020.
Tambi¨¦n, sobre todo al principio, hab¨ªa m¨¢s actividad a primera hora de la ma?ana y a medianoche, probablemente antes de que los ni?os se despierten o acuesten. Era uno de los momentos tranquilos. Ese tipo d¨ªa m¨¢s largo sigue vi¨¦ndose en algunos datos. Los autores no se atreven a especular mucho, pero ?quiz¨¢ se puede alargar la jornada o jugar y ver pelis m¨¢s por la noche si no hay que madrugar tanto para acudir al trabajo? ?O son esos los ¨²nicos momentos que quedan libres en una jornada menos compartimentada?
La infraestructura quiz¨¢ deba cambiar
Estos cambios tienen obviamente consecuencias sociales pero tambi¨¦n, igual de importantes, para la infraestructura, seg¨²n Juan Tapiador, catedr¨¢tico de la Universidad Carlos III y uno de los autores del art¨ªculo. ¡°Se observa que todos los d¨ªas son como el fin de semana, que hay actividad desde primera hora, lo que es relevante para quienes dise?an las redes porque se dimensionan teniendo en cuenta esos patrones¡±, dice.
Este cambio de patrones puede conllevar cambios en la infraestructura. Hasta ahora, las viviendas ten¨ªan m¨¢s capacidad de recibir datos que de mandarlos. Pero el trabajo en remoto y las videoconferencias requieren m¨¢s tr¨¢fico hacia arriba del que era habitual en las casas particulares, que usaban internet fundamentalmente para navegar o para acceder a las plataformas de v¨ªdeo bajo demanda, que no requieren ese tipo de capacidad. ¡°Este ese un resultado notable, porque m¨¢s capacidad en el ¨²ltimo kil¨®metro para los proveedores de internet es caro y dif¨ªcil de reemplazar con nueva tecnolog¨ªa¡±, dice el texto. Narseo Vallina-Rodr¨ªguez, investigador de Imdea Networks y de la Universidad de Berkeley y tambi¨¦n coautor, destaca este detalle: ¡°Es m¨¢s costoso tirar fibra ¨®ptica hasta cada uno de los edificios, que hay millones, respecto a desplegarla entre centralitas¡±.
Otra conclusi¨®n del an¨¢lisis del tr¨¢fico durante este a?o recalca un detalle que no por sabido deja de ser importante: la red ha resistido. ¡°Ha sido una historia de ¨¦xito¡±, dice el art¨ªculo. La capacidad de la red creci¨® en un par de semanas en marzo de 2020 lo mismo que en todo el a?o anterior: un salto de un 30% m¨¢s. Y apenas se not¨®.
¡°Los operadores dise?an sistemas con capacidad para soportar picos¡±, dice Tapiador. ¡°En este caso ha resultado que esa planificaci¨®n ha sido suficiente. Internet, como conjunto de protocolos y tecnolog¨ªas, ha resultado ser robusta para justamente estos fen¨®menos, aunque en este caso yo dir¨ªa que ha sido m¨¢s responsabilidad de la capacidad de las redes que del concepto en s¨ª: ha sido m¨¢s gracias a tener autopistas de 12 carriles que a forma de la propia red de autopistas como tal¡±, a?ade.
Aunque un desastre donde internet se cae sigue siendo dif¨ªcil de imaginar, s¨ª que pudo haber m¨¢s incertidumbre sobre la capacidad de ciertos servicios para ofrecer sus aplicaciones a un n¨²mero de usuarios inusitadamente mayor. Pero esto puede en cierto modo resolverse con dise?os el¨¢sticos que permiten acomodar m¨¢s carga. Aunque no en todos los pa¨ªses tienen la misma capacidad: ¡°Hay un art¨ªculo cient¨ªfico reciente de Facebook donde dicen que hubo problemas en el rendimiento del tr¨¢fico en redes que no estaban bien dimensionadas en pa¨ªses emergentes. Es una observaci¨®n que complementa muy bien nuestros resultados¡±, dice Vallina-Rodr¨ªguez.
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