Un grupo de acad¨¦micos pide al Gobierno una moratoria en el uso del reconocimiento facial
Una carta firmada por 70 profesores y especialistas en filosof¨ªa, ¨¦tica, dise?o y ciencias de la computaci¨®n reclama al Gobierno una investigaci¨®n sobre estos m¨¦todos antes de permitirlos
El uso de t¨¦cnicas de reconocimiento facial aparece regularmente en los medios. La pen¨²ltima pol¨¦mica en EEUU ha sido la exigencia de Amazon para que sus repartidores acepten con un ¡°consentimiento biom¨¦trico¡± c¨¢maras dentro de sus furgonetas y camiones: adem¨¢s de controlar su identidad o la posici¨®n de la c¨¢mara, el software es capaz de detectar bostezos o desatenci¨®n. Ahora, en una carta firmada por 70 personalidades con distinta relaci¨®n con las consecuencias de la biometr¨ªa pide al gobierno que no permita su uso hasta que una comisi¨®n investigue sus problemas. Entre los firmantes est¨¢n Adela Cortina, catedr¨¢tica em¨¦rita de ?tica y Filosof¨ªa Pol¨ªtica de la Universidad de Valencia; Pilar Dellunde y Ram¨®n L¨®pez M¨¢ntaras, del Instituto de Investigaci¨®n en IA del CSIC; Txetxu Aus¨ªn, cient¨ªfico titular del Instituto de Filosof¨ªa del CSIC u Ofelia Tejerina, presidenta de la Asociaci¨®n de Internautas.
¡°La preocupaci¨®n que motiva esta carta tiene que ver con los potenciales efectos perniciosos que estos sistemas pueden tener sobre el bienestar, los intereses y las necesidades y derechos fundamentales de la poblaci¨®n espa?ola¡±, escriben. Su preocupaci¨®n est¨¢ menos vinculada con el uso policial o de seguridad del reconocimiento facial que con el an¨¢lisis para entender comportamientos, reacciones o actitudes: ¡°Los sistemas de reconocimiento y an¨¢lisis de im¨¢genes de personas (de sus caras, gestos, peinados, posturas y movimientos corporales, vestimenta, texturas y/o colores de piel) y, por extensi¨®n, los algoritmos de aprendizaje autom¨¢tico que los sustentan computacionalmente tienen graves problemas que han sido ampliamente documentados¡±, a?aden.
Los autores citan varios ejemplos de este uso problem¨¢tico de esta tecnolog¨ªa: atribuir una categor¨ªa negativa a alguien (tramposo, moroso, poco responsable) bas¨¢ndose en estad¨ªsticas poblaciones de un grupo; asociar posturas, gestos, peinados o prendas a comportamientos negativos o problemas de sesgos y falta de representatividad. ¡°Debido a las graves deficiencias y riesgos que presentan estos sistemas, los posibles beneficios que quiz¨¢s podr¨ªan ofrecer no compensan de ninguna manera sus potenciales efectos negativos, en especial para los grupos y colectivos que suelen sufrir injusticias y tratos discriminatorios¡±, escriben.
Para profundizar en este debate los promotores de la carta piden una comisi¨®n de investigaci¨®n ¡°independiente¡± y formada por ¡±cient¨ªficos, juristas, expertos en ¨¦tica e inteligencia artificial y miembros de la sociedad civil, especialmente de aquellos colectivos que pueden verse prima facie afectados por estos sistemas¡±. Los promotores son Uju¨¦ Agudo y Karlos G. Liberal, responsables de Bikolabs; David Casacuberta, profesor de Filosof¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona; Ariel Guersenzvaig, profesor de la Facultad de Dise?o e Ingenier¨ªa Elisava.
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