Un art¨ªculo de ¡®The New York Times¡¯, vendido por 478.573 euros
La adquisici¨®n de una columna sobre tecnolog¨ªa es el ¨²ltimo ejemplo de la nueva moda digital, los ¡®tokens¡¯ no fungibles
El columnista de tecnolog¨ªa de The New York Times, Kevin Roose, quiso este mi¨¦rcoles hacer un experimento y vender su columna en internet: ¡°?Compre esta columna en blockchain [cadena de bloques]!¡±, titul¨®. La subasta ha terminado 24 horas despu¨¦s y ha alcanzado un precio de 350 ethers (una moneda digital), que al cambio son 478.573 euros. Roose era el primer sorprendido mientras segu¨ªa la subasta en su cuenta de Twitter. Pocos minutos antes del cierre, la cantidad era mucho menor.
We have a winner! The NFT version of this column has sold for 350 ETH, or about $560,000, with proceeds going to the NYT's Neediest Cases Fund. https://t.co/gzbcw6Ymw7
— Kevin Roose (@kevinroose) March 25, 2021
Christie¡¯s vendi¨® hace unos d¨ªas una obra de arte digital por 69 millones de d¨®lares. El fundador de Twitter, Jack Dorsey, vendi¨® su primer tuit por 2,9 millones. ?C¨®mo algo digital puede convertirse en una pieza ¨²nica? El GIF, columna, tuit o meme se estampa con una firma digital ¨²nica que se conserva en una cadena de bloques. Ese fragmento de c¨®digo se puede comprar y vender y registra la propiedad. No fungible significa que no puede intercambiarse igual que un d¨®lar, por ejemplo. Todos los d¨®lares valen lo mismo: se puede cambiar uno por otro y no pierdes valor. En cambio, un token no fungible (NFT) es m¨¢s bien una copia ¨²nica, original. En definitiva, se convierte en un activo, como un cuadro, que se puede comprar y vender.
Roose se plante¨® el ejercicio al ver c¨®mo otros jugaban con esta nueva moda digital. En su art¨ªculo cita mates de la NBA, grupos de m¨²sica como Kings of Leon, ilustraciones de los Simpson o la rana Pepe: ¡°Mientras ve¨ªa estos tesoros ir de mano en mano, pens¨¦: ?por qu¨¦ los famosos, atletas y artistas pueden divertirse? ?Por qu¨¦ un periodista no puede unirse a la fiesta de los NFT?¡± As¨ª lo hizo. Anunci¨® que los beneficios ir¨ªan para una fundaci¨®n que tiene su peri¨®dico: el Fondo para los Casos m¨¢s Necesitados.
Como periodista de The New York Times, e igual que los m¨²sicos regalan entradas a un concierto con sus NFT, Roose ofreci¨® otros beneficios que tuvo que negociar son sus jefes y los abogados del peri¨®dico: el comprador tendr¨¢ como pieza de coleccionista ¨²nica la columna en formato PNG, pero no los derechos para su reproducci¨®n; en un siguiente art¨ªculo, Roose hablar¨¢ del comprador y pondr¨¢ su foto, aunque el peri¨®dico se reserva el derecho a no hacerlo si se trata de una broma o algo que no encaja con sus est¨¢ndares editoriales, y por ¨²ltimo tendr¨¢ un audio de felicitaci¨®n hecho por Michael Barbaro, la c¨¦lebre y muy particular voz del podcast del peri¨®dico The Daily.
The New York Times no era el primer medio que probaba la nueva moda: Quartz y la agencia Associated Press tambi¨¦n se han lanzado con proyectos propios. Aunque cualquier cosa puede venderse como NFT, el impacto y la importancia van a ser un valor: no es lo mismo vender un tuit cualquiera que el tuit que desencaden¨® alguna pol¨¦mica. O una noticia de impacto. As¨ª hizo su oferta Roose en la columna: ¡°El mayor beneficio de todos ser¨¢, claro, poseer un pedazo de historia. Este es el primer art¨ªculo en los casi 170 a?os de historia del New York Times en ser distribuido como NFT, y si esta tecnolog¨ªa acaba siendo tan impactante como sus fans prev¨¦n, tenerlo ser¨¢ c¨®mo poseer la primera emisi¨®n de televisi¨®n de NBC o la primera direcci¨®n de email de AOL¡±. Roose da sus ideas, aunque est¨¢ por ver si esta tecnolog¨ªa cuajar¨¢ a ese nivel.
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