La aplicaci¨®n para revitalizar el mundo rural creada por tres chavales de pueblo
Puebloo es una red social ideada para que las peque?as localidades puedan mostrar sus ofertas culturales, laborales, inmobiliarias o de servicios
Las fiestas de los pueblos son sagradas. Toda la juventud rural sabe que tal semana de verano es la verbena aqu¨ª y tal viernes la chocolatada all¨¢; que los conciertos de los jueves son tremendos en el pueblo de al lado y que el martes toca charanga en la pe?a de m¨¢s all¨¢. Pero, al final, son siempre los mismos sitios y muchos planes no se disfrutan simplemente por desconocimiento de qu¨¦ se ha organizado en cada lugar. Mois¨¦s de la Calle, de 24 a?os, se puso a pensar en c¨®mo enterarse de las alternativas de ocio o de hosteler¨ªa disponibles cerca de Santiuste de San Juan Bautista (Segovia, 550 habitantes), pueblo de donde procede su familia, asentada en Madrid, y adonde acude en vacaciones. Y tuvo una idea: crear una aplicaci¨®n donde cada localidad pudiera exhibir su oferta cultural, laboral, inmobiliaria o de servicios. El resultado se llama Puebloo, una red social dise?ada para revitalizar los n¨²cleos rurales.
De la Calle, graduado en Turismo que cursa un m¨¢ster en espacios naturales protegidos, considera que el turismo ¡°de sol y playa¡± est¨¢ mucho mejor organizado. Y que eso le impuls¨® a intentar que las zonas de interior tambi¨¦n tuvieran medios para mostrarse. El camino para desarrollar la aplicaci¨®n es el que tantos miembros de su generaci¨®n han de seguir si tienen un proyecto entre manos: aprovechar ratos libres, exprimir cada c¨¦ntimo y confiar en la ayuda y empe?o altruista de sus colegas. El plan les gust¨® a Gonzalo Mart¨ªn, de 34 a?os y de Carde?a (C¨®rdoba, 1.500 habitantes) y a Javier Cervilla, de 24 y de Guadarrama (Madrid, 15.000 habitantes), que compatibilizaron sus labores como programadores con ¡°picar c¨®digo d¨ªa y noche¡± en ratos sueltos o fines de semana para conseguir crear la aplicaci¨®n.
El primer proyecto piloto de Puebloo se estren¨® este lunes en B¨¦jar (Salamanca, 13.000 habitantes) un lugar que, seg¨²n los impulsores, tiene ¡°cierto volumen¡± de poblaci¨®n y esta adem¨¢s est¨¢ ¡°implicada¡±. As¨ª, quieren observar c¨®mo reaccionan los habitantes, a cu¨¢nta gente llega, c¨®mo se difunde, qu¨¦ clase de publicaciones hay y la interacci¨®n generada.
Los tres amigos han presentado tambi¨¦n su iniciativa en la plataforma Red Rural Nacional y a la secretar¨ªa general del Reto demogr¨¢fico, con respuestas favorables. De la Calle, Mart¨ªn y Cervilla a¨²n no han visto un duro por su aplicaci¨®n, pero saben que tiene margen de rentabilidad. ¡°La idea no surge de la noche a la ma?ana¡±, avisan, y explican que en el futuro habr¨¢ un ¡°perfil verificado¡±, con membres¨ªas, para Ayuntamientos o inmobiliarias que quieran hacer negocio o promocionarse mediante Puebloo.
¡°Buscamos que todo el mundo suba contenido y muestre su pueblo¡±, aseguran, para propiciar arraigo y, por qu¨¦ no, ¡°que se piquen entre s¨ª¡±. El caso es que esas im¨¢genes, historietas o fotos antiguas involucren a los habitantes con estos peque?os municipios. ¡°Hay mucho segoviano de boquilla y que luego no hace nada¡±, critica De la Calle, que cree que mediante la implicaci¨®n de los pueblos se podr¨¢ ofrecer un sistema c¨®modo y accesible que renueve los mecanismos de promoci¨®n habituales en lo rural. Tambi¨¦n quieren que sirva para consultar informaci¨®n de las entidades locales y como foro para que los usuarios intercambien vivencias.
Los j¨®venes programadores, que conocen tambi¨¦n el panorama en sus respectivos pueblos, son tajantes. Su formaci¨®n debe servir para el d¨ªa a d¨ªa, destaca Mart¨ªn: ¡°Queremos usar nuestros conocimientos y las tecnolog¨ªas con fines sociales para resolver problemas reales¡±. Cervilla insiste en lo fundamental de modernizar los pueblos para darles oportunidades: ¡°No digitalizar nuestros pueblos supone una p¨¦rdida cultural que no podemos permitirnos¡±.
La ambici¨®n de los chavales con Puebloo, ¡°con cero recursos y por el amor al arte¡±, los empuja a labrar esta conciencia social e intentar vivir de ello. Hasta entonces, como tantos j¨®venes, les toca buscarse las casta?as mientras desarrollan proyectos personales. De la Calle lanza un mensaje que sirve tanto para lo rural como para la juventud: ¡°Si queremos sobrevivir debemos estar m¨¢s juntos que nunca¡±. Sobre los pueblos, sentencia: ¡°Ante la despoblaci¨®n, acci¨®n.¡±
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