La Abuela Vengadora: esta se?ora de 62 a?os desaf¨ªa a los m¨¢s j¨®venes en ¡®League of Legends¡¯
Tras dejar su negocio de manicura por la pandemia, Anabel ?vila sigui¨® los consejos de su hijo y entr¨® en las transmisiones de videojuegos
¡°?Pon a remojar las lentejas, cuqui!¡± grita Anabel ?vila Vegue a su hija, Natalia, mientras se mete en la piel de Malzahar, el profeta del vac¨ªo, y lanza hechizos. Son las doce del mediod¨ªa de un mi¨¦rcoles cualquiera en el canal de Twitch de La Abuela Vengadora. ?vila, madrile?a de 62 a?os, est¨¢ jugando al videojuego en l¨ªnea League of Legends (LoL) y retransmite la partida en la plataforma de v¨ªdeo en streaming de Amazon. Un centenar y pico de espectadores est¨¢n atentos a su lucha por proteger los cristales m¨¢gicos en el mundo virtual mientras la escuchan conversar a gritos con su hija, que a veces se suma a la partida. Su canal combina la ¨¦pica de los videojuegos con el costumbrismo de la vida de un ama de casa.
En la vida real, ?vila tambi¨¦n es abuela. Y empresaria. O lo era. Ten¨ªa un negocio de manicura pero la crisis del coronavirus se lo llev¨® por delante. Fue en ese momento, cuando el mundo real se fue al garete, cuando ella decidi¨® meterse de lleno en el virtual. ¡°Yo ya jugaba, pero empec¨¦ con esto del streaming justo en marzo de 2020, unos d¨ªas antes de que empezara el confinamiento¡±, comenta en medio del campo de batalla, reunida virtualmente con el periodista en una partida. ¡°Que yo me he arruinado, que he tenido que cerrar mi local, que estaba fuera todo horrible. Pero gracias a este juego pude no pensar, pude no venirme abajo¡±, explica mientras esquiva un ataque. Fue la segunda vez que LoL le salv¨® la vida.
¡°La primera fue hace nueve a?os, con mi ¨²ltimo divorcio¡±, comenta mientras dispara y se acerca a la base enemiga. ¡°Estaba hundida, deprimida, y vino mi hijo mayor y me dijo: ¡®Mam¨¢, ya s¨¦ lo que necesitas, se llama League of Legends y es un juego online¡¯. Yo estaba tan feliz con mi Super Mario y mis juegos de carreras, as¨ª que le dije que no. Pero mira, al final ten¨ªa raz¨®n¡±. La ten¨ªa. Anabel acaba de ganar la partida a pesar del lastre de estar lidiando con un compa?ero de equipo que pregunta m¨¢s que dispara.
M¨¢s de 180 millones de personas juegan a League of Legends mensualmente. Su audiencia es eminentemente masculina y oscila entre los 16 y los 25 a?os. Anabel es una excepci¨®n y lo sabe. Siempre lo fue. Era gamer antes de que se usara el t¨¦rmino. Lleva jugando desde que apareci¨® el primer videojuego en Espa?a. De joven estaba m¨¢s interesada en ir a los recreativos que a la discoteca. ¡°En mi luna de miel hab¨ªa una m¨¢quina con el Space Invaders en el hotel y me pas¨¦ la mitad del viaje jugando¡±, recuerda entre risas. En su casa, junto al televisor, siempre hubo una consola. La NES, la Super Nintendo, la Megadrive, la primera Playstation. Los a?os fueron pasando y las m¨¢quinas se fueron sucediendo.
Podr¨ªa hacerme un selfie pero parezco un pez globo. No abro stream porque estoy af¨®nica. Os dejo una foto donde se me ve mejor pic.twitter.com/Ctw3blj4RU
— AbuelaVengadora (@abuelavengadora) November 26, 2021
Compart¨ªa su afici¨®n con su marido y sus tres hijos. Ahora lo hace con una comunidad inabarcable de fans del LoL. La irrupci¨®n de los juegos online le acerc¨® a gente con sus mismos gustos, aunque normalmente suelen ser j¨®venes y adolescentes. En los nueve a?os que lleva en este juego solo ha encontrado a dos personas de su edad, ambos hombres, de Latinoam¨¦rica. No tiene mucha relaci¨®n con ellos. Muchos compa?eros de batalla la llaman abuela, pero lo hacen con respeto. Al fin y al cabo es su nombre en esta comunidad. ¡°Yo ten¨ªa otro nick, pero me puse La Abuela Vengadora despu¨¦s de que me trolearan en una partida. Entonces me cambi¨¦ el nick, borr¨¦ a todos mis contactos y jur¨¦ vengarme de todos los ni?os rata¡±, explica con un punto de iron¨ªa.
En realidad en estos a?os ha habido m¨¢s diversi¨®n que venganza. Anabel no se ha sentido discriminada en LoL, ni por su g¨¦nero ni por su edad. ¡°A los jugadores lo que les importa es que seas bueno, les da igual si eres chico o chica¡±, dice. Por eso ella se esfuerza en mejorar. En los videojuegos, al contrario que en la vida real, es mejor cerrar bocas con pu?etazos que con palabras. S¨ª que ha tenido alg¨²n encontronazo, al final son muchos a?os. ¡°Una vez un chaval me mand¨® a barrer¡±, recuerda. ¡°Y la cosa es que a m¨ª me encanta barrer, pero tambi¨¦n jugar al LoL. Le dije que si ech¨¢bamos una partida uno contra uno y le di una paliza. Le humill¨¦¡±.
Anabel juega de lunes a viernes, unas seis horas al d¨ªa. ¡°Antes jugaba menos pero ahora, con lo de stremear, le tengo que dedicar m¨¢s tiempo¡±, explica. Tiene 180 suscriptores y algunos cientos de espectadores en cada partida. Es un canal modesto pero en crecimiento. Con estas cifras puede sacar cerca de 300 euros al mes. ¡°Mi sue?o ser¨ªa poder vivir de ello¡±, comenta Anabel, ¡°que adem¨¢s de ayudarme psicol¨®gicamente me ayude econ¨®micamente¡±.
Despu¨¦s de dos a?os retransmitiendo, La Abuela Vengadora ha establecido cierta relaci¨®n con muchos de sus seguidores y compa?eros de juego. ¡°Estoy incluso en un grupo de WhatsApp, aunque al principio me daba un poco de apuro. Esta gente tiene otro lenguaje, cre¨ª que no les iba a entender¡±. Al final ella misma ha interiorizado esta jerga y trufa su discurso de neologismos indescifrables para alguien ajeno al mundillo de LoL. ¡°Yo no flameo, porque en mi vida real no me gusta flamear¡±, asegura. ¡°Lo que s¨ª hago es tiltear¡± [¡¯flamear¡¯ es insultar; ¡®tiltear¡¯ es estar frustrado, decepcionado, enfadado por c¨®mo va una partida].
En las ¨²ltimas semanas, Anabel anda un poco nerviosa. Va a ir al Gamergy, un gran evento de e-sports que se organiza en Madrid. No solo va a ir, sino que lo har¨¢ disfrazada. ¡°Voy a hacer cosplay de Vi, una de las campeonas del juego¡±, explica, ¡°y es la primera vez que lo hago en mi vida¡±. Desde que empez¨® a jugar en LoL ha habido un mont¨®n de primeras veces, pero La abuela vengadora no se achanta. ¡°A m¨ª el streaming me est¨¢ ayudando como persona a ser m¨¢s abierta, a tener menos verg¨¹enza¡±, asegura. ¡°Y a divertirme, que al final es de lo que se trata¡±.
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