C¨®mo puede acabar en tu estado de WhatsApp un v¨ªdeo comprometido (y sin que te ¡®hackeen¡¯)

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La marquesa Tamara Falc¨® ha sido noticia en Espa?a porque ha roto su compromiso con I?igo Onieva. Todas las noticias, a d¨ªa de hoy, tienen un ¨¢ngulo tecnol¨®gico. Y esta no pod¨ªa ser menos. No solo uno, sino dos: primero, hubo un presunto hackeo del m¨®vil de Falc¨®, seg¨²n ella misma ha declarado. Segundo, la marquesa dijo esta expresi¨®n al referirse a lo poco que le importaba lo que hubiera durado el enga?o de su ahora ex prometido: ¡°Ni un nanosegundo en el metaverso¡±. Es probable que esta frase haya hecho m¨¢s en Espa?a por popularizar el invento de Mark Zuckerberg que los 70.000 millones que aspira a invertir en estos a?os.

Pero centr¨¦monos en el supuesto hackeo de su m¨®vil. Hay cierta confusi¨®n de cu¨¢ndo ocurre. La revista ?Hola! es la que parece tener m¨¢s clara la secuencia de los hechos. Primero surge un v¨ªdeo del novio bes¨¢ndose con otra mujer en el reciente festival Burning Man (EE UU). As¨ª describ¨ªa Hola! lo que presuntamente ocurri¨®: ¡°Mientras la arist¨®crata se arreglaba, le fue hackeado su tel¨¦fono m¨®vil. Y no solo eso, ya que compartieron el comprometido v¨ªdeo de ??igo en su estado de WhatsApp. Ella no se enter¨® de lo acontecido hasta que su equipo pudo avisarla. A continuaci¨®n trat¨® de borrar la publicaci¨®n y, al no conseguirlo, tuvo que borrar la aplicaci¨®n de WhatsApp de su dispositivo m¨®vil¡±.

En este contexto, hackear significa acceder al m¨®vil de Falc¨® y hacer con ¨¦l lo que el atacante quiera, como si fuera suyo. Eso no es ni remotamente sencillo. Se pueden lograr contrase?as de servicios o apps puntuales, se puede suplantar la identidad en llamadas o correos, se puede incluso acceder remotamente a la informaci¨®n que hay en el m¨®vil, hacer fotos, conectar la grabadora.

Pero todos estos procesos son complejos, muchos requieren pasos separados o en casos puntuales lograr el uso de herramientas de espionaje que no est¨¢n al alcance de ciudadanos comunes. Es una proeza de una magnitud superior y al alcance de muy pocas organizaciones.

Cuando se supo que el magnate Jeff Bezos pudo haber sido hackeado por el r¨¦gimen saud¨ª con un famoso software israel¨ª, y que le robaron fotos de sus genitales que hab¨ªa mandado a su novia, la noticia fue sorprendente, pero era factible: Bezos es alguien potencialmente espiable. Luego la trama se complic¨® mucho y el origen de las fotos pudo ser el cu?ado del fundador de Amazon. Sea como sea, Bezos y Arabia Saud¨ª son entes con muchos recursos e intereses.

Dos opciones sencillas

Ahora bien, ?qui¨¦n querr¨ªa hackear el m¨®vil de Tamara Falc¨®? Primero hay que explicar que los estados de WhatsApp (los supuestamente hackeados) son una especie de stories, imagen o mensaje que ven los contactos de un individuo si acceden a su pesta?a en la app. Lo que ocurri¨® es que el v¨ªdeo del beso del novio con otra mujer apareci¨® en ese estado del m¨®vil de Falco, supuestamente sin que ella hiciera nada. ?C¨®mo es posible?

Diversas fuentes especializadas en seguridad tecnol¨®gica barajan varias opciones: la m¨¢s evidente es que la propia Falc¨® pudo colocar el v¨ªdeo en su estado por error mientras cre¨ªa, por ejemplo, que lo estaba reenviando, algo que no es extra?o y le ocurre a muchos usuarios. Otra opci¨®n es que alguien tuviera acceso f¨ªsico al m¨®vil de Tamara y colgara ese v¨ªdeo.

Pero hay al menos una tercera opci¨®n plausible para que un v¨ªdeo comprometido acabe en tus estados de WhatsApp (o al menos lo parezca), aunque es m¨¢s elaborada.

Pueden gastarte una broma. Un usuario podr¨ªa cambiar la imagen del estado de otra persona, pero en su m¨®vil y solo en su m¨®vil- Una vez hecho, puede ense?arlo en la pantalla (o capturarlo) a otros y decir: ¡°Mira lo que ha puesto Fulanito en su estado de WhatsApp¡±. Y dejar que, con los nervios del momento, nadie se fije en su propio m¨®vil y vaya a comprobarlo (en el caso de que tengan ese n¨²mero).

El proceso es sencillo, m¨¢s en Android que en iPhone. Lo contaremos solo por encima para que no se convierta en una broma recurrente, aunque no es nada que dif¨ªcil de encontrar. A trav¨¦s del gestor de archivos puede accederse al lugar donde WhatsApp almacena localmente los estados. All¨ª se ven todos. Si se sustituye uno por otra imagen, la broma est¨¢ hecha. El reto se complicar¨ªa si, por ejemplo, el objeto de la broma no tuviera ning¨²n estado activo.

Lo mejor de hablar con personas que saben de estos trucos es que casi siempre todo es posible; solo depende del tiempo y dinero que se est¨¦ dispuesto a invertir para lograrlo. Y, por cierto, si realmente piensas que han hackeado tu m¨®vil, deber¨ªas poner una denuncia, porque podr¨ªan haberte robado m¨¢s informaci¨®n.

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