Twitter suspende el pago por verificaci¨®n tras el caos por la avalancha de impostores

La farmac¨¦utica Eli Lilly se ha desplomado este viernes m¨¢s de un 4% en Bolsa despu¨¦s de anunciar en Twitter que la insulina pasaba a ser gratis. Solo que no era Eli Lilly. Era una cuenta con ese nombre verificada por Twitter con la marca azul que ahora otorga a quienes paguen 7,99 d¨®lares al mes. La p¨¦rdida de valor de la empresa ha sido mayor: unos 14.000 millones de d¨®lares (cantidad similar en euros) en un d¨ªa.

Las prisas de Elon Musk provocaron que Twitter lanzase su servicio de pago por la marca azul de verificaci¨®n sin los filtros adecuados. La red social se ha llenado de celebridades con la marca azul que en realidad son impostores. Un falso LeBron James verificado ha pedido irse de Los Angeles Lakers. Lockheed Martin ha anunciado que deja de vender armas a Estados Unidos, Israel y Arabia Saud¨ª y se ha desplomado un 5% en Bolsa. Un nuevo George W. Bush ha dicho que ¡°echa de menos matar iraqu¨ªes¡±. Hay hasta un Jesucristo ¡°verificado¡±. El caos desatado por los impostores con la marca azul ha llevado a la empresa a suspender la opci¨®n, aunque nadie sabe por cu¨¢nto tiempo.

Twitter no ha hecho ning¨²n anuncio oficial al respecto. La empresa puso en marcha el servicio de suscripci¨®n que da derecho a la marca azul el pasado fin de semana. Luego, la suspendi¨® para impedir que falsos verificados interfiriesen en las elecciones legislativas del pasado martes. Tras los comicios, volvi¨® a la carga, pero se enred¨® con una distinci¨®n entre marcas de verificaci¨®n azules (de pago) y grises (oficiales). Inicialmente, Esther Crawford, la ejecutiva de productos de Twitter, dijo que esa marca gris era para ¡°cuentas gubernamentales, empresas, socios comerciales, principales medios de comunicaci¨®n, editores y algunas figuras p¨²blicas¡±, pero en menos de 24 horas Musk decidi¨® excluir a medios de comunicaci¨®n y personalidades.

Eso fue un incidente menor al lado del caos que se ha desatado en la red con las cuentas de impostores. El magnate, que se quejaba de la cantidad de bots y cuentas falsas que hab¨ªa en Twitter, resulta que ahora tiene cuentas falsas verificadas en la que se suplanta la identidad de empresas y personalidades. ¡°Enga?ar a la gente no est¨¢ bien¡±, ha dicho en un mensaje refiri¨¦ndose a las cuentas de parodia.

Twitter no ha comunicado que haya suspendido la opci¨®n de suscripci¨®n con marca azul y puede retomarla en cualquier momento. El magnate ha tuiteado un emoji en el que sonre¨ªa por un mensaje de que pese a suspender la cuenta, la empresa se quedaba el dinero pagado. No est¨¢ claro que le haga tanta gracia a empresas como Eli Lilly, Lockheed Martin, Nintendo, BP o Chiquita, algunas de las compa?¨ªas suplantadas, ni tampoco a los anunciantes.

Tras el incidente de las marcas azules y grises, Musk se justific¨®: ¡°Tengan en cuenta que Twitter har¨¢ un mont¨®n de cosas tontas en los pr¨®ximos meses. Dejaremos lo que funciona y cambiaremos lo que no¡±. Ese m¨¦todo de ensayo y error ya ha empezado a mostrar sus riesgos.

Musk dio un ultim¨¢tum a los ingenieros y programadores de la red social para que tuvieran listo el nuevo sistema de suscripci¨®n en menos de una semana. Desde el principio, la gran inc¨®gnita es qu¨¦ se har¨ªa con los impostores. El magnate solo anunci¨® que las cuentas de parodia deber¨ªan decir que lo eran y que no se permitir¨ªan cambios de nombre de los usuarios verificados. Claramente, el sistema no ha funcionado.

Twitter se encargaba antes de comprobar la identidad de las cuentas verificadas, que normalmente correspond¨ªan a pol¨ªticos, artistas, periodistas, personalidades, empresas, Gobiernos y organismos. Ese sistema de control desapareci¨® cuando Musk, el hombre m¨¢s rico del mundo, compr¨® la red social y proclam¨®: ¡°Poder para el pueblo¡±.

Un periodista de The Washington Post pact¨® con el senador dem¨®crata por Massachusetts Edward J. Markey abonarse al servicio, llamado Twitter Blue, haci¨¦ndose pasar por ¨¦l. No tuvo el menor problema para lograrlo. Markey le ha escrito una carta a Musk, citada por el diario: ¡°Aparentemente, debido a las pr¨¢cticas de verificaci¨®n laxas de Twitter y a la aparente necesidad de dinero en efectivo, cualquiera puede pagar 8 d¨®lares y hacerse pasar por otro en su plataforma. Vender la verdad es peligroso e inaceptable¡±.

El magnate ha advertido a sus empleados de que no cabe descartar la quiebra de la compa?¨ªa por lo mal que est¨¢n sus cuentas. Los anunciantes han huido en masa ante el auge de mensajes racistas, sexistas y hom¨®fobos al poco de comprar Musk la red y a la espera de que se defina su nueva pol¨ªtica de moderaci¨®n de contenidos. Adem¨¢s, el empresario fundador de Tesla, SpaceX y PayPal, entre otras empresas, ha cargado con 13.000 millones de d¨®lares de deuda a la compa?¨ªa como parte de la operaci¨®n de compra, para no tener que poner ¨¦l tanto de su propio bolsillo. Pero la caja que genera la empresa no es suficiente siquiera para pagar los intereses de esa deuda.

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