El ¡®escroleo¡¯ infinito en redes sociales aumenta el aburrimiento
Saltar de un v¨ªdeo a otro en Instagram o TikTok hace que los usuarios presten menos atenci¨®n y no logren encontrar sentido a lo que est¨¢n viendo
No se puede escapar del aburrimiento. Aunque hay una salida que parece f¨¢cil: ante el m¨¢s m¨ªnimo indicio de tedio, el primer reflejo es coger el m¨®vil y zambullirse en el escrol infinito que ofrecen plataformas como Instagram, YouTube y TikTok. As¨ª pueden pasar 10, 15, 20 minutos en los que desfilan desde v¨ªdeos de gatos mir¨¢ndose al espejo por primera vez, hasta rese?as de productos virales de supermercado. Al final, con m¨¢s o menos esfuerzo, la succi¨®n del algoritmo hace mella y el dispositivo queda a un lado. Entonces, sorpresa, la sensaci¨®n de aburrimiento no solo persiste, sino que se ha intensificado.
Las redes sociales y los tel¨¦fonos inteligentes pueden hacer la vida un poco m¨¢s ligera y entretenida, pero la ciencia muestra que no siempre es as¨ª. La manera voraz en la que se consumen los contenidos digitales, saltando compulsivamente de un v¨ªdeo a otro, parad¨®jicamente, intensifican el aburrimiento. El ¨²ltimo estudio sobre el tema se public¨® en agosto pasado en la revista de la Asociaci¨®n Estadounidense de Psicolog¨ªa. La investigaci¨®n sigui¨® a 1.200 personas durante siete experimentos en los que navegaban en redes sociales de manera libre, avanzando dentro de un v¨ªdeo y rebotando a otros. En estos casos de consumo indiscriminado, los participantes reportaron niveles m¨¢s altos de aburrimiento que cuando se les dijo que solo pod¨ªan mirar un ¨²nico v¨ªdeo de 10 minutos. Tambi¨¦n indicaron sentir menos satisfacci¨®n y se redujo su capacidad de atenci¨®n.
Katy Tam, investigadora postdoctoral en la Universidad de Toronto Scarborough y coautora de la investigaci¨®n, dice que ¡°el aburrimiento surge cuando existe una brecha entre cu¨¢nto estamos comprometidos con una actividad y cu¨¢nto queremos estarlo¡±. Agrega que entramos a las redes sociales en busca de ¡°novedad y satisfacci¨®n¡±, pero se consume tanto en tan poco tiempo que rara vez un usuario logra involucrarse con el contenido y, por eso, termina a¨²n m¨¢s aburrido. Encuestas y estudios de cohorte realizados en Estados Unidos arrojaron que entre 2008 y 2020 la sensaci¨®n de aburrimiento aument¨® entre los j¨®venes.
Tam no es la ¨²nica interesada en describir el aburrimiento del siglo XXI. En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, el volumen de publicaciones cient¨ªficas que abordan el tema tambi¨¦n se ha incrementado. En 2021 la fil¨®sofa espa?ola Josefa Ros Velasco fund¨®, junto a otros colegas, la Sociedad Internacional de Estudios del Aburrimiento, un colectivo integrado por m¨¢s de 150 investigadores de disciplinas que van desde la sociolog¨ªa, pasando por la psicolog¨ªa y hasta la zoolog¨ªa, que comparten sus hallazgos en torno al aburrimiento.
Algunos a?os despu¨¦s, acad¨¦micos como Ros Velasco ya han obtenido algunas respuestas. ¡°Nos aburrimos porque estamos empleando nuestra energ¨ªa en actividades o situaciones que para nosotros no tienen suficiente valor. Sentimos que estamos perdiendo el tiempo, que es un bien escaso e improbable¡±, explica. El aburrimiento tiene una funci¨®n y siempre la ha tenido a lo largo de todo el desarrollo evolutivo del ser humano. ¡°Ya en el siglo pasado, el fil¨®sofo Hans Blumenberg hablaba del aburrimiento en nuestros ancestros, en la prehistoria, como una fuerza motriz que impulsa a hacer cosas nuevas. A veces de esa fuerza pueden salir resultados maravillosos, como la invenci¨®n de los mitos o la religi¨®n, en otras tambi¨¦n surgen desgracias, pero el aburrimiento siempre nos ha empujado a buscar algo distinto¡±, apunta la fil¨®sofa.
La evidencia cient¨ªfica se?ala que la capacidad de aburrirse en una especie representa una ventaja evolutiva porque le permite a un individuo abandonar situaciones para introducir cambios concretos en su contexto. Esto llev¨® a que el Homo sapiens se convirtiera en un ser con una gran capacidad de adaptaci¨®n y aprendizaje. ¡°Gracias al aburrimiento, el ser humano siempre se ha sentido impulsado a explorar otros nichos¡±, subraya Ros Velasco. Adem¨¢s, el hecho de que otras especies animales se aburran, como los perros, solo confirma su utilidad, valoran los cient¨ªficos.
?Por qu¨¦ nos aburrimos?
En mundo tan hiperconectado y saturado de est¨ªmulos como el actual ¡ªdonde a cada minuto se suben a YouTube m¨¢s de 500 horas de contenido nuevo en diferentes idiomas¡ª la gran pregunta parece ser por qu¨¦ aburrirse es tan com¨²n. James Danckert, neurocient¨ªfico y coautor de Fuera de mi cr¨¢neo: la psicolog¨ªa del aburrimiento, dirige en Canad¨¢ el ¨²nico laboratorio del mundo que trabaja para comprender los mecanismos y los estados cerebrales que provocan el aburrimiento. Sus investigaciones han ayudado a comprender mejor lo que se esconde detr¨¢s de una sensaci¨®n tan cotidiana como indescifrable. ¡°Nos aburrimos porque necesitamos se?ales que nos digan si estamos usando los recursos de nuestro cerebro de manera ¨®ptima¡±, explica Danckert. ¡°Su prop¨®sito es llevarte a tomar acci¨®n, empujarte a explorar y encontrar algo m¨¢s significativo¡±.
La respuesta ante el tedio es individual y se toma dependiendo de la cultura, la educaci¨®n y las circunstancias en las que se est¨¢ inmerso al momento de tomar la decisi¨®n, detalla Danckert. Entender por qu¨¦ algunas personas son m¨¢s propensas a aburrirse es otra de las grandes inc¨®gnitas que se estudian en su laboratorio. Las respuestas a¨²n son fr¨¢giles, pero seg¨²n los ¨²ltimos estudios es probable que influyan cuestiones de la fisiolog¨ªa y psicolog¨ªa de cada individuo. Lo que el neurocient¨ªfico s¨ª puede afirmar es que ¡°el aburrimiento no es bueno ni malo, ni tampoco hace el trabajo duro de resolver qu¨¦ hacer con ¨¦l¡±. Ros Velasco ahonda un poco m¨¢s en esto: ¡°Si uno se encuentra en un contexto muy limitado, con pocas opciones, es m¨¢s probable que la reacci¨®n frente al aburrimiento sea extrema, desadaptativa o disfuncional¡±. Por eso puede traducirse en conductas adictivas que son da?inas para uno mismo y los dem¨¢s. El aspecto ¡°negativo¡± del aburrimiento, apunta Katy Tam, est¨¢ en c¨®mo las personas eligen reaccionar a ¨¦l y no en su propia naturaleza.
Para lidiar de manera saludable con esta sensaci¨®n, dice Tam, se puede empezar por algo bien concreto: prestar atenci¨®n. Para eso ni siquiera es necesario hacer el esfuerzo de abandonar las redes sociales. ¡°Ya sea mirando un v¨ªdeo de TikTok, o lo que sea que hagas, estar atento a eso puede ayudarte a encontrarle un sentido¡±, indica. Ros Velasco aporta desde la filosof¨ªa y sugiere que ¡°atreverse a pensar¡± y ¡°hacer el ejercicio de conocerse a uno mismo¡± podr¨ªa generar mejores condiciones para ampliar el cat¨¢logo de opciones personales con las que combatir el aburrimiento. ¡°Es importante buscar alternativas a largo plazo y no solo quedarse con las opciones que est¨¢n ah¨ª para todo el mundo o que valen para media hora y al final no te dicen nada¡±, recomienda. Los expertos coinciden en que no hay una soluci¨®n f¨¢cil, pero al menos el aburrimiento puede aprovecharse para pensar en una.