Los robots ¡®Optimus¡¯ de Tesla estaban teledirigidos por humanos en su ¨²ltima demostraci¨®n
Elon Musk present¨® las capacidades de los androides sin aclarar que estaban siendo ayudados a distancia
¡°Hoy estoy siendo asistido por un humano¡±. La confesi¨®n de un robot Optimus de Tesla a uno de los asistentes a la fiesta de presentaci¨®n de los robotaxis Cybercab de la semana pasada, recogida en las redes sociales, ha sido confirmada por fuentes an¨®nimas a la agencia Bloomberg. Los androides, que bailaron, ejercieron de camareros sirviendo algunas bebidas, jugaron a piedra, papel o tijera e hicieron otras demostraciones, no operaban de forma aut¨®noma, sino que, al menos en parte, estaban manejados por control remoto.
Empleados colocados a distancia supervisaron muchas de las interacciones entre las m¨¢quinas humanoides y los asistentes al evento denominado We, Robot, seg¨²n esas fuentes citadas por Bloomberg, que pidieron no ser identificadas al hablar de las operaciones de la empresa. Los prototipos Optimus s¨ª eran capaces de caminar sin control externo, matizaron.
El consejero delegado y principal accionista de Tesla, Elon Musk, no dijo nada sobre la intervenci¨®n humana, que plantea dudas sobre las capacidades y la preparaci¨®n para el mercado del robot. El hombre m¨¢s rico del mundo proclam¨® que espera que sea ¡°el mayor producto de cualquier tipo¡±. En la junta de accionistas de junio pasado, Musk asegur¨® que Tesla puede lograr un beneficio de un bill¨®n de d¨®lares al a?o (un trillion, en ingl¨¦s) solo con el negocio de los humanoides.
En su opini¨®n, la ratio de robots humanoides por humanos probablemente sea al menos de dos a uno, lo que supone una cifra ¡°del orden de los 10.000 millones de humanoides, quiz¨¢ 20.000 o 30.000 millones¡±. El mercado, calcul¨®, ser¨¢ de unos 1.000 millones de robots al a?o. ¡°Y si Tesla tiene solo una cuota del 10% de eso, y podr¨ªa ser mucho m¨¢s del 10%, supondr¨ªa unos 100 millones de unidades de Optimus al a?o¡±, a?adi¨®. En esas cuentas de la lechera, Musk calculaba que el coste de producci¨®n a gran escala estar¨ªa en el entorno de los 10.000 d¨®lares, as¨ª que con un precio de venta de unos 20.000 d¨®lares, eso supondr¨ªa una ganancia de 10.000 d¨®lares por unidad. Con 100 millones, un bill¨®n de d¨®lares de beneficio al a?o.
En el acto del pasado jueves, Musk dijo que el precio estar¨ªa entre 20.000 y 30.000 d¨®lares. Ense?¨® un v¨ªdeo que ahora resulta algo sospechoso en cuanto a su realismo y asegur¨®: ¡°Puede ser un profesor, cuidar de tus hijos, pasear a tu perro, cortar el c¨¦sped, hacer la compra, ser tu amigo o servirte bebidas. Har¨¢ lo que se te ocurra¡±.
El proyecto, con todo, va avanzando. En 2021, Musk sac¨® a escena a una persona disfrazada de robot. El magnate sudafricano present¨® los primeros prototipos del robot en otro acto en septiembre de 2022. Entonces el robot apenas dio unos torpes pasos, salud¨® mec¨¢nicamente y se retir¨® del acto, en las oficinas de la compa?¨ªa en Palo Alto (California). Luego, mostr¨® un prototipo a¨²n menos desarrollado, de dise?o m¨¢s estilizado, pero que apenas se ten¨ªa en pie. Los t¨¦cnicos tuvieron que sostenerlo. ¡°No estaba preparado para caminar. Pero creo que caminar¨¢ en unas semanas¡±, explic¨® Musk.
Ajustes de ¨²ltima hora
Los robots de Tesla ya caminan y hasta hacen como que bailan, seg¨²n la demostraci¨®n de la semana pasada. En un principio, Optimus no iba a participar en el evento. Musk solicit¨® su inclusi¨®n unas tres semanas antes, seg¨²n una persona familiarizada con el asunto citada por Bloomberg, que explic¨® que el aviso tard¨ªo supuso que no hubiese tiempo para poner el software al d¨ªa, haciendo necesaria la operaci¨®n remota.
Teledirigidos o no, los robots se convirtieron en protagonistas de la demostraci¨®n con sus peque?os trucos. Pero esos trucos no sirvieron para tapar la ausencia de detalles sobre el Cybercab, el robotaxi de Tesla al que estaba consagrado el evento. Varios prototipos aparecieron en escena. Se trata de un coche el¨¦ctrico de dise?o futurista con dos puertas que se abren como alas, sin volante ni pedales, un robotaxi con el que Tesla quiere revolucionar la conducci¨®n aut¨®noma de la mano de la inteligencia artificial.
Faltaron, sin embargo, datos sobre los planes de producci¨®n, sobre el coste de los modelos, la rentabilidad esperada y otros detalles de los que esperan los inversores y analistas, que creen que Tesla se juega gran parte de su valor en el ¨¦xito de este producto o, en general, en los coches sin conductor. Musk dijo que espera que la producci¨®n empiece ¡°antes de 2027¡å, pero reconoci¨® que tiende a ser optimista en los plazos, que a veces se han dilatado durante a?os. De c¨®mo lograr¨¢ la conducci¨®n plenamente aut¨®noma tampoco hubo informaci¨®n. Fue m¨¢s bien una presentaci¨®n conceptual. Algunos analistas cuestionaron tambi¨¦n que solo tenga dos plazas, inhabilit¨¢ndolo para desplazamientos de tres o m¨¢s personas.
Musk tiene la ocasi¨®n de atajar algunas de esas dudas, por las que recibi¨® un severo castigo burs¨¢til, en la presentaci¨®n de los resultados del tercer trimestre, que publicar¨¢ el mi¨¦rcoles 23 de octubre.
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