Mi ¡®psico¡¯ es un robot: la IA emerge como alternativa para problemas de salud mental
Cada vez m¨¢s personas recurren a los llamados ¡®therapy bots¡¯, herramientas de IA con te¨®rica utilidad psicoterap¨¦utica. Algunos generan respuestas totalmente imprevisibles y simulan cualidades humanas como la empat¨ªa o la compasi¨®n
Un ente vac¨ªo de rostro pero lleno de buenas intenciones. Un or¨¢culo para navegar entre las madejas de la mente. Un compa?ero et¨¦reo que jam¨¢s interrumpe y siempre encuentra palabras certeras. Eternamente disponible e incapaz de juzgar. Al alcance tras la descarga de una app y por un precio muy asequible, incluso gratis. Desde que irrumpieran a finales de la pasada d¨¦cada, los therapy bots ¡ªrobots virtuales ...
Un ente vac¨ªo de rostro pero lleno de buenas intenciones. Un or¨¢culo para navegar entre las madejas de la mente. Un compa?ero et¨¦reo que jam¨¢s interrumpe y siempre encuentra palabras certeras. Eternamente disponible e incapaz de juzgar. Al alcance tras la descarga de una app y por un precio muy asequible, incluso gratis. Desde que irrumpieran a finales de la pasada d¨¦cada, los therapy bots ¡ªrobots virtuales programados con inteligencia artificial (IA) para fines psicoterap¨¦uticos¡ª han ido ganando terreno en la oferta de salud mental. Una utop¨ªa hecha realidad o un aterrador presente dist¨®pico, seg¨²n se mire.
Dos grandes preguntas rodean a estos psicobots (por referirnos a ellos con un neologismo adecuado a nuestra cultura). Una ata?e a su capacidad de adaptarse ¡ªcon resultados imprevisibles¡ª a la idiosincrasia de cada persona mediante la llamada IA generativa. La otra abre el mel¨®n a cuestiones a¨²n de mayor calado: ?Resulta leg¨ªtimo que emulen cualidades humanas? ¡°Crear intimidad emocional haciendo que una m¨¢quina simule empat¨ªa o compasi¨®n es manipular a la gente¡±, estima por videoconferencia Jodi Halpern, que dirige un grupo sobre ¨¦tica y tecnolog¨ªa en la Universidad de Berkeley (EE UU). Un tercer interrogante sobrevuela el debate: ?Podr¨¢n alg¨²n d¨ªa estos vaporosos artilugios sustituir a los psic¨®logos de carne y hueso?
En una amalgama de servicios poco regulados, hoy conviven start-ups especializadas en salud mental con chatbots generalistas que, cual fieles consejeros o amigos irredentos, igual se interesan por tu ¨²ltima cita que te felicitan por haber aprobado un examen. Y que, ya puestos, tambi¨¦n te recomiendan c¨®mo gestionar un pico de ansiedad o salir de un bucle depresivo.
Wysa pertenece a la primera categor¨ªa, donde lo habitual es que la m¨¢quina instruya al usuario en los pormenores de la terapia cognitivo-conductual (TCC), el enfoque m¨¢s popular en los gabinetes de psicolog¨ªa. Probado por este peri¨®dico, el bot de Wysa ¡ªcuyo uso ya aconseja el sistema p¨²blico de salud del Reino Unido¡ª insta a reformular distorsiones cognitivas o a manejar con perspectiva estados aflictivos. Su tono se antoja as¨¦ptico, y su din¨¢mica terap¨¦utica, ciertamente r¨ªgida. ¡°En cuanto alguien se sale de c¨®mo se siente o qu¨¦ pensamientos tiene, el bot est¨¢ dise?ado para volver a la senda trazada de las herramientas cl¨ªnicas que le ofrecemos¡±, explica John Tench, director global de la compa?¨ªa.
Muy diferente es la experiencia con Pi, uno de tantos bots relacionales o conversacionales ¡ªlos m¨¢s conocidos son Replika y Character.ai¡ª que se sirven de modelos extensos de lenguaje (pilar de la IA generativa) para dar lugar a interacciones en apariencia muy reales. Es decir, muy humanas. Durante la prueba, el bot especul¨®, por ejemplo, con que supuestas carencias de autoestima pod¨ªan deberse a malsanas relaciones maternofiliales. E insisti¨®, desplegando una abundancia de expresiones hiperb¨®licas de afecto al m¨¢s puro estilo anglosaj¨®n, en que estaba encantado de prestar apoyo siempre que uno lo necesitara.
En esta divisi¨®n entre bots que gu¨ªan por los entresijos de la TCC bajo un planteamiento hazlo t¨² mismo, y otros que improvisan una suerte de tratamiento psicol¨®gico sin l¨ªmites, las fronteras no parecen nada claras. Ni en el funcionamiento (nivel de IA generativa utilizado) ni, sobre todo, en los reclamos que lanzan para atraer usuarios. Dice Halpern que los Pi, Replika y similares se lavan las manos con la excusa de que ¡°no son compa?¨ªas expertas en salud mental¡±, aunque, seg¨²n le consta, ¡°est¨¦n focalizando su publicidad en personas que en redes sociales confiesan padecer depresi¨®n o ansiedad severas¡±.
Mientras, entre las empresas que s¨ª explicitan su vocaci¨®n psicoterape¨²tica cunden los grises y las medias verdades. ¡°Algunas si declaran abiertamente que no pretenden sustituir a un psic¨®logo humano, pero otras magnifican sus capacidades y minimizan sus limitaciones¡±, considera Jean-Christophe B¨¦lisle-Pipon, que investiga sobre ¨¦tica e IA en la Universidad Simon Fraser (Canad¨¢) y el pasado a?o public¨® en Frontiers un art¨ªculo de t¨ªtulo di¨¢fano: Tu psicobot no es tu psic¨®logo.
En su p¨¢gina web, Youper ¡ªotra start-up que ofrece servicios similares a Wysa¡ª se autodefine como un psicobot emp¨¢tico¡±. Y Woebot (competidora de ambas en un mercado al alza) apelaba a este rasgo inherentemente humano hasta que, el pasado a?o, Halpern y otras voces denunciaron su uso torticero del t¨¦rmino en grandes medios como The Washington Post. B¨¦lisle-Pipon sostiene que este tipo de falsedades ¡ªtoleradas, por su relativa inocuidad, en los anzuelos publicitarios de otras m¨¢quinas: coches que nos hacen libres, m¨®viles que albergan el secreto de la felicidad¡ª nunca puede tener cabida al promocionar remedios de salud mental. ¡°No solo se corre el riesgo de crear graves malentendidos entre personas vulnerables, sino que se falta al respeto a la complejidad y profesionalidad de la verdadera psicoterapia, con sus muchos matices dependientes del contexto y su naturaleza profundamente relacional¡±.
?Mejor que nada?
Miguel Bellosta Batalla, psicoanalista oscense que ha estudiado a fondo la importancia de la relaci¨®n profesional-paciente en psicoterapia, confiesa que le ¡°asustan¡± estos servicios que ¡°deshumanizan un encuentro sincero¡±. Y recuerda que la investigaci¨®n ha demostrado de sobra que el factor que m¨¢s influye en el ¨¦xito de un tratamiento psicol¨®gico es, precisamente, ¡°el v¨ªnculo terape¨²tico¡± entre dos seres que comparten ciertos ¡°supuestos como el miedo a la muerte, la b¨²squeda de sentido o la responsabilidad que implica la libertad¡±.
Incluso en un enfoque como la TCC (en principio m¨¢s fr¨ªo o sujeto a pautas establecidas que el psicoan¨¢lisis o las terapias humanistas), Bellosta Batalla estima que en una sesi¨®n siempre ocurren ¡°imprevistos que, bien gestionados, pueden tener un impacto fundamental para el paciente¡±. Y B¨¦lisle-Pipon menciona cualidades que, en su opini¨®n, una m¨¢quina nunca podr¨¢ atesorar: ¡°la sutileza para leer el lenguaje no verbal, la capacidad para entender experiencias subjetivas o la intuici¨®n moral¡±.
A pesar de su juventud, ya existen estudios solventes que han tratado de medir la eficacia de los psicobots. Un metaan¨¢lisis publicado en 2023 en Nature revis¨® los resultados de 15 investigaciones realizadas con bots que dan rienda a suelta a la IA generativa y con aquellos que ofrecen respuestas m¨¢s previsibles. Sus autores advirtieron sobre la dificultad de analizar una oferta tan heterog¨¦nea y en continua mutaci¨®n, si bien concluyeron que, en general, este tipo de herramientas mitigan el malestar psicol¨®gico puntual sin mejorar significativamente el bienestar de los usuarios. Es decir, alivian a corto plazo pero, al parecer, no sientan bases s¨®lidas para una mente m¨¢s sana. Otro metaan¨¢lisis aparecido el pasado agosto en ScienceDirect ¡ªtambi¨¦n muy cauto en sus conclusiones¡ª detect¨® un cierto efecto positivo en personas con s¨ªntomas depresivos y apenas imperceptible en individuos aquejados de un trastorno por ansiedad.
Con millones de individuos sin poder acceder ¡ªpor varias razones, la principal econ¨®mica¡ª a un psic¨®logo, otra duda ronda a quienes ven flaquear su salud mental en ausencia de alternativas al uso (v¨¦ase humanas) viables: ?Son los therapy bots mejor que nada? El director global de Wysa aclara que, sin aspirar su empresa a ¡°reemplazar la psicoterapia entre personas¡±, s¨ª puede ayudar a ¡°que la gente entienda y procese lo que siente en un espacio sin estigmas y totalmente an¨®nimo¡±. A B¨¦lisle-Pipon se le antoja una pregunta pertinente, aunque algo tramposa y de respuesta esquiva. Primero, porque, en muchos casos, recurrir a un psicobot podr¨ªa ¡°empeorar los s¨ªntomas cuando los consejos que este d¨¦ sean inapropiados¡±. Y segundo porque, si permitimos que las m¨¢quinas campen a sus anchas en un sector tan delicado, estar¨ªamos abriendo la puerta a un horizonte de salud mental a dos velocidades ¡°que normalice servicios de baja calidad, en lugar de presionar para que el acceso a la psicoterapia real sea cada vez m¨¢s equitativo¡±. Profesionales acreditados para quien se los pueda pagar y difusas voces sin coraz¨®n para el resto.