Chicas menos solas

Han pasado tant¨ªsimas cosas relacionadas con la situaci¨®n de la mujer en estos d¨ªas previos al 8 de marzo que ya casi no queda nada que contar ni que hacer para este d¨ªa. Se ha anunciado una ley de libertad sexual, se ha polemizado sobre la idoneidad de que los ministerios usen la palabra ¡°borracha¡± en un tuit y, casi el mismo d¨ªa en que sal¨ªa a la venta la nueva biograf¨ªa de Simone de Beauvoir (Convertirse en Beauvoir, de Kate Kirkpatrick) Cayetana ?lvarez de Toledo popularizaba en prime time el muy complejo y muy pol¨¦mico feminismo de Camille Paglia, la te¨®rica amaz¨®nica.

Es demasiado para m¨ª, que me aturullo con el ruido y me pierdo en las multitudes. En d¨ªas tan callejeros y festivos, me identifico m¨¢s con los solitarios y los raros. O con las solitarias y las raras, como Sidney Novak, protagonista de Esta mierda me supera (Netflix), una mezcla de Stranger Things y The End of the F***ing World (si ninguna de estas referencias les suena de nada, es que se han quedado ustedes m¨¢s desfasados que las comidas viejunas de las que escribe Mikel L¨®pez Iturriaga).

Sidney nunca liderar¨¢ un movimiento feminista, ni siquiera amaz¨®nico, porque es una adolescente cabreada y antisocial que solo desea, como corresponde a su edad y condici¨®n, que el mundo vuele en pedazos. Su problema es que, gracias a unos poderes paranormales, puede conseguirlo.

Pero eso es muy poco interesante. Lo que me seduce de Sidney es su perplejidad, su intento (van¨ªsimo) de comprender un mundo que se preocupa por todo menos por ella. Me gustar¨ªa pensar que, en d¨ªas como hoy, las chicas en las que se inspira el personaje encuentran menos motivos para odiarnos a todos, porque para eso se junta la gente en la calle, para no sentirse tan sola.