M¨¢ximo Huerta: ¡°Perder el programa es la mejor respuesta a quienes dec¨ªan que me lo hab¨ªan regalado¡±
El exministro publica su nueva novela una semana despu¨¦s de que TVE cancelara el magac¨ªn que dirig¨ªa en La 1
M¨¢ximo Huerta (Valencia, 49 a?os) anunci¨® la semana pasada el fin del programa A partir de hoy, que presentaba a mediod¨ªa en La 1, tras menos de un a?o en antena. Acababa as¨ª su retorno a la televisi¨®n tras su sonora dimisi¨®n como Ministro de Cultura en 2018 y el a?o de exilio con el que la remat¨®.
Ahora, le toca promocionar su octava novela, Con el amor bastaba (Planeta), con esa noticia en el aire, como si fuera otro coronavirus. Precisamente es reflexionando sobre la pandemia cuando el hombre con la trayectoria m¨¢s peculiar de la televisi¨®n espa?ola exhibe su particular magullado optimismo. ¡°S¨¦ que me acusan de naif¡±, dice por tel¨¦fono desde su piso (¡°?sin balc¨®n!¡±) en Madrid, donde pasa la cuarentena. ¡°Pero me habr¨ªa encantado una rueda de prensa con S¨¢nchez, Casado, Arrimadas, Rufi¨¢n¡ Todos diciendo: ¡®Responsabilidad, va en nosotros que todo salga bien¡¯. Algo muy rotundo. Habr¨ªan eliminado mentiras, bulos, enfrentamientos, y esto hubiera ido mucho m¨¢s r¨¢pido¡±.
Pregunta. ?Se imaginaba que su regreso a la televisi¨®n pudiese durar menos de un a?o?
Respuesta. Yo cre¨ªa que el programa iba continuar. Era era una mezcla de gafapastismo y mainstream que sentaba muy bien a TVE. Sin sucesos, sin debates pol¨ªticos, con m¨²sica¡ Lo mismo ten¨ªamos a Almudena Grandes que a Pepe Sacrist¨¢n recitando. Ven¨ªa Inma Cuesta, Concha Velasco, Raphael, Dolores Redondo¡ Se lo ha perdido la cadena. Nos fuimos con el ERTE pensando que volver¨ªamos, no s¨¦ si ha sido muy elegante quitarlo en ese tiempo.
P. ?Cu¨¢ndo supo que lo quitaban?
R. Me lo dijeron el d¨ªa que lo comuniqu¨¦ [en las redes sociales, el lunes pasado], tras dos meses ¨C55 d¨ªas, casi 60¨C, esperando una respuesta. Lo peor es la cantidad de familias de empleados que estaban esperando y contando con volver. Eso es lo m¨¢s grave.
P. ?C¨®mo le sent¨®?
R. Yo ya soy un poco ave f¨¦nix. Pregunt¨¦ si estaba libre, como los taxis. ¡®?Ya no cont¨¢is conmigo?¡¯. Y me dijeron que no. Ante eso ya no pod¨ªa batallar. Asum¨ª la salida, ped¨ª el cuadro de mi perra, que estaba colgado en el plat¨®, y a otra cosa. Me voy muy contento de dejar una franja que iba en un 5% de cuota de pantalla con un 7,5%.
P. ?Qu¨¦ se lleva de la experiencia?
R. Para los que dec¨ªan que me hab¨ªan colocado [en la cadena p¨²blica, en agradecimiento por su dimisi¨®n], esta es la mejor respuesta. Quien tuviera esa mosca se la puede espantar ya.
P. ?Por qu¨¦ se lo han quitado?
R. La nueva direcci¨®n ha pensado que en esa hora los avances informativos les funcionan mejor. Para eso ya est¨¢ el canal 24 Horas, pero ahora la ma?ana se ha convertido tambi¨¦n en eso, un carrusel de ministros, ruedas de prensa, avances informativos. ?Est¨¢ bien? Yo creo que la sobreinformaci¨®n no es informaci¨®n; igual que en la comida necesitamos una dieta mediterr¨¢nea, con los medios igual. La evasi¨®n es necesaria. ?Qu¨¦ ha subido en televisi¨®n estos d¨ªas? Las cadenas que ofrec¨ªan evasi¨®n. Mediaset. O Zapeando en La Sexta. La gente se ha vuelto loca con Supervivientes: al menos ve¨ªan el mar desde casa.
P. ?El mundo del coronavirus no demanda esos ritmos?
R. Las dos primeras semanas, s¨ª. La tercera vale. Entiendo como periodista que cualquier noticia es una ventana a explicar lo que est¨¢ pasando. Pasada la segunda semana, la tercera, cualquier exceso de informaci¨®n ya era bucle de dolor. Una cosa es estar de alarma y otra alarmar a la poblaci¨®n.
R. Se le puede presentar como escritor tanto como personalidad televisiva. ?Cu¨¢l de esas dos identidades prima?
P. Ahora novelista porque es todo lo que tengo. Esta es mi octava novela. Son muchas ya, sin contar mis libros de viajes. Llevo mucha tele y muchos libros. Creo que hay algo como de Boris Vian [el escritor, poeta, m¨²sico y cantante del franc¨¦s del siglo XX]. Igual me pongo a hacer letras de canciones. Pero no ser¨¦ yo quien me reivindique.
P. Muchos sue?an con ser escritores; con ser tertuliano, ya menos. ?Qu¨¦ tal es gestionar esa dualidad?
R. Mi medio ha sido m¨¢s la televisi¨®n, pero yo creo que la sorpresa de ser tambi¨¦n un escritor, ese punto ex¨®tico, puede al final remar a mi favor.
P. ?Qu¨¦ lado da codazos al otro?
R. El escritor. Es el que m¨¢s horas pasa escribiendo, leyendo, tomando notas y armando borradores de lo que podr¨ªa ser una futura novela.
P. ?Nunca ha pensado en centrarse en una cosa sola?
R. Supongo que, con el tiempo, por edad, obviamente, estar¨¦ menos en televisi¨®n y solo escribiendo. Pero, ?por qu¨¦ tengo que centrarme?
P. ?A la gente de la televisi¨®n no se le deniega un cierto prestigio cultural?
R. Eso ocurre m¨¢s entre periodistas, porque tenemos m¨¢s prejuicios. Las personas en la calle tienen menos. Pero yo no he venido aqu¨ª a pasar a la historia.
P. Su novela habla de Elio ?caro, un ni?o gay de pueblo que vuela hasta que de repente no vuela. ?Qu¨¦ historia quer¨ªa contar?
R. Es una f¨¢bula sobre la libertad, la importancia de ser feliz y el valor de la diferencia. Todos somos ¨²nicos, todos somos raros, y todos necesitamos amor. En esta trama de represi¨®n, los padres tienen una importancia gigantesca. El padre le ayuda intentando que sea un ni?o normal, y la madre, d¨¢ndole alas, pero con esas alas tambi¨¦n se pueden destrozar vidas.
P. Tiene una primera frase significativa: ¡°No lo supe hasta que no me se?alaron con el dedo¡±.
R. Uno se da cuenta de que es diferente no cuando lo siente, sino cuando le se?alan. Es la clave en la novela: c¨®mo nos enfrentamos al diferente cuando todos somos raros. Lo primero que hacemos es apartarnos.
P. ?Apartarse es tambi¨¦n una tentaci¨®n cuando todos nos se?alan?
R. Uno cuando cambia de espacio, cuando viaja, se siente feliz porque se est¨¢ moviendo, y en la huida, en la evasi¨®n, hay m¨¢s de nosotros mismos porque nos sentimos m¨¢s libres.
P. ?Como cuando usted se volvi¨® a su pueblo durante un a?o tras la dimisi¨®n?
R. Esta es una novela de entreguerras¡ La empec¨¦ tras la dimisi¨®n y la acab¨¦ cuando arranc¨® el coronavirus. Tu paso por el mundo es limitado, tienes que aprovechar tus experiencias.
P. Otra frase del libro: ¡°El d¨ªa que perd¨ª, gan¨¦¡±.
R. Me gusta. El d¨ªa que dejas de batallar te elevas, eres capaz de volar. Cuando sabes que has perdido se generan otras oportunidades, aunque solo sean personales. Eso no significa dejarse vencer.
P. Usted sabe de eso.
R. He perdido mucho. En el colegio, por no salir a jugar al f¨²tbol. He perdido un programa, un ministerio, parejas¡ Nos pasamos la vida perdiendo.
P. Est¨¢ viviendo un periodo movido tras irse de Ana Rosa [donde colabor¨® entre 2005 y 2015]. Hubo un programa de cine; el nombramiento y sus consecuencias; A partir de hoy y lo que empiece ahora.
R. Es algo muy valenciano, lo de ir quemando etapas. La falla, la traca, el momento, la intensidad. Para triunfar en la vida hay que tener dos cosas: ignorancia y confianza. El desparpajo es la ¨²nica manera de tener ¨¦xito.
P. Habla de las ventajas de moverse. ?No le hubiera gustado una vida m¨¢s tranquila al dejar Ana Rosa?
R. Hubo un ministro que dijo: ¡®Lo mejor es no hacer nada, es la mejor manera de tener ¨¦xito¡¯. Ni me lo planteo. Quedarse quieto es un aburrimiento.
P. ?En este pa¨ªs se castiga al raro?
R. En esta sociedad, no s¨¦ en este pa¨ªs, nos cuesta aceptar al diferente. En la sexualidad, en la manera de vestir, el acento. Lo miramos mal. Todos queremos ser especiales pero que no lo sean los dem¨¢s.
P. ?A usted le han castigado por raro?
R. Esa diferencia fue la que sirvi¨® de condena cuando llegu¨¦ al ministerio. ¡®Oh, este que ha hecho tele¡¯. En Francia, por ejemplo, no se penalizar¨ªa. Habr¨ªa habido una mirada de extra?eza y luego, un ¡®Ostras, hace m¨¢s cosas'. En fin, no quiero alargarlo para no resultar eg¨®latra.
P. ?Siente que se habr¨ªa beneficiado de no haber abarcado tantos ¨¢mbitos? Al final, cuando uno se mueve mucho, la gente ve m¨¢s la idiosincrasia que a la persona.
R. A lo mejor eso se convierte en virtud con el tiempo. No puedo dise?arme ni redise?arme ni volver atr¨¢s. No puedo corregir errores de la infancia. No soy un robot. Ese exotismo jugar¨¢ a mi favor.
P. Si existe Ana Blanco, con d¨¦cadas en el puesto, alguien tendr¨¢ que estar en sus ant¨ªpodas.
R. Prefiero a [la novelista francesa Sidonie-Gabrielle] Colette antes que a Ana Blanco. Lo mismo hac¨ªa cabaret, que revistas, que guiones. Yo creo que se divirti¨® mucho m¨¢s.
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