Y eso, ?qui¨¦n lo paga?

Que retirar la publicidad de RTVE fue un error lo empiezas a entender m¨¢s tarde, enton¨® Rosa Mar¨ªa Mateo, eleg¨ªaca, en su ¨²ltimo careo parlamentario en el Senado. No lo dijo as¨ª, parafraseando a Gil de Biedma, pero son¨® igual de melodram¨¢tico. A ambos cabe replicarles lo mismo: ?ahora os dais cuenta? Casi todos descubrimos que la vida va en serio antes de que nos salga acn¨¦, y cualquiera que sepa sumar y restar sabe que, si le cortas de golpe a una empresa sus ingresos para adscribirla a los vaivenes de los presupuestos generales del Estado, no le va a ir bien. Esto pasa por olvidar la pregunta m¨¢s importante de la pol¨ªtica cultural, la que se hizo Josep Pla cuando visit¨® Nueva York y vio todas las luces de Manhattan encendidas: ¡°I aix¨°, qui ho paga?¡±.

El Estado es incapaz de financiar el Museo del Prado, del que Aza?a dijo que era ¡°lo m¨¢s importante de Espa?a, m¨¢s que la monarqu¨ªa y la rep¨²blica juntas¡±. Ah¨ª lo tenemos, pele¨¢ndose por vender entradas para que al final del d¨ªa el arqueo de caja cuadre y los vigilantes de sala puedan cobrar a final de mes. Dar¨ªa risa si no fuera tr¨¢gico constatar que los gobiernos prefirieron exonerar del mercadeo feriante a una tele antes que a la instituci¨®n que explica, contiene y proyecta el legado cultural espa?ol.

En el caso de RTVE hay que anteponer una pregunta a la de Pla. Antes de decidir qui¨¦n lo paga, hay que dilucidar qu¨¦ hay que pagar. ?Una tele comercial que compita por el share? ?Una cultural y exquisita que suene a Bach? ?Unos informativos independientes? No se puede jugar a la propaganda y a la noticia, ni a Mozart y a OT. Hay que elegir qu¨¦ se quiere pagar, y luego, responder al pobre Pla.