Wayne
¡°Creo en el supremacismo blanco". Opini¨®n tan indefendible no le quita ni un ¨¢pice de grandeza al Wayne actor, cuyo arte imagino que fue la raz¨®n por la que le construyeron estatuas
Los legendarios actores que formaron parte insustituible del cine que m¨¢s he amado ya se han muerto. Y cada uno era de su padre y de su madre en la vida real. A Grant le gustaban las mujeres y los hombres y durante una ¨¦poca se puso ciego de LSD. Mitchum hizo siempre lo que le dio la gana, incluida su afici¨®n a la marihuana en un tiempo donde te encarcelaban por consumirla. Douglas rompi¨® el veto de las siniestras listas negras rescatando a Trumbo como guionista de Espartaco. Fonda siempre actu¨® como un liberal. Stewart era profundamente conservador. Y Wayne perteneci¨® a la Legi¨®n Americana, odiaba todo lo que oliera a rojer¨ªo, dirigi¨® la tan mediocre como mentirosa Boinas verdes, exaltaci¨®n de la guerra de Vietnam. Todos ellos fueron magn¨¦ticos y grandiosos cuando les filmaba la c¨¢mara.
Me entero de que han despose¨ªdo a Wayne de un aeropuerto que llevaba su nombre. Por una entrevista en la que declar¨®: ¡°creo en el supremacismo blanco mientras los negros no se eduquen hasta alcanzar cierto nivel de responsabilidad¡±. Y, como cualquier persona m¨ªnimamente racional, detesto el supremacismo. Opini¨®n tan indefendible no le quita ni un ¨¢pice de grandeza al Wayne actor, cuyo arte imagino que fue la raz¨®n por la que le construyeron estatuas.
Wayne interpret¨® en Centauros del desierto a un racista a punto de matar a su sobrina al ver que se ha convertido en una apache. No cre¨ªa en la ley sino tan solo en su propia fuerza en El hombre que mat¨® a Liberty Valance. Arrastr¨® por el maravilloso pueblo de Innisfree a Maureen O¡¯Hara en El hombre tranquilo. Son tres obras maestras que llevan la firma de Ford, el ancestral tutor de Wayne. ?Qu¨¦ van a hacer los nuevos tiempos con ellas? ?Las van a anatemizar? No me importa. Como los resistentes hombres libro de Fahrenheit 451, me las s¨¦ de memoria.
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