Ser pobre consiste en esperar
Los anuncios de alarmas no se dirigen a los ricos, sino a pobres que temen perder lo poquito que tienen
Dice Larry David en un cap¨ªtulo de su genial y muy adictiva autoficci¨®n que prefiere ser asaltado por ladrones que por vecinos. ¡°Los ladrones solo quieren tus cosas; los vecinos quieren tu tiempo, te lo roban conversando. Prefiero perder cosas a perder tiempo¡±. Ser¨ªa fant¨¢stico que una empresa de alarmas patrocinase ese episodio, o que se emitiera tras uno de esos informativos que dan cuenta minuciosa de todas las okupaciones que tienen hist¨¦ricos a los espa?oles propietarios de chalets adosados.
Que el tiempo es mucho m¨¢s valioso que las propiedades lo saben los ricos como Larry David y los poetas que cortaron las rosas del huerto de Ronsard, conscientes de que a la vuelta de cualquier esquina acecha una silueta con una guada?a. Ser pobre consiste en perder tiempo. El tiempo del pobre no vale nada. No lo vale en t¨¦rminos laborales, por eso los trabajos menestrales se pagan a dos miserias la hora, pero tampoco en ning¨²n otro. Ser pobre consiste, m¨¢s que en pasar hambre, en esperar. Los muy pobres esperan en la cola de C¨¢ritas a recibir la sopa boba; los menos pobres esperan a que un funcionario del SEPE les coja el tel¨¦fono para tramitarles un ERTE, y los pobres en general esperan en atascos o a que pase el metro para llegar tarde a un trabajo que tal vez consista tambi¨¦n en esperar. Por la noche, los pobres que no pueden pagar las cuotas de las plataformas esperan a que terminen los anuncios para ver algo en la tele en abierto, mientras esperan que el sue?o les venza.
Los anuncios de alarmas no se dirigen a los ricos, sino a pobres que temen perder lo poquito que tienen. Si vendiesen alarmas para ricos, las dise?ar¨ªan para preservar su tiempo, para protegerles de la ch¨¢chara de los vecinos y de las colas del s¨²per.
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