Los pelmas conversos de Silicon Valley
¡®El dilema de las redes¡¯ es un p¨²lpito de pelmas conversos y desenga?ados: quien cree que el mundo se desliza por un inodoro suele tener raz¨®n, pero la raz¨®n de Perogrullo
Hacia la mitad de El dilema de las redes, el documental de Netflix sobre los peligros de estar todo el d¨ªa d¨¢ndole duro al telefonito, cog¨ª el m¨®vil y empec¨¦ a trastear en Facebook. Menos mal que el programa no iba sobre los peligros del alcoholismo, porque me habr¨ªa arrimado al mueble-bar para amorrarme a cualquier licor que hubiera a mano, incluidos esos pacharanes y esos limoncellos que nadie quiere y que no recuerdas por qu¨¦ compraste. Me abrac¨¦ a Facebook con la ansiedad del adicto que retrataban en el documental, y disfrut¨¦ un rato del ingenio y la inteligencia de otros adictos como yo, a quienes di generosos megusta y entusiastas corazones, para alimentar el monstruo.
El docu es un p¨²lpito de pelmas conversos y desenga?ados: antiguos ejecutivos de Silicon Valley que, tras pasar media vida all¨ª, descubrieron que las corporaciones para las que trabajaban no eran precisamente comunas socialistas ni organizaciones humanitarias. Al parecer (?p¨¢smense!), su prop¨®sito era ganar mucho dinero. Cuando se les revel¨® esa verdad tan oscura e insospechada, dimitieron (sin dar portazos, porque en Silicon Valley no hay puertas) y se dispersaron por veredas y plazas para abrir los ojos a las gentes sencillas, como hac¨ªan los predicadores de anta?o.
No digo yo que no est¨¦n en lo cierto ni que digan insensateces. Tampoco las dec¨ªan, o no siempre, los puritanos del siglo XIX que ped¨ªan castidad y abstinencia. Quien cree que el mundo se desliza por un inodoro suele tener raz¨®n, pero la raz¨®n de Perogrullo. No elegimos el vicio frente a la virtud porque el diablo nos tiente y manipule, sino porque es m¨¢s divertido. No hay pruebas de que una vida blanca, pura y limpia sea m¨¢s digna de ser vivida que otra llena de flaquezas, verg¨¹enzas y derrumbes. En cualquier caso, tienen que esforzarse mucho m¨¢s para convencerme.
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