¡®Lagun y la resistencia contra ETA¡¯: Contra verdugos desalmados, c¨®mplices cobardes y encubridores serviles
La 2 emite el documental que homenajea a la m¨ªtica librer¨ªa donostiarra como s¨ªmbolo de la oposici¨®n civil a la violencia de ETA
La noche del 24 de diciembre de 1996 son¨® un tel¨¦fono en una casa de San Sebasti¨¢n. Era el ¡®¨¢ngel de la guarda¡¯, como la llama Ignacio Latierro, de la librer¨ªa Lagun, situada en la Parte Vieja de San Sebasti¨¢n; se trataba de Pepita, vecina y propietaria de una carpinter¨ªa que estaba al lado de la librer¨ªa. Latierro, Mar¨ªa Teresa Castells, Jos¨¦ Ram¨®n Recalde, propietarios de Lagun, desped¨ªan un a?o dur¨ªsimo: m¨¢s de una veintena de ataques entre pintadas, rotura de escaparates y lanzamiento de c¨®cteles molotov por parte de la izquierda abertzale. Pero el a?o no hab¨ªa terminado a¨²n, ni los ¨¢ngeles de la guarda llaman a las tres de la ma?ana para dar buenas noticias.
Los violentos hab¨ªan roto el escaparate de Lagun, llenaron de pintura roja y amarilla toda la librer¨ªa, desde las paredes hasta los libros; arrasaron con todo. Esos d¨ªas dorm¨ªa en la puerta un mendigo que, al ver llegar de madrugada a los propietarios de la librer¨ªa, les aclar¨®, muerto de miedo, que ¨¦l no hab¨ªa sido. Latierro, al llegar, pens¨® por primera vez que aquello ya s¨ª era el final. Pero horas despu¨¦s, a las diez de la ma?ana, la librer¨ªa estaba abarrotada de gente que compr¨® todo lo que encontr¨®: libros quemados, libros pintados, libros rotos, lo que fuera. Desde Alemania, el escritor Fernando Aramburu llam¨® a su madre para pedirle por favor que fuese a Lagun a comprar alguno de los libros atacados. No pudo: ya no quedaban.
¡°Mi madre lleg¨® tarde. Y eso demuestra la enorme solidaridad que despert¨® aquello¡±, dice el autor de Patria en el documental Lagun y la resistencia contra ETA, escrito por los periodistas Jos¨¦ Mar¨ªa Izquierdo y Luis R. Aizpeolea y dirigido por Bel¨¦n Verdugo y que hoy mi¨¦rcoles emite La 2 (22.00). La pel¨ªcula no cuenta una historia feliz, ni tiene final feliz, ni habla de la felicidad. Quien resiste, resiste a un ataque; quien resiste 60 a?os, ha pasado 60 a?os bajo una diana: la de Franco primero, la de ETA despu¨¦s. Y con Lagun como s¨ªmbolo, la historia de la resistencia al terrorismo en Euskadi es una historia que empezaron a escribir muy pocas personas, todas amenazadas r¨¢pidamente, muchas asesinadas.
Sus supervivientes aparecen en el documental: desde Latierro hasta Gorka Landaburu, desde Consuelo Ord¨®?ez hasta Luis Castells o Fernando Savater. Y un superviviente del terrorismo, Jos¨¦ Mar¨ªa Calleja, fallecido el pasado 21 de abril por coronavirus: ¡°Tras el asesinato de Miguel ?ngel Blanco miles de personas que nunca se hab¨ªan manifestado salen a la calle, se dirigen a las puertas de Batasuna, gritan ¡®ETA, aqu¨ª tienes mi nuca¡¯. Hay un antes y un despu¨¦s porque el vaso se ha llenado¡±. Cu¨¢nto explica lo que dice Peio Aspiazu, promotor de Gesto por la Paz en Zarauz, cuando cuenta c¨®mo se empez¨® a organizar el pacifismo en el pueblo. ¡°Yo sal¨ªa de casa y no le dec¨ªa a d¨®nde iba a nadie, ni a mi mujer. Nos reun¨ªamos en un agujero debajo de la kutxa, all¨ª¡±. Si alguien en medio de la noche pasaba por el lugar y ve¨ªa escondidas unas sombras movi¨¦ndose con sigilo, deb¨ªa saber que se trataba de gente reunida clandestinamente para posicionarse en contra de ETA.
¡°Piensa que es como si a tu padre lo hubiera matado un infarto, o un accidente de tr¨¢fico¡±, le dec¨ªan, con buena voluntad, a Cristina Cuesta, hija del asesinado Enrique Cuesta: ¡°No te dejaban ni ser v¨ªctima¡±. Aspiazu recuerda las primeras concentraciones de Gesto por la Paz con los manifestantes proetarras enfrente insult¨¢ndoles, grit¨¢ndoles y tir¨¢ndoles de todo. ¡°Yo he estado¡±, dice, ¡°en una manifestaci¨®n en la que estaba un padre y enfrente su hijo cantando con los dem¨¢s 'ETA, m¨¢talos¡±. La Carta de los 33 en la revista Muga, el plante de importantes nombres del mundo de la cultura ante ETA en 1980, la firman entre otros Koldo Mitxelena, Julio Caro Baroja, Eduardo Chillida, Manuel de Lekuona, Gabriel Celaya, Juli¨¢n de Ajuriaguerra y Agust¨ªn Ibarrola. Advierten en ella contra ¡°los verdugos desalmados, c¨®mplices cobardes y encubridores serviles¡±.
Esa carta tambi¨¦n la firma Jos¨¦ Ram¨®n Recalde, marido de la fundadora de Lagun Mar¨ªa Teresa Castells, jurista, profesor y pol¨ªtico. Despu¨¦s de ver el estado de la librer¨ªa en Nochebuena de 1996, se encontr¨® tres semanas despu¨¦s con un nuevo ataque; los agresores rompieron el escaparate nuevo, cogieron parte de los nuevos y los viejos libros, y los quemaron en la calle. Quien buscase correspondencias pol¨ªticas en la Europa del siglo XX y le diese pudor a¨²n emprender comparaciones, ten¨ªa en aquella hoguera al rey desnudo: totalitarismo, amenazas, terror, asesinato del disidente ¡ªdaba igual de lo que disentiese¡ª, chantaje y rechazo a la cultura, la pluralidad y las ideas. ¡°Lo curioso es que siempre que romp¨ªan el escaparate y cog¨ªan libros para quemarlos, pintarlos o romperlos, sol¨ªan coger los primeros, que eran los diccionarios de euskera, que los ten¨ªamos siempre colocados all¨ª¡±, cuenta Latierro en el documental. ¡°Lagun es Fort Apache¡±, sentenci¨® Ram¨®n J¨¢uregui.
Cuatro a?os despu¨¦s, en el a?o 2000, a Recalde ETA le descerraj¨® un tiro en la cabeza. ¡°El calibre del rev¨®lver, m¨¢s peque?o que el de una pistola de nueve mil¨ªmetros, el gesto de Recalde, al torcer la cara cuando se dio cuenta de la que se le ven¨ªa encima, y unas pr¨®tesis de titanio que le hab¨ªan implantado a Recalde en las mand¨ªbulas le salvaron la vida. Bueno, todo eso y tambi¨¦n la impericia de la criminal, o del criminal, que sali¨® corriendo al ver que hab¨ªa fracasado en su intento de matar a una de las personalidades necesarias para tratar de explicar la historia del Pa¨ªs Vasco de los ¨²ltimos cincuenta a?os¡±, escribi¨® Calleja en EL PA?S un a?o despu¨¦s, recordando que se dio por muerto a Recalde. Su hija, al conocer la noticia, cogi¨® el coche e hizo un largo viaje de vuelta a casa sin querer encender la radio para escuchar las reacciones que ya bien conoc¨ªa de anteriores atentados. Se lo encontr¨® grave pero vivo. Y a su madre dici¨¦ndole a su padre, mientras este sufr¨ªa una hemorragia: ¡°Mira, Ram¨®n, nadie se muere de un tiro en la boca¡±. Sobrevivi¨®. Muri¨® en 2016; su mujer, Mar¨ªa Teresa Castells, en 2017.
Los due?os de Lagun, perseguidos durante el franquismo, se?alados y atacados por grup¨²sculos de ultraderecha (Guerrilleros de Cristo Rey les coloc¨® una bomba cuya deflagraci¨®n se produjo hacia fuera, no hacia dentro), encarcelados y torturados por la dictadura, vieron alumbrar con la democracia una dictadura distinta, profundamente irracional, que les dobl¨® el pulso muchos d¨ªas, pero nunca los tumb¨®. Un terrorismo, el etarra, que se infiltr¨® de tal manera y con tanto ¨¦xito en la sociedad vasca que produc¨ªa este tipo de conversaciones en una manifestaci¨®n pacifista. La cuenta Peio Aspiazu. Tras manifestarse contra ETA, en la concentraci¨®n de Gesto de la Paz un participante se dirigi¨® a ¨¦l: ¡°?Por qu¨¦ no vamos ahora a la sede de la Ertzaintza a mostrarles nuestro apoyo? Ellos est¨¢n ah¨ª, resistiendo, aguantando de todo, creo que lo merecen¡±. A Aspiazu le pareci¨® buena idea. ¡°Y se da la casualidad que de camino all¨ª¡±, dijo, ¡°pasamos por delante del cuartel de la Guardia Civil, as¨ª que nos paramos all¨ª y tambi¨¦n les mostramos nuestro apoyo¡±. ¡°?No, hombre, eso no!¡±.
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