Qu¨¦ sabr¨¢ la v¨ªctima

En Francia est¨¢n reconfinados, pero no aburridos. El equivalente franc¨¦s a lo de Roc¨ªo Carrasco se llama P¨¦pita, y si Macron no tuviera a sus compatriotas bajo arresto, provocar¨ªa una nueva Comuna de Par¨ªs. Resumo mucho: el martes, el canal TMC rescat¨® unas escenas de 1995 del hist¨®rico concurso Pyramide, de France 2, en las que los presentadores y los concursantes se desinhib¨ªan con insultos y chascarrillos racistas dirigidos a la azafata P¨¦pita, de raza negra, icono de la tele noventera.

Dos d¨ªas despu¨¦s, ante la escandalera nacional, la propia P¨¦pita, que llevaba d¨¦cadas apartada de la tele y de la fama, llam¨® al programa para decir que se sent¨ªa humillada y que hab¨ªa pasado dos noches sin dormir, hecha polvo. La raz¨®n, sin embargo, no era la memoria recobrada de aquellos d¨ªas de racismo en m¨¢xima audiencia, sino la tergiversaci¨®n que el canal TMC estaba haciendo de su vida. Seg¨²n P¨¦pita, los fragmentos emitidos est¨¢n sacados de contexto y manipulados, y constituyen una muestra ¨ªnfima de lo que era el programa: ¡°Me hacen parecer la negra que sufre el racismo, que no le queda m¨¢s remedio que sonre¨ªr para tener un trabajo. ?Qu¨¦ es esto? ?Qui¨¦nes son ellos para hablar en mi lugar?¡±.

La reacci¨®n de P¨¦pita ha pillado a contrapi¨¦ a muchos, justo cuando el debate sobre el racismo alcanza cotas de histeria pol¨ªtica en Francia. Algunos han llegado a decir que el testimonio de P¨¦pita no cuenta porque la v¨ªctima no es qui¨¦n para decidir su propio estatus. Los dem¨¢s saben lo que sufre P¨¦pita mejor que P¨¦pita. A m¨ª esto me suena a una forma muy retorcida y condescendiente de racismo: despreciar las palabras de la v¨ªctima por su propio bien. Qu¨¦ sabr¨¢ ella, dicen. Al fin y al cabo, solo es una azafata negra sin conciencia de la opresi¨®n que sufre.

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