Votos
Democracia, libertad, comunismo, fascismo, socialismo. Estos conceptos tan serios jam¨¢s hab¨ªan sido tan manoseados por la clase pol¨ªtica
Aseguran los que saben y poseen datos que el estado nervioso de la mayor¨ªa del personal est¨¢ ligera o seriamente trastornado, que es el castigo psicol¨®gico que exige una peste tan larga. Percibo en m¨ª ese desequilibrio no por los cl¨¢sicos s¨ªntomas depresivos, sino porque me duele mogoll¨®n la cabeza y empiezo a blasfemar cada vez que escucho las palabras democracia, libertad, comunismo, fascismo, socialismo. O sea, me ocurre todo el rato. Y es mareante. Estos conceptos tan serios jam¨¢s hab¨ªan sido tan manoseados por la clase pol¨ªtica, los transforman en frases y lugares comunes, los utilizan como armas oportunistas y mezquinas. Espero que mantra tan pesado se calme despu¨¦s de las elecciones.
Un gu¨ªa ateniense me explic¨® de forma muy hermosa, al lado del Parten¨®n, el nacimiento y el significado de la democracia. El fascismo, m¨¢s que una ideolog¨ªa (que lo es) lo he visto y sentido desde que tengo uso de raz¨®n como una forma asquerosa de andar por la vida, un comportamiento, una aptitud, un estilo. Si hubiera vivido en pa¨ªses comunistas, sospecho que me hubieran enviado al Gulag. He intentado mantener, vocacional e irremediablemente, mi concepto de la libertad, sabiendo la cuota que te puede imponer, que te lluevan hostias de variados colores. Las razones ayusianas explicando su madrile?a libertad, incluido lo de no encontrarte con tus exparejas, desprende aroma esperp¨¦ntico o involuntariamente dada¨ªsta.
La machaconer¨ªa verbal pretende acaparar votos, que nadie se quede en casa, seguir alimentando un eterno negocio. Y me contaron la historia de un escritor y guionista admirable que agonizaba d¨ªas antes de unas elecciones decisivas. Exigi¨® a su familia que viniera un notario al lado de su cama para poder votar. Lo hizo. En blanco. Y se muri¨®.
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