¡®Atracadores: La serie¡¯ y la fascinaci¨®n por la violencia
Esta producci¨®n francesa es adictiva, bien realizada, bien fotografiada e interpretada
Si como dijo Jean-Luc Godard en una de sus inteligentes boutades: ¡°Todo lo que se necesita en una peli?cula es un arma y una mujer¡±, Atracadores: La serie (Netflix) podr¨ªa ser una enciclopedia audiovisual.
Su responsable absoluto, el franc¨¦s Julien Leclercq, coguionista, productor y director de la misma, fue tambi¨¦n el director del largometraje de 2015 Atracadores, germen de la serie, algo que ya comienza a ser frecuente y que tiene en Fargo, de los Cohen, un ejemplo impecable.
Ya en el primer cap¨ªtulo de los seis que la componen, la violencia es la reina de la casa: la banda de Yanis Zeri (Hamid Hlioua, coguionista) atraca un cami¨®n blindado que transporta una gran cantidad de lingotes de oro. Un alarde tecnol¨®gico que estimula la ya evidente atracci¨®n hipn¨®tica de la realizaci¨®n de atracos sofisticados. El l¨ªder del grupo es una especie de anacoreta que vive con h¨¢bitos espartanos y que solo mantiene un v¨ªnculo con la sociedad: su familia. El secuestro de su sobrina por una banda de narcotraficamtes belgas desata la acci¨®n del resto de los cap¨ªtulos, una acci¨®n que deja el rosario de la aurora como una funci¨®n de fin de curso escolar. Y, sin embargo, la serie es adictiva, bien realizada, bien fotografiada e interpretada.
Pese a que la serie es francesa, la trama transcurre entre Amberes y Bruselas, con ese habitual desinter¨¦s por las localizaciones hermosas: lo que importa es la violencia, la acci¨®n. Como se?al¨® en su d¨ªa el psiquiatra Luis Rojas Marcos, ¡°el equivalente moderno del circo o del pat¨ªbulo son escenas que disemina la industria de la televisi¨®n, destinadas a representar con el mayor realismo posible toda la variedad de violencia entre las personas¡±.
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