Emilio Arag¨®n mima la m¨²sica (con un pero)
El programa ¡®B. S. O.¡¯ destaca por su cuidado y una producci¨®n ambiciosa poco frecuente en televisi¨®n. El director domina casi todo lo que hace falta en la canci¨®n
Puede decirse que la vida ha sonre¨ªdo a Emilio Arag¨®n, pero ser¨ªa injusto: el talento hay que trabaj¨¢rselo. La cuesti¨®n es que el hijo de Miliki ha conocido el ¨¦xito como payaso (Los payasos de la tele), c¨®mico (Ni en vivo ni en directo), presentador (VIP, El club de la comedia), actor (M¨¦dico de familia) y empresario (fundador de La Sexta y de Globomedia). Tambi¨¦n prob¨®, con menos repercusi¨®n, como director de cine. Y se conoce menos su faceta como m¨²sico: es el autor de bandas sonoras de pel¨ªculas y series; funcion¨® peor como cantante c¨®mico (olvidable lo de Te huelen los pies) y ahora tiene un alter ego, Bebo San Juan, que interpreta son, rumba y otras m¨²sicas tradicionales de su tierra, Cuba.
Tras una d¨¦cada larga lejos de las c¨¢maras, Arag¨®n dirige y presenta el programa B. S. O. en Movistar+. Demuestra no ya que ama la m¨²sica, sino que la mima, la cuida, la trabaja como un artesano. Se re¨²ne con personalidades de la canci¨®n (Raphael, Alaska, Lolita) o ajenas a ella (los Javis, Joaqu¨ªn, Bel¨¦n Rueda, Dani Rovira) para indagar en las melod¨ªas de su vida, que luego se ocupar¨¢n de interpretar m¨²sicos de altura como Manolo Garc¨ªa, Kiko Veneno, S¨ªlvia P¨¦rez Cruz, Ariel Rot, Rozal¨¦n o Amaral. Sin escatimar medios: orquestas, coros, danzas, colaboraciones estelares. Una producci¨®n ambiciosa nada habitual hoy en televisi¨®n; adem¨¢s de voluntad hace falta un buen presupuesto.
Emilio Arag¨®n participa en algunas de esas interpretaciones, a menudo al piano (como Jools Holland en la BBC). Cada cap¨ªtulo, y eso se mete con calzador, termina con el propio Arag¨®n, transmutado en Bebo San Juan, cantando sus temas. Y te das cuenta de que domina casi todo lo que hace falta en la m¨²sica. Pero, ay, su voz, aunque bien adiestrada, no termina de seducir. Ese don se le resiste. No pod¨ªa salirle todo redondo siempre.
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