Lo que he aprendido viendo todos los cap¨ªtulos de ¡®Los Simpson¡¯ durante 716 d¨ªas
La serie de animaci¨®n lleva 33 a?os en antena, y ya est¨¢ tan zurcida en el subconsciente anglosaj¨®n y mundial como Shakespeare y Superman. ?Merece la pena volver a ella en 2022?
Ya lo avisaron: nadie piensa en los ni?os. Por eso para toda una generaci¨®n de espa?oles, Los Simpson era una rutina b¨¢sica. Despertarse, desayunar, cole, ir a casa a comer, ver dos cap¨ªtulos de 14.00 a 15.00 antes de Mat¨ªas Prats y volver al cole. Para los que nos qued¨¢bamos en el comedor, la tele no era una opci¨®n, as¨ª que pasar ese rato en Springfield en fines de semana y vacaciones era religi¨®n. A poder ser con episodios que hab¨ªamos visto cientos de veces. ...
Ya lo avisaron: nadie piensa en los ni?os. Por eso para toda una generaci¨®n de espa?oles, Los Simpson era una rutina b¨¢sica. Despertarse, desayunar, cole, ir a casa a comer, ver dos cap¨ªtulos de 14.00 a 15.00 antes de Mat¨ªas Prats y volver al cole. Para los que nos qued¨¢bamos en el comedor, la tele no era una opci¨®n, as¨ª que pasar ese rato en Springfield en fines de semana y vacaciones era religi¨®n. A poder ser con episodios que hab¨ªamos visto cientos de veces. Antena 3 mantuvo esa tradici¨®n unos 20 a?os. Su recuerdo nos transporta al instante.
A veces parece sencillo menospreciar Los Simpson. Es una serie tan fundida a nuestros huesos que se da por hecho. Pero cuando aterriz¨® en 1989 no solo era la primera serie animada emitida en horario de m¨¢xima audiencia en EE UU en dos d¨¦cadas ¡ªdesde Los Picapiedra¡ª, sino que adem¨¢s en la reci¨¦n fundada Fox les pareci¨® espantosa. Ni los guionistas quer¨ªan trabajar all¨ª. Apostaron que no pasar¨ªa de seis semanas. Con tres meses de retraso, se estren¨® el ¨²ltimo domingo antes de Navidad con un especial. La ma?ana siguiente ya era un fen¨®meno llamado a cambiar la animaci¨®n y la comedia televisiva. Para algunos guionistas, seis semanas se convirtieron en 33 a?os. La ficci¨®n semanal m¨¢s longeva de la historia est¨¢ hoy tan zurcida en el subconsciente anglosaj¨®n y global como Shakespeare y Superman.
Hasta 2020 no pudimos, sin embargo, ver todas las temporadas en un mismo lugar. Entonces lleg¨® Disney+, nueva due?a, y cre¨® nuevas rutinas. Yo prepar¨¦ la m¨ªa: ver cada d¨ªa un episodio de esta serie solo dos meses m¨¢s joven que yo. Mientras el caf¨¦ sub¨ªa y com¨ªa una tostada de pavo y aceite (en Evergreen Terrace abundar¨ªan los cereales), ver Los Simpson se ha convertido en lo primero que he hecho cada ma?ana durante 716 cap¨ªtulos. Casi dos a?os en los que, tras leer los tuits llameantes sobre c¨®mo el mundo se hac¨ªa pedazos cada noche, me levantaba convencido de que refugiado en Springfield el d¨ªa empezaba mejor. Y eso que una amiga ve¨ªa en el reto algo de m¨¢rtir griego (y no por mi heroico viaje). Los Simpson eran ese buitre que devoraba a Prometeo su h¨ªgado diariamente. Siempre es bueno tener amigos que no entiendan nada de lo que haces. Tomas perspectiva.
Empec¨¦ un 24 de marzo de 2020, encerrados por la pandemia global, y acab¨¦ el 9 de marzo de 2022, con una guerra en Europa. Perdonen la rimbombancia, pero Charles Dickens lo dijo mejor: ¡°Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos; la edad de la sabidur¨ªa y tambi¨¦n de la locura¡±. Tiempo suficiente para quedarme sin abuelas, viajar a nuevos lugares (menos de lo que me gustar¨ªa) y para que el pelo me creciera de un uno de maquinilla a tocar los hombros. En los a?os m¨¢s convulsos, la familia hija-de-tontos ha sido mi lugar feliz. He aprendido a apreciarlos mejor y visto nuevas facetas:
Adelantada a su tiempo
Los guionistas tardaron en entender a Lisa, era la Bart femenina, pero para la tercera temporada hab¨ªa lanzado proclamas ecologistas, feministas, recitado a Allen Ginsberg y luchado contra los c¨¢nones de belleza y la corrupci¨®n pol¨ªtica. Hoy es vegetariana, bisexual y budista (solt¨® T¨ªbet Libre en prime time). Nos ense?¨® lo que ten¨ªamos que ser, aunque en los noventa no la crey¨¦ramos. Los Simpson cont¨® todo antes (incluso varias veces) y seguramente mejor. Por eso parece que predicen todo.
La madurez de los personajes/mi madurez.
Eres adulto cuando dejas de querer ser guay como Bart y entiendes el cabreo de Chalmers, te identificas con el desamor de la Sita Krabappel (tristemente fallecida hace tres a?os con la muerte de su voz) o la desgana vital de Patty y Selma. En tres d¨¦cadas, adem¨¢s, vemos una sociedad diferente. El discurso par¨®dico sobre la homosexualidad ha evolucionado a trav¨¦s de una mirada comprensiva de Homer y la aceptaci¨®n de las tramas personales de Smithers, Patty, Julio y Dewey Largo. Tambi¨¦n los personajes negros, latinos o asi¨¢ticos tienen voces que concuerdan con su etnia, y el equipo ya no es un club masculino, lo que ha dado para perspectivas novedosas. Desde 2017, eso s¨ª, Apu no habla, pese a ser uno de los personajes mejor construidos. Si bien ya estaba todo contado. Entiendo menos que Disney+ eliminara el cap¨ªtulo de Michael Jackson.
Continuidad fluctuante
En el primer flashback, Homer y Marge se conocieron en 1974. Hoy habr¨ªa sido 2006. Solo cuatro a?os despu¨¦s el nacimiento de Lisa pas¨® de 1982 a 1984. La rueda ha seguido girando, incluso con un episodio noventero dedicado a los Homer y Marge universitarios. Homer como amante de hip hop con visera atr¨¢s no lo esperaba. Se emit¨ªa la serie y ellos pod¨ªan verse en la tele. Ni Cu¨¦ntame. Pese a la confusi¨®n, no se han atrevido con el salto que la serie necesitaba: sumar un par de a?os a Lisa y Bart para desarrollar nuevas historias o que otras como sus noviazgos no fueran inveros¨ªmiles. El inc¨®modo momento cuando ni?os de ocho y 10 a?os tienen m¨¢s relaciones que t¨².
Despegarse del suelo
Los Simpson era una cl¨¢sica sitcom de familia de clase media estadounidense. El veterano James L. Brooks aportaba un poso para ligar los dibujos de Groening a la realidad. Pero hay un punto donde el costumbrismo comienza a desaparecer. En la quinta temporada estaban viajando al espacio o con un elefante de mascota. En la vigesimosexta, viajan en el tiempo con Futurama. Y mejor olvidar la verg¨¹enza ajena de famosos como Lady Gaga y Elon Musk en Springfield. Tampoco ayudaron los intentos de atraer titulares: un episodio de Lego, marionetas, uno en directo, viajes que ofenden a australianos o japoneses, publicitar muertes, la audiencia votando la pareja Ned/Edna... Ese surrealismo cre¨® un universo alejado del costumbrismo en el que era m¨¢s f¨¢cil patinar. Sus escritores quiz¨¢s ya no tocan el suelo, y la familia dej¨® de tener problemas monetarios. Su casopl¨®n no es muy 2022.
Todo depende del ¡®showrunner¡¯
Al verla de carrerilla se aprecia el cambio de tono seg¨²n los guionistas jefe en cada etapa. Para Sam Simon y Brooks era una sitcom cl¨¢sica; David Mirkin apost¨® por personajes y pol¨ªtica; Mike Reiss estaba obsesionado con los gui?os a Hollywood; Oakley y Weinstein buscaron a la familia; Mike Scully (la peor era) cambi¨® a Homer de un apasionado ni?o peque?o a un ego¨ªsta sin alma que culpa a Marge de un accidente de coche; Al Jean trajo la estabilidad repetitiva 20 a?os, y Matt Selman establece la modernidad, el di¨¢logo social y los mejores tiempos.
El punto m¨¢s bajo
Decimosegunda temporada, episodio cinco: Homer violado por un panda. No s¨¦, no quiero profundizar.
Rezar en Springfield
Cuando hablas de ellos, quiz¨¢s no pienses en religi¨®n, pero el peri¨®dico vaticano L¡¯Osservatore Romano ha destacado su labor varias veces. Yo, que no ten¨ªa educaci¨®n religiosa, he aprendido muchas liturgias con el buen rollo de Ned Flanders (el Ted Lasso original). Los Simpson abre debates morales y doctrinales sobre catolicismo, la fe y sus iglesias y el capitalismo detr¨¢s de ellas. Lo hace sin tapujos y con distintas perspectivas, sin ser una parodia vac¨ªa. Pero ?tiene sentido en 2022 que las iglesias sigan llenas? ?Y hacer un episodio sobre si bautizar a Maggie?
Es la animaci¨®n, est¨²pido
A Los Simpson le han salido decenas de copias, pero sus dibujos siguen destacando sobre otras sitcoms familiares. Por su naturaleza costumbrista, jam¨¢s ser¨¢ la m¨¢s rompedora, pero no se duerme en los laureles como Padre de familia, amante del plano fijo y dibujar labios movi¨¦ndose. Siguen cuidando los movimientos de plano y montaje, y los homenajes al cine. La ¨²ltima temporada cuenta con una parodia al cine de los hermanos Coen tan cuidada que bien podr¨ªa estar dirigida por ellos. Y los gags del sof¨¢ con invitados se han vuelto cortometrajes propios imprescindibles.
Las ¨²ltimas temporadas son BUENAS
Decir que la serie ya no es lo que era est¨¢ ya m¨¢s desfasado que la propia serie. Ser¨ªa exagerado comparar con la primera d¨¦cada (y tener 10 a?os a su nivel es imposible para cualquiera), pero las dos ¨²ltimas han recuperado una voz que envidiar¨ªa cualquiera de sus competidores. Tenemos una road trip entre Skinner y Chalmers (los aleda?os de Springfield son mi cosa favorita; hasta plantearon una serie derivada), una peli de tarde navide?a, una cr¨ªtica a los fans enfadados al convertir Rasca y Pica en mujeres, el dependiente de la tienda de c¨®mics planteando su instinto paternal, marihuana medicinal, quitarse las pantallas, criptomonedas... Durante un tiempo fueron ese abuelo que grita a las nubes sin entender nada y sin alma. Es el momento de que volv¨¢is.
Antes de empezar este viaje, pensaba que deber¨ªan acabar, que era una serie zombi. Hoy creo que deber¨ªa ser infinita. Porque el espectador y la televisi¨®n sigue necesitando lugares de confianza semanales donde encontrar consuelo. Rutinas que nunca fallan. Los Simpson es un monolito en nuestra cultura porque logra parodiarnos en nuestro momento m¨¢s vergonzoso. Se toma cada chiste de manera seria, y pule y documenta sus debates (cada episodio conlleva nueve meses de producci¨®n). Como con los primos que te acompa?aron vi¨¦ndolos, no todo es perfecto, pero siempre est¨¢n ah¨ª. Huele a casa como el caf¨¦ reci¨¦n hecho. Y la tele tambi¨¦n es eso. Como dijo Leonard Nimoy frente al monorra¨ªl: ¡°Mi misi¨®n aqu¨ª ha terminado¡±.
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