Ion Aramendi, Telecinco busca su Pirlo

Pirlo, que no mirlo, aunque se empe?e el autocorrector. No el mirlo cuyo canto nos hace la vida suficiente que escrib¨ªa Juan Ram¨®n Jim¨¦nez; Pirlo, el elegante centrocampista que le mostr¨® al f¨²tbol italiano que hab¨ªa vida m¨¢s all¨¢ del catenaccio, del juego bronco y resultadista, que hab¨ªa que tratar bien al bal¨®n porque no era el enemigo.

Al espectador tambi¨¦n hay que tratarlo bien. Cabr¨ªa imaginar que es un axioma escrito con pan de oro en los despachos de los directivos televisivos, como en las camisetas de los tifosi de la Juve estaba escrito ¡°Mant¨¦n la calma y pasa el bal¨®n a Pirlo¡±, aunque la realidad lo desmiente. Telecinco lleva a?os demostr¨¢ndolo, pero es ahora cuando, tras haber hecho bandera del mobbing, los montajes y la frivolizaci¨®n del maltrato, empieza a pagar en share la falta de respeto a una audiencia que se lo consinti¨® todo, incluso que sus reuniones de contenidos parezcan limitarse a lanzar una moneda para decidir de qu¨¦ detritus se van a alimentar ese d¨ªa, si de nini de Jurado o nini de Pantoja.

En este momento de debilidad, el a?o sab¨¢tico de Jordi Gonz¨¢lez ha resultado providencial. El hijo pr¨®digo Ion Aramendi demuestra que hay vida m¨¢s all¨¢ del juego bronco y resultadista. En su debut frente al debate de Supervivientes entr¨® a plat¨® exultante, cuando lo habitual en Telecinco es que sus presentadores lo abandonen airados. Tampoco necesit¨® mostrarse hosco o superior moral e intelectualmente, y su inter¨¦s, e incluso entusiasmo, ante las cuitas del hermano del novio de la hija de una tonadillera pareci¨® sincero. Eso s¨ª que es tener oficio.

Cuesta creer que haya esperanza para Telecinco, pero de haberla pasa por cambiar el fondo y, sobre todo, las formas. Para empezar, que mantengan la calma y pasen el micro a Aramendi.

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