Abandono animal: ¡®Pippin¡¯ nunca lo har¨ªa

De todas las mentiras que nos ha contado la publicidad pocas tan flagrantes como la perra Pippin haciendo la maleta para huir de un hogar en el que se la ignoraba. Fue una idea brillant¨ªsima, como casi todas las de Toni Segarra para la RTVE de Pilar Mir¨®, pretend¨ªa, paradoja, que vi¨¦semos menos la televisi¨®n. Pippin se convirti¨® en una estrella y recibi¨® el m¨¢ximo reconocimiento televisivo de los ochenta: su pegatina en el Teleindiscreta. Honor merecid¨ªsimo, interpretaba algo tan antinatural para un perro como es abandonar a su due?o.

Aquel a?o tambi¨¦n fue protagonista otro can. En la primera campa?a contra el abandono de la Fundaci¨®n Affinity alguien se deshac¨ªa de un mast¨ªn en medio de la nada. Aturdido, miraba a c¨¢mara mientras una voz nos recordaba lo obvio: ¨¦l nunca lo har¨ªa. En 1988 Espa?a era l¨ªder en abandono en Europa. 34 a?os despu¨¦s seguimos en cabeza. Esta lacra la sufren especialmente las protectoras de animales, esas organizaciones sin ¨¢nimo de lucro a las que algunos les sospechan ping¨¹es beneficios cuando solo atesoran pulgas, deudas e historias m¨¢s deprimentes que el cat¨¢logo de Filmin.

En la que soy voluntaria apareci¨® hace poco Luna, una pincher anciana que durante 15 a?os fue el ¨²nico soporte emocional de su due?a. Cuando esta falleci¨® sus hijos tardaron tan poco en saquear sus bienes como en deshacerse de la fiel compa?era. Ciega, sorda y senil lleg¨® con un equipaje escueto: un collar desva¨ªdo y una factura veterinaria desorbitada, porque los animales envejecen, enferman y gastan. Lo recalca la ¨²ltima campa?a de la Junta de Andaluc¨ªa contra el abandono. ¡°Acepta el compromiso¡± es su eslogan. Despu¨¦s de m¨¢s de tres d¨¦cadas seguimos necesitando que nos recuerden lo elemental: ellos no nos dejar¨ªan atr¨¢s jam¨¢s, ¨²nicamente Pippin, pero solo por exigencias del guion.

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