Carta abierta a Mapi, la de TVE
Verte, Mapi, es conectar con esa parte peque?a y zaherida de nosotros mismos. Ese perder eterno, ese desear ser otra cosa
Qu¨¦ rara eres y qu¨¦ revuelo has armado. Mucho body positive, mucha sororidad, pero aqu¨ª todo el mundo est¨¢ berreando que eres la criatura m¨¢s terror¨ªfica que ha pisado TVE desde El duende del globo. He tratado de averiguar qu¨¦ craneo amigo del crimen es tu pap¨¢. No s¨¦ si ha sido vuestro director de contenidos Jos¨¦ Pablo L¨®pez, ebrio de poder liderando una conga veraniega, o si ha sido Jandro, que pinta como el t¨ªpico entusiasta que acaba alargando 40 minutos las reuniones de trabajo cuando llevan ya dos horas y todos se hacen pis. Quiz¨¢s alg¨²n desaprensivo haya abierto una caja olvidada por Jim¨¦nez del Oso.
?Hola, twitter! Dejad de discutir y seguid mi cuenta.
— Mapi (@MapiTVE) July 27, 2022
?A partir del lunes en @La1_tve, a las 22:10 lo vamos a pasar muy bien! #mapirtve pic.twitter.com/BwEbDAwY8T
Mis pesquisas han sido est¨¦riles. Solo s¨¦ que fuiste creada a partir de una mu?eca nipona y que te pareces lo mismo que Violeta Mangri?¨¢n a s¨ª misma. Eres la de Lazy Town en el cuerpo de Dora, la exploradora, pero suenas como la sinton¨ªa del Lingo.
Solo haces un 8% de cuota de pantalla, a pesar de que los quintacolumnistas del departamento de prensa dicen que usas expresiones ¡°muy parecidas a las usadas en (¡) Avatar, (¡) The Mandalorian, o (¡) Fortnite¡±. No se ve¨ªa algo as¨ª desde el Qui¨¦n maneja mi barca.
Me recuerdas a Chulito, una ef¨ªmera mascota deportiva del a?o 93 que era un Doraemon aquejado de pochez extrema. Me recuerdas a la rosada y peluda Mim, del concurso Los sabios. Eres Cinecito en un mal viaje. Encima te llamas como una actriz de La lengua asesina, Mapi.
?Sabes? Mi amigo Mameluco y yo coleccionamos unos mu?ecos cabezones de la desaparecida Farmi. Dice que son ¡°un poco cutres, adorables e inocentones¡±. Y me da ternura porque tiene algo que ver contigo, aunque hayas costado el PIB de un pa¨ªs en v¨ªas de desarrollo. Verte, Mapi, es conectar con esa parte peque?a y zaherida de nosotros mismos. Ese perder eterno, ese desear ser otra cosa. Siempre que en Espa?a creemos modernizarnos aparece alg¨²n ser como t¨² dispuesto a recordarnos lo que somos. Nosotros somos t¨², Mapi. Pero si acojon¨¢ramos tanto, otro gallo cantar¨ªa.
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