¡®Fan¨¢tico¡¯, crudo retrato de una juventud a medio camino entre la ambici¨®n y la abulia

No hac¨ªa falta haber acudido hace unas semanas al concierto de Rosal¨ªa en Madrid para saber buena parte de lo que all¨ª ocurri¨®, como pas¨® algo antes con el de C. Tangana. Las im¨¢genes de sus actuaciones se suced¨ªan en infinitos reels, stories y dem¨¢s herramientas ef¨ªmeras de las redes sociales. Hasta el punto de preguntarse si a sus asistentes les interesaba m¨¢s dar testimonio de su presencia en el lugar en el que hab¨ªa que estar en vez de admirar y atender al talento de los dos artistas espa?oles m¨¢s celebrados en la actualidad.

Fan¨¢tico, la nueva serie juvenil de Netflix, analiza las luces y sombras de la fama desde una crudeza necesaria y hasta ahora in¨¦dita. Un gran acierto de esta historia en la que un precario rider sustituye a Quimera, la estrella trap del momento, gracias a su asombroso parecido f¨ªsico con ¨¦l es que el relato no plantea ning¨²n enga?o. El cantante muere durante un concierto, delante de sus seguidores, as¨ª que todo el mundo sabe que el proyecto lo contin¨²a un impostor, sin que a nadie parezca importarle en exceso asuntos como la autenticidad art¨ªstica y el talento genuino. Lo importante es seguir el hype; seguir estando de moda apoyando al fen¨®meno de moda. La industria del entretenimiento, tan preocupada siempre por clonar lo que ya funciona, lleva en esta ocasi¨®n su mantra hasta el ¨²ltimo extremo.

Protagoniza el relato el actor y cantante argentino Lorenzo Ferro, conocido por la pel¨ªcula El ¨¢ngel, de f¨ªsico poco com¨²n y que se muestra solvente a la hora de interpretar la contradictoria fusi¨®n de ambici¨®n y abulia tan propia, muy a su pesar, de las nuevas generaciones. Dirige Roger Gual, quien en 2002 se convirti¨® junto a Julio D. Wallowits en una joven promesa del cine espa?ol con el estreno de la original Smoking Room y que, a medida que ha pasado el tiempo, ha invertido su talento en el medio televisivo, a menudo en los proyectos de otros. Dirigi¨® tambi¨¦n en Netflix varios episodios de El desorden que dejas, creada por Carlos Montero, y de Las chicas del cable, de Bamb¨² Producciones.

La falta de expectativas a la que se enfrentan los menores de 25 contrasta con el agresivo mensaje sobre el ¨¦xito y la fama que reciben por parte de los medios de comunicaci¨®n, nuevos y antiguos, a los que se exponen. Por eso, Lorenzo, el protagonista, tiene que descubrir por s¨ª mismo en este extra?o viaje cu¨¢les son los asuntos que verdaderamente importan en su vida.

El proyecto se suma a la tendencia de las plataformas de buscar contenidos juveniles adaptados a los actuales h¨¢bitos de consumo, en forma de microserie de pocos cap¨ªtulos y pocos minutos. As¨ª es la reciente C¨®mo mandarlo todo a la mierda (HBO Max) y Ser o no ser (Playz ¨C RTVE). En Fan¨¢tico, algunos de sus cinco episodios llegan a durar apenas 14 minutos con cr¨¦ditos incluidos, no son mucho m¨¢s largos que los omnipresentes v¨ªdeos de Rosal¨ªa que aparecieron en los tel¨¦fonos durante las 24 horas posteriores a su concierto.

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