¡®Ummo¡¯, o c¨®mo unos alien¨ªgenas explican la historia de Espa?a
La serie de Movistar Plus+ revive el primer gran avistamiento de extraterrestres en nuestro pa¨ªs y su influencia en la televisi¨®n y la sociedad
Hace 56 a?os que un destello ilumin¨® el cielo de la tarde madrile?a. El 7 de febrero de 1966, los peri¨®dicos despertaron contando que un platillo volante hab¨ªa sobrevolado el barrio madrile?o de Aluche. ¡°El hecho concreto e innegable es que hay dos testigos y una porci¨®n de terreno chamuscado que hablan de la aparici¨®n de un extra?o objeto volador ayer domingo en Madrid¡±, firmaba el diario El Caso. Y aunque no se pudo verificar qu¨¦ hab¨ªa ocurrido realmente, aquello cambi¨® a una sociedad espa?ola que todav¨ªa viv¨ªa la ¨²ltima etapa de la dictadura de Franco. Los ovnis, que hasta entonces formaban parte de peque?os y exclusivos c¨ªrculos de debate, pasaron a la conversaci¨®n p¨²blica. Y a estos seres extraterrestres, que pronto se asociar¨ªan con rasgos propios de Europa del norte, se les bautiz¨® como Ummitas. El 14 de noviembre, Movistar Plus+ recoge este fen¨®meno en Ummo, una serie documental producida por LaCima (El a?o del descubrimiento) que combina elementos de ficci¨®n y no ficci¨®n.
Por primera vez, Espa?a ten¨ªa sus propios visitantes del espacio exterior y viv¨ªa su fen¨®meno alien particular. Algo que en aquella sociedad funcion¨® como una v¨¢lvula de escape. El pa¨ªs sent¨ªa que se modernizaba. Y la dictadura, que contaba con participantes en las tertulias ufol¨®gicas que se celebraban en La Ballena Alegre, en el s¨®tano del Caf¨¦ Lyon de Madrid, no opuso resistencia. Los ummitas se convirtieron en un fen¨®meno, coparon espacios televisivos y se convirtieron en una proyecci¨®n de los deseos de los espa?oles. Y los encargados de revivir este momento hist¨®rico ser¨¢n Laura Pousa y Javier Olivera, que debutan como d¨²o en la direcci¨®n tras haber empezado a trabajar juntos en la pandemia.
Lo que sucedi¨® explica parte de la historia televisiva en Espa?a, que aprovech¨® este acontecimiento para evolucionar hacia una programaci¨®n que ya no buscaba solo divulgar. Ahora tambi¨¦n era importante entretener, y as¨ª naci¨® la televisi¨®n del espect¨¢culo ¡ªformatos como Un, dos, tres... responda otra vez, de Narciso Iba?ez Serrador, no llegaron hasta 1972, seis a?os despu¨¦s¡ª. ¡°No deja de ser curioso c¨®mo una televisi¨®n que tiene un fin educativo ampar¨¢ndose en la divulgaci¨®n cient¨ªfica, genera un marco para que en los setenta se convierta en un cambio de paradigma¡±, detalla Olivera. Los cambios sociales que empezaban a despertar en la ¨¦poca tambi¨¦n acompa?aron, sobre todo, el auge del turismo y el aperturismo hacia Europa. ¡°Es notable c¨®mo todo eso transforma la sociedad y la televisi¨®n para cumplir una nueva misi¨®n¡±, a?ade el director.
En ese contexto aparecen los uf¨®logos como los grandes influencers de la ¨¦poca, exponiendo en parrilla sus teor¨ªas sobre ovnis y, m¨¢s en concreto, sobre Ummo. Se dec¨ªa que ven¨ªan de uno de los cuatro sat¨¦lites de la estrella enana roja Glies 581, a 20 a?os luz de la Tierra, el ¨²nico que pod¨ªa reunir las condiciones necesarias para que en ¨¦l hubiera agua. ¡°Entonces hab¨ªa en antena espacios de lo paranormal y lo extra?o, el de Jim¨¦nez del Oso, M¨¢s all¨¢, con programas enteros dedicados a Ummo en el prime time de la Televisi¨®n Espa?ola. Tambi¨¦n era com¨²n, por tanto, que mucha gente famosa, actores, actrices y dem¨¢s, expresaran sus opiniones en televisi¨®n hablando del tema extraterrestre y asegurando que hab¨ªan visto ovnis, algo que hoy en d¨ªa nadie har¨ªa¡±, explica Pousa.
Los alien¨ªgenas como reflejo de la sociedad
Tambi¨¦n se dec¨ªa que los ummitas ten¨ªan rasgos propios de Europa del norte. Que eran rubios, altos, con los ojos claros¡ en un tiempo en el que Espa?a empezaba a engrasar la maquinaria del turismo. El pa¨ªs, necesitado de fantas¨ªas que escaparan a las barreras de la dictadura, proyect¨® a estos turistas en sus alien¨ªgenas, en los habitantes de Ummo. ¡°Es interesante c¨®mo el tema extraterrestre se amolda a una necesidad cultural de la sociedad y de la ¨¦poca. Estamos descubriendo que cada pa¨ªs tiene su extraterrestre con todos sus miedos, proyecciones, fobias, cuestiones geopol¨ªticas¡ porque tambi¨¦n aqu¨ª hay una geopol¨ªtica mundial que est¨¢ funcionando y tiene que ver con la Guerra Fr¨ªa en esta ¨¦poca y dem¨¢s. Entonces cada pa¨ªs est¨¢ en un lugar diferente, tiene un extraterrestre distinto y esto a m¨ª me parece fascinante¡±, asevera la directora. ¡°No eran ninguna amenaza. Al rev¨¦s, nos contaban sus cosas y dec¨ªan lo bien que se viv¨ªa en Espa?a, que por eso ven¨ªan aqu¨ª¡±, a?ade.
Los de Estados Unidos, por ejemplo, eran todo lo contrario. Maliciosos, calculadores y sanguinarios, respond¨ªan a una analog¨ªa que hac¨ªan de los comunistas de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Olivera lo explica: ¡°Por eso el cine de serie B de los sesenta de Estados Unidos es de alien¨ªgenas que nos invaden. Mientras que en Espa?a hay pel¨ªculas como Novia a la vista, de Berlanga, donde L¨®pez V¨¢zquez se acaba de casar y se va corriendo detr¨¢s de una sueca. O El turismo es un gran invento, con un se?or muy paleto embobado con una sueca haciendo topless. Entonces hay una frase muy graciosa que dice: ¡°Mientras que en Estados Unidos los extraterrestres eran comunistas, ac¨¢ son costumbristas¡±.
Para los tres cap¨ªtulos, de 50 minutos cada uno, han contado, adem¨¢s con las im¨¢genes que han rescatado, con las aportaciones de distintas voces: Eduardo Bravo, periodista y autor del libro Ummo. Lo incre¨ªble es verdad (Autsaider Comics, 2019); Jos¨¦ Juan Montejo, uf¨®logo espa?ol y una de las personas que m¨¢s ha estudiado el caso; y otros relatos ¡°m¨¢s emocionales¡±, tildan sus directores, que tienen que ver con personajes vinculados a Ummo que ayudan a contar diferentes partes de la historia.
Los principales objetivos de la serie documental son, por tanto, dos. Por un lado, rememorar lo ocurrido: ¡°No queremos utilizar los materiales de archivo para ilustrar, sino para narrar. Todos sabemos que el documental es ficci¨®n, tambi¨¦n es una construcci¨®n narrativa. Por eso nuestro ¨¦nfasis est¨¢ puesto en el relato. No es contar una cantidad de datos sin ninguna emoci¨®n, sin ning¨²n viaje, sin arco dram¨¢tico. Queremos que emocione y que movilice, adem¨¢s de divertir o entretener. Eso no quiere decir que sea ni fr¨ªvolo, ni banal, ni que subestimemos al p¨²blico. Todo lo contrario. Usar lo que hay como una gran herramienta de ficci¨®n¡±, remarca el director. Como prueba fehaciente de ello, lo explica durante la entrevista en un descanso de su primer d¨ªa de rodaje, en el Hotel Puerta de Am¨¦rica, en Madrid, al que han acudido en busca del dise?o futurista de alguna de sus plantas para reforzar la ambientaci¨®n.
La otra meta, concluye Pousa, pasa por construir una memoria audiovisual: ¡°Estamos descubriendo unos archivos con los que dices ¡®claro, es que ¨¦ramos as¨ª y por eso ahora pasa esto y por eso se dicen estas otras cosas¡¯. Una mirada a un pasado cercano que nos ayuda a entender nuestro presente. Todo ese viaje entre los medios, el cine, la televisi¨®n, las palabras que se usaban antes, las que se usan ahora¡ C¨®mo todo nos lleva y todav¨ªa nos ata m¨¢s al pasado y, por tanto, al futuro¡±.
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