¡®Machos alfa¡¯: ?de qu¨¦ se r¨ªe todo el mundo?

Aunque se han escrito bibliotecas enteras sobre el humor, sigue siendo un misterio por qu¨¦ nos divierten unas cosas y otras no. Sabemos que el contexto es importante, aunque hay humorismos universales. Los hermanos Marx o el refranero de Sancho Panza provocan carcajadas en cualquier ¨¦poca y lugar, y hay c¨®micos muy localistas que trascienden, como los britaniqu¨ªsimos Monty Python. Pero esto es raro. Lo normal es que el humor funcione por contacto. Cuanto m¨¢s alejados (culturalmente) est¨¢n el humorista y el espectador, menos probable es que el segundo se r¨ªa. Hace poco, en Berl¨ªn, intent¨¦ explicar qui¨¦n era Chiquito de la Calzada a un grupo de alemanes. H¨¢ganme caso, no lo intenten.

El humor tiene tambi¨¦n un componente subjetivo contra el que no se puede luchar. Si algo no te hace gracia, nadie te va a convencer de que te r¨ªas. Pero como sobre todo es una comuni¨®n colectiva, es muy inc¨®modo saber que eres el ¨²nico que no se r¨ªe ante un chiste que divierte a todo un pa¨ªs. Pocas veces se siente uno m¨¢s extranjero.

Me sucede ahora con Machos alfa (Netflix). He intentado entender qu¨¦ celebra tanta gente, cuando yo solo veo una sucesi¨®n de chistes m¨¢s vistos que el tebeo, algunos reciclados de casetes de gasolinera, que huelen a rancio e, incluso, por momentos, a sexista. No s¨¦ d¨®nde est¨¢ lo atrevido, lo sofisticado y lo par¨®dico: son las matrimoniadas de Jos¨¦ Luis Moreno empaquetadas en formato Netflix, con un dise?o de producci¨®n excelente. Topicazos sobre los hombres son as¨ª y las mujeres son as¨¢ escritos con pereza. No tengo nada en contra, all¨¢ cada cual con sus carcajadas. El raro y el que no tiene raz¨®n soy yo, pero cre¨ªa que Espa?a hab¨ªa dejado ese humor en el ¨²ltimo bingo al que entraron Pajares y Esteso. Me fascina ver c¨®mo pervive disfrazado de posmodernidad.

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