¡®Moonage Daydream¡¯: esto no es una biograf¨ªa de David Bowie (ni falta que hace)
El documental de Brett Morgen omite pasajes clave de su carrera, pero es una experiencia inmersiva y fascinante que bucea en la mente del creador m¨¢s all¨¢ de sus m¨¢scaras
En los a?os setenta le preguntaron a David Bowie, en la televisi¨®n brit¨¢nica, c¨®mo manten¨ªa ese impecable acento ingl¨¦s tras dos a?os viviendo en Los ?ngeles. ¡°No hablo con nadie¡±, respondi¨® el artista. En aquel Bowie coincid¨ªan un genio de creatividad desbordante (para la m¨²sica, s¨ª, y tambi¨¦n produc¨ªa v¨ªdeos, pintaba, actuaba, esculp¨ªa, escrib¨ªa) y un car¨¢cter introvertido, con tendencia al aislamiento, resultado de traumas familiares. No era lo esperable en este camale¨®n, el rey del glam, del transformismo y de la teatralidad, el n¨®mada que se mov¨ªa sin fronteras estil¨ªsticas, sexuales ni geogr¨¢ficas. ?l se defin¨ªa como coleccionista de personalidades. Valdr¨ªa decir personajes: solo lo vemos en sus disfraces.
El artista, figura capital de la cultura del siglo XX, es retratado en su propia voz (?y qu¨¦ voz!) en el documental Moonage Daydream, que acaba de pasar por los cines y que Apple TV+ ofrece en alquiler. La producci¨®n dirigida por Brett Morgen no es una biograf¨ªa, sobre la que apenas da alguna pincelada. Ni falta que le hace. Es una experiencia inmersiva y fascinante que trata de bucear en la mente del creador. Para ser tan t¨ªmido hablaba mucho de s¨ª mismo: ten¨ªa un discurso inteligente, nada superficial, aficionado a explorar lo trascendente. El relato sigue sus declaraciones m¨¢s sugerentes, elegidas entre cientos de entrevistas, mientras nos deslumbran sus canciones, sus shows y su desfile de m¨¢scaras.
La narraci¨®n no es cronol¨®gica, y omite pasajes clave, pero se advierte su evoluci¨®n. El Bowie tormentoso y vanguardista de juventud es otro avanzados los ochenta: arrolla en las radiof¨®rmulas, encuentra la estabilidad afectiva junto a Iman (en una de las parejas m¨¢s guapas que hemos conocido) y dice que ya se siente c¨®modo en su rol de actor. Al final no sabes si sabes qui¨¦n era Bowie, pero intuyes que quiz¨¢ nunca nadie lo supo.
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