Neil Gaiman ampl¨ªa las iron¨ªas de una vida entre el cielo y el infierno en lo nuevo de ¡®Good Omens¡¯
La esperada segunda temporada de la serie de Amazon Prime Video prolonga la doble conexi¨®n emocional del relato: la del ¨¢ngel y demonio que interpretan Michael Sheen y David Tennant y la que Neil Gaiman mantuvo con el coautor de este texto, el fallecido Terry Pratchett
No todos los seguidores de Good Omens (Buenos presagios) estaban contentos cuando Neil Gaiman cumpli¨® la promesa que hizo a Terry Pratchett de adaptar la cl¨¢sica novela de ¨¢ngeles y demonios que hab¨ªan firmado juntos. Ambos autores lo intentaron durante d¨¦cadas, hasta que en 2019 se estren¨® la serie hom¨®nima en Amazon Prime Video, con la misma carga de iron¨ªa en torno a los conceptos del bien y del mal que aparec¨ªa en el libro. Fallecido Pratchett en el a?o 2015, Gaiman decidi¨® por petici¨®n popular seguir ampliando el relato en solitario, con una segunda temporada que se aleja del contenido original y cuyo guion de los seis cap¨ªtulos escribe ¨¦l mismo. Las nuevas tramas est¨¢n inspiradas en una secuela que estuvo preparando con su socio creativo antes de su muerte, aseguran los responsables del proyecto.
Una de las razones que convencieron a los fan¨¢ticos del texto inicial y a los nuevos seguidores captados a trav¨¦s de la pantalla es el d¨²o de actores que interpretan a sus protagonistas. Los prestigiosos int¨¦rpretes brit¨¢nicos Michael Sheen (Masters of Sex) y David Tennant (Broadchurch, Doctor Who) regresan a sus personajes para seguir explorando la particular conexi¨®n emocional entre el ¨¢ngel Azirafel y el demonio Crowley. Tras observar sus vicisitudes desde los tiempos de Ad¨¢n y Eva, ambos quedan enamorados de las bondades de una existencia terrenal a la que a?aden los privilegios sobrenaturales de los que gozan. Ni uno es tan bueno ni el otro es tan malo. Es ley de vida y ¡°la constataci¨®n de que ambos son muy malos haciendo su trabajo¡±, apunta un ir¨®nico Tennant durante una entrevista en Londres. Ocurri¨® d¨ªas antes del comienzo de la huelga de actores que convocaron los sindicatos de Hollywood para sumarse a la de guionistas.
Si en los primeros episodios ambos se aliaron para evitar el Apocalipsis, en esta nueva tanda, que llega a la plataforma digital este viernes 28 de julio, el ¨¢ngel (Sheen) y el demonio (Tennant) conviven en el c¨¦ntrico y burgu¨¦s barrio londinense del Soho. Cuando el arc¨¢ngel Gabriel, encarnado por Jon Hamm, reaparece desnudo y sin memoria en la puerta de la librer¨ªa de Azirafel, la reci¨¦n estrenada vida humana de ambos llega a su fin. Tienen que descubrir qu¨¦ ha pasado entre el cielo y el infierno y qu¨¦ consecuencias puede tener para los mortales que se encuentran en el medio de ambos.
Tanto Sheen como Tennant admiten haber sentido menos presi¨®n esta vez, a la hora de encarnar personajes tan adorados por una s¨®lida base de admiradores que el texto de Buenos presagios ha acumulado a lo largo de los a?os. ¡°Durante la primera temporada, nos quedaba la duda de si los fans, entre los que me incluyo, iban a aceptar nuestra forma de entender a unos personajes por los que se sent¨ªan muy apasionados y que imaginaban de una forma muy espec¨ªfica¡±, comienza diciendo Sheen. Para Tennant, el hecho de que Gaiman siga estando de su lado, ejerciendo tambi¨¦n las funciones de showrunner y productor ejecutivo de la segunda temporada, legitima su trabajo. Ambos actores hablan de este regreso precisamente en un lujoso hotel del Soho, un barrio ¡°tan paradis¨ªaco como infernal para vivir, que resume muy bien la esencia de la serie¡±, comenta Tennant, en este encuentro de principios del mes de julio.
El esp¨ªritu de Terry Pratchett sigue presente en esta segunda temporada, a trav¨¦s de los herederos de su legado, que tambi¨¦n forman parte de la producci¨®n del proyecto. Aunque nunca se escribi¨® una secuela de Buenos presagios, ¡°el qu¨¦ pasar¨ªa con estos dos personajes despu¨¦s de que el libro acabara fue una conversaci¨®n recurrente entre Neil y Terry durante d¨¦cadas. Muchas de esas ideas est¨¢n en estos nuevos cap¨ªtulos¡±, comenta Sheen, quien invita al espectador familiarizado con el contenido original a que est¨¦ atento a los peque?os homenajes en memoria de su amigo que Gaiman esconde en estos episodios. ¡°Seguimos recreando el mismo universo que una voz tan ¨²nica como la de Pratchett construy¨® en su d¨ªa¡±, ampl¨ªa Tennant.
Los responsables de la serie detectaron que uno de los ganchos que m¨¢s disfrut¨® la audiencia en la primera temporada fueron los saltos temporales que mostraban la amistad entre Azirafel y Crowley a lo largo de los siglos. Esos gui?os hist¨®ricos siguen presentes en las nuevas entregas, a pesar de estar ambientada en el Londres actual. Los exteriores del contradictorio barrio del Soho se recrearon en realidad en unos grandes estudios de grabaci¨®n en Escocia.
Para Sheen, el particular sentido del humor de Good Omens es otra se?a de identidad que no han podido ni querido perder. ¡°En medio de esa ¨¦pica del cielo y el infierno y sus fuerzas sobrenaturales, hay una enorme humanidad en sus personajes. Nuestro ¨¢ngel y nuestro demonio, como cualquiera de nosotros, intentan hacer lo correcto de la mejor forma posible, pero se dan cuenta de que quiz¨¢ no son muy buenos en ello. Hay algo muy divertido y entra?able en esa paradoja¡±. De esta forma, complejos dilemas morales y filos¨®ficos rozan en todo momento la l¨ªnea roja del absurdo. Mucho disparate hay en la presencia de Jon Hamm, que ya mostr¨® su vis c¨®mica en sus apariciones en la comedia de Tina Fey 30 Rock justo despu¨¦s de saltar a la fama como el adusto Don Draper de Mad Men.
Cuando un despistado colectivo cristiano de Estados Unidos acus¨® a Good Omens de ¡°normalizar el satanismo¡±, solicitando su cancelaci¨®n de forma err¨®nea a Netflix en vez de a Amazon Prime Video, la an¨¦cdota increment¨® a¨²n m¨¢s si cabe la popularidad de la ficci¨®n. ¡°Venga ya, si todos los demonios que mostramos son completos in¨²tiles. No es precisamente una buena propaganda del infierno¡±, protesta entre risas Tennant. ¡°Se trata de una comedia sobre un ¨¢ngel y un demonio que encuentran puntos en com¨²n de convivencia. ?Hay algo m¨¢s emp¨¢tico que eso?¡±, prosigue.
En realidad, buena parte de la audiencia ha visto en la conexi¨®n entre Azirafel y Crowley una potencial historia de amor gay que desear¨ªan que Gaiman se atreviera a explorar. Los llaman los ¡°maridos inefables¡±, haciendo un gui?o a uno de los adjetivos favoritos que al cursi ¨¢ngel protagonista le gusta usar. ¡°Esa gente crea hasta ficciones amateur paralelas que cuentan este romance¡±, comenta Sheen, admirado. ¡°Hay que tratar con cuidado algo tan relevante, por su tono social, y tan maravilloso como para ser capaz de disparar la imaginaci¨®n de otros hasta el punto de crear sus propias historias¡±, concluye el actor. A Neil Gaiman, confiesan los actores, tambi¨¦n le ha apasionado esta reacci¨®n de sus lectores y espectadores.
— aneh (@hg_aneh) July 25, 2023
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— zaba (azi lover) on a break (@sadgefroggy) July 22, 2023
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