Las ma?anas del CBGB eran m¨¢s salvajes que sus noches
El documental ¡®At the Matin¨¦e¡¯ recuerda lo que pasaba de d¨ªa en la meca del punk de Nueva York y en sus alrededores. Las tribus urbanas armaban mucho jaleo en esta sala en medio de un barrio degradado
Las subculturas de los ochenta no se explican sin pasar por un antro de Nueva York, la sala de conciertos CBGB. All¨ª ebull¨ªa una escena en torno al punk rock y se gestaba la New Wave; de all¨ª salieron figuras como Ramones, Patti Smith, Talking Heads, Television o Blondie. Las noches eran suyas. Es menos conocida la historia de sus ma?anas, cuando ten¨ªa su espacio lo m¨¢s punk del punk, lo m¨¢s underground del underground, lo alternativo a lo alternativo. El hardcore. M¨¢s ruidoso, m¨¢s furioso.
Lo cuenta el documental At the Matin¨¦e, en Filmin, dirigido por el italiano Giangiacomo de Stefano en 2019. En el llamado New York Hardcore, o NYHC, hab¨ªa nombres menos c¨¦lebres que los citados antes, aunque algunos hicieron cierta carrera y alguna gira por Europa: Gorilla Biscuits, Youth of Today, Agnostic Front, Murphy¡¯s Law o Cause of Alarm. Esos grupos se hab¨ªan fogueado en las casas okupadas o resid¨ªan en ellas.
Result¨® que las veladas matinales del CBGB (la denominaci¨®n es flexible, porque incluye conciertos a las tres de la tarde) eran m¨¢s salvajes que sus noches. Cab¨ªan unas 300 personas dentro y fuera se concentraban al menos otras tantas. Con los decibelios a tope, el p¨²blico se daba empujones, sub¨ªa al escenario para saltar sobre sus colegas, escup¨ªa cerveza a los m¨²sicos y viceversa. Se superaban los 40 grados all¨ª dentro y el sudor condensado ca¨ªa desde el techo. Era una fiesta presidida por la rabia y el desahogo, pero algunos subrayan que hay algo de rito solidario en lanzarte sobre la multitud, convencido de que te sostendr¨¢n.
Seg¨²n avanzaban los a?os ochenta, de este ambiente derivaron nuevas tribus urbanas, como los skinheads o los straight edge, estos ¨²ltimos casi una secta puritana dentro del punk, contraria a su hedonismo nihilista y, por tanto, al consumo de drogas y alcohol (luego incorporaron el veganismo a sus banderas). Se distingu¨ªan por marcarse una equis en el reverso de la mano, como se hac¨ªa a los menores de edad en estos locales para que no pudieran pedir copas. Algunas de las bandas de hardcore se pasaron a esta corriente de h¨¢bitos saludables, aunque armaban el mismo jaleo en la sala. Otras, m¨¢s astutas, eligieron moverse al heavy metal, que era mucho m¨¢s comercial.
CBGB Sunday Hardcore Matinee, 1984.
— Punkrock History (@PunkRockStory) March 19, 2023
Photos by Drew Carolan#punk #punks #punkrock #hardcorepunk #cbgb #history #punkrockhistory pic.twitter.com/5wbsvI6nvv
Desentona en el documental que Walter Schreifels, que estuvo en Youth of Today y Gorilla Biscuits, se empe?e en versionar aquellas canciones atronadoras en modo ac¨²stico de chill out; imposible revivir as¨ª aquella atm¨®sfera. Y sorprende del relato que incluso estos chicos curtidos (hab¨ªa pocas chicas), con mucha calle, admitan que pasaban miedo en los alrededores de la sala, en el Lower East Side, poblado entonces por mendigos y rateros, camellos y yonquis, proxenetas y prostitutas.
Con todo, la nostalgia es siempre poderosa. Los supervivientes entrevistados en esta pel¨ªcula lamentan la posterior gentrificaci¨®n del barrio, la subida disparatada de los alquileres, la desaparici¨®n de las peque?as tiendas, la uniformizaci¨®n de la ciudad por las grandes marcas. A?oran, sobre todo, lo que sent¨ªan esas ma?anas salvajes.
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