¡®Nada¡¯: Las tribulaciones de un ¡®dandy¡¯ con tarjeta de cr¨¦dito

Manuel Tamayo Prats vive en una burbuja. Su vieja sirvienta, Celsa, maneja tanto su casa como su cuenta bancaria (m¨¢s bien exigua) y ¨¦l dispone de un selecto c¨ªrculo de amistades y otro m¨¢s amplio de admiradores que leen con inter¨¦s sus cr¨ªticas gastron¨®micas y sus libros. Manuel est¨¢ en la frontera de la vejez, pero su atuendo de dandi, sus gafas de montura color caramelo, su lengua afilada y su pensamiento independiente, le permiten seguir sinti¨¦ndose el que siempre fue, al margen de la edad, como si no pasara el tiempo. Pero la burbuja estalla cuando Celsa muere de pronto y se ve obligado a afrontar las cuestiones pr¨¢cticas de la vida, desde hacer la compra a conseguir un ch¨®fer para su viejo Mercedes.

Manuel es el personaje central de Nada, la miniserie (cinco cap¨ªtulos) recientemente estrenada por Disney+ y protagonizada con gran acierto por Luis Brandoni, actor y pol¨ªtico argentino. Creada por Mariano Cohn y Gast¨®n Duprat, el d¨²o detr¨¢s tambi¨¦n de El encargado -otra serie de super¨¦xito que estrenar¨¢ en breve su segunda temporada-, Nada cuenta adem¨¢s con la participaci¨®n de Robert de Niro, actor m¨ªtico donde los haya. Cohn y Duprat explicaban a EL PA?S en una reciente entrevista la g¨¦nesis de esta colaboraci¨®n, y de la serie que ellos definen como un homenaje a la ciudad de Buenos Aires. De hecho, De Niro (trasmutado en el escritor Vincent Parisi) presenta cada uno de los cap¨ªtulos incidiendo en las peculiaridades ling¨¹¨ªsticas bonaerenses (sentido y significado de las palabras ¡®boludo¡¯ y ¡®pelotudo¡¯, por ejemplo), y en las gastron¨®micas.

Pero, aparte de su indudable magnetismo, el actor estadounidense aporta poco a la serie, cuyo inter¨¦s principal reside en el personaje de Manuel Tamayo, un tipo nada ejemplar, como ocurr¨ªa con el Eliseo de El encargado, capaz de montarle un pollo, acus¨¢ndole de racista, al due?o de un restaurante que, indignado por una cr¨ªtica negativa, pretende cobrarle el men¨². O de romper una vieja amistad tras una agria discusi¨®n que ha herido su ego. Protegido en su mundo, adulado por los periodistas que quieren entrevistarle, Manuel lleva a?os cobrando adelantos de su editorial a cuenta de un libro que no ha comenzado siquiera a escribir. Feroz cr¨ªtico gastron¨®mico, despectivo y algo endiosado, estamos en realidad ante un personaje que sabe poco de la vida, y al que una aspirante a sustituta de la difunta Celsa dar¨¢ una verdadera lecci¨®n. Esta joven sirvienta, Antonia, paraguaya en busca de una vida mejor en Buenos Aires, despierta a Manuel de su letargo, pero a?ade unos rasgos buenistas al personaje, escasamente cre¨ªbles, que debilitan un poco el relato. La serie ofrece, a cambio, momentos magistrales de realismo, como la conversaci¨®n del protagonista, (finalmente capaz de usar un m¨®vil), v¨ªa whatsapp, con su hija, instalada en Londres, por la que asoma un despectivo nieto, o sus desventuras intentando pagar la compra en un supermercado. Primero, con una tarjeta a nombre de la fallecida Celsa, despu¨¦s, con la suya, de la que ignora el pin. Manuel, como perdedor, encontrar¨¢ no obstante su camino, y escribir¨¢ su libro, aunque esa nueva etapa queda a merced de la imaginaci¨®n de cada uno.

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