Rescatando del olvido el ¡®caso Malaya¡¯
La serie documental ¡®Malaya. Operaci¨®n secreta¡¯, de RTVE Play, reconstruye en cuatro episodios la primera macrocausa contra la corrupci¨®n en Espa?a
El caso Malaya fue la primera macrocausa contra la corrupci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de la democracia espa?ola. Desde que se conocieron las primeras detenciones, en marzo de 2006, sus detalles llenaron p¨¢ginas de peri¨®dicos y horas de informativos en radio y televisi¨®n hasta que m¨¢s de nueve a?os m¨¢s tarde, en julio de 2015, el Tribunal Supremo dict¨® la sentencia definitiva y ech¨® el tel¨®n judicial al gran esc¨¢ndalo que provoc¨®. Nada volvi¨® a ser igual tras una investigaci¨®n que despoj¨® temporalmente a Marbella de los oropeles del famoseo y la hizo protagonista, muy a su pesar, de la cr¨®nica de sucesos. Tras ella, la Polic¨ªa y la Justicia cambiaron su forma de combatir la corrupci¨®n. Y tambi¨¦n mostr¨® a los ciudadanos y, sobre todo, a los delincuentes de cuello blanco que la impunidad nunca est¨¢ asegurada, como terminar¨ªan confirmando posteriormente casos como G¨¹rtel y P¨²nica.
Pese a su relevancia, para la inmensa mayor¨ªa el caso Malaya es hoy un vago recuerdo por culpa de los 17 a?os transcurridos desde que estall¨®. Muchos tan solo rememoran la implicaci¨®n de personajes c¨¦lebres, como la tonadillera Isabel Pantoja. Otros, tal vez ni eso. De esta inevitable amnesia colectiva intenta rescatarnos ahora RTVE Play con el documental Malaya. Operaci¨®n secreta, un true crimen televisivo de cuatro cap¨ªtulos de una hora de duraci¨®n cada uno en el que desfilan ante la c¨¢mara una veintena de sus protagonistas claves, muchos de ellos desconocidos para la mayor¨ªa de los espectadores, que rememoran c¨®mo vivieron aquellos d¨ªas y el verdadero alcance de una investigaci¨®n que fue pionera. Hablan jueces ¨Dincluido el magistrado que instruy¨® la causa, Miguel ?ngel Torres¨D, polic¨ªas, fiscales, activistas, periodistas, un par de investigados, un expresidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero; y un exministro del Interior, Antonio Camacho. Todo ello, completado con im¨¢genes de la hemeroteca de aquellos d¨ªas, tomas recientes de los escenarios y algunas recreaciones mudas y, seguramente, prescindibles.
El relato no es lineal porque no lo puede ser y, pese a la confusi¨®n que en algunos momentos pueden ocasionar al espectador los saltos en el tiempo, se ve f¨¢cil. En buena parte, porque el largo tiempo transcurrido desde que ocurrieron los hechos ha permitido a los autores del documental elaborar un guion desde una perspectiva alejada de las urgencias informativas de aquellos d¨ªas, cuando las an¨¦cdotas ¡ªcomo el episodio del supuesto cuadro de Joan Mir¨® que el principal implicado, el empresario Juan Antonio Roca, ten¨ªa colgado en el ba?o y que se desmiente en uno de los cap¨ªtulos¡ª a veces alcanzaron en los medios de comunicaci¨®n m¨¢s relevancia de la que se merec¨ªan. Este sosiego period¨ªstico que da la lejan¨ªa temporal permite ahora al documental no solo mostrar los ¨¢rboles de aquel gigantesco latrocinio de dinero p¨²blico, sino tambi¨¦n la verdadera extensi¨®n del bosque que era la corrupci¨®n del caso Malaya.
De este modo, el documental rememora antecedentes imprescindibles sin los que dif¨ªcilmente se puede entender por qu¨¦ la trama pudo campar a sus anchas durante a?os en el Ayuntamiento de Marbella. Es uno de los grandes aciertos de Malaya. Operaci¨®n Secreta. Nada se puede comprender sin recordar, como hace la serie, al pol¨¦mico Jes¨²s Gil, su paso por la alcald¨ªa de esta ciudad de la Costa del Sol y sus problemas con la justicia, pre¨¢mbulo de lo que termin¨® por destapar este caso. Pero tambi¨¦n el acoso que sufri¨® el juez que le investig¨®, y que en el documental rememora lo que le supuso a nivel personal.
Sin embargo, este encomiable ejercicio period¨ªstico no es completo. Durante los cuatro episodios, el espectador ve desfilar una y otra vez a los mismos personajes ¨Dalgunos de manera demasiado reiterada¨D y se echa en falta los testimonios de una parte importante del caso Malaya: los implicados. Solo dos de los que se sentaron en el banquillo ¨Dmuy secundarios, por otra parte¨D hablan para dar su versi¨®n auto exculpatoria. El resto no aparece. No es culpa de los autores del documental. Como se explica al final del ¨²ltimo cap¨ªtulo, 24 de los principales protagonistas de aquel esc¨¢ndalo de corrupci¨®n declinaron hablar para el documental. Entre ellos, el personaje clave, Roca.
El silencio de todos ellos deja inevitablemente lagunas en el relato, pero ni mucho menos invalida el buen ejercicio de periodismo que refleja Malaya. Operaci¨®n Secreta. Siempre es necesario rescatar del olvido, aunque sea de manera incompleta, los hechos que explican la historia m¨¢s reciente de Espa?a. Y este true crime lo consigue de uno de ellos, la primera macrocausa por corrupci¨®n pol¨ªtica en Espa?a.
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