?Ha estado usted haci¨¦ndole la rosca al partido equivocado?

En estos d¨ªas de incertidumbre pienso mucho en determinados c¨®micos, presentadores y celebridades de internet. Pienso en ellos m¨¢s que en ninguna otra cuesti¨®n, m¨¢s que en m¨ª misma incluso. Pienso en toda esa gente que ha empleado casi 10 a?os de sus vidas en tratar de enroscarse al poder sin conseguir una triste poltronita en un programa matinal. Los que esperaban pacientes una llamada al finalizar el mon¨®logo o la grabaci¨®n de su podcast. Los que consiguieron que alg¨²n pol¨ªtico asistiera a sus programas a re¨ªrles las gracias, y todo para nada. Lo siento tambi¨¦n por todos los que buscaban tropiezos ajenos para airearlos y pedir bien una hoguera, bien la ejecuci¨®n inmediata de sus antiguos compa?eros. Lo siento un poco menos por los machistas recalcitrantes que se ganaron un sitio haciendo la pelota a feministas cuyos senos no pudieron palpar.

Qu¨¦ tristeza. Me quedar¨¦ mirando a los buenos centrocampistas que supieron nadar y guardar la ropa (nunca se sabe). Escuchar¨¦ las cuitas de esa gente, esos que responden a un perfil claro, ¨²nico, universal: el de la persona que coge tus lentejas de la nevera y se las come con cara de inocencia, diciendo no se ha dado cuenta de que ten¨ªan due?o. Y t¨² sospechas, porque nunca te dejan comida a ti, as¨ª sin darse cuenta. Anda que no tiene que doler picar piedra durante a?os para llegar a la conclusi¨®n de que no era a Podemos ni a Sumar a los que hab¨ªa que hacer la rosca. Ay, que era a los vascos y a los catalanes. Cu¨¢nto tiempo perdido en peroratas sobre diversidad, feminismo y salud mental. Ellos est¨¢n a tiempo de cambiar de discurso. Mientras tanto sonar¨¢, en sus cabezas, ese sonido de los dibujos animados. Ese ¡°cu¨¢ cu¨¢ cu¨¢ cu¨¢aaaaa¡± que cierra otra pat¨¦tica peripecia.

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